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Internacional de la educación
Internacional de la educación

Pueblos Indígenas - Cuestión de vida o muerte

publicado 18 mayo 2005 actualizado 18 mayo 2005

Salvo en contados casos, la mayoría de los pueblos indígenas, pertenecientes a ambientes muy diversos y con culturas y lenguas distintas, se ven forzados a luchar por su supervivencia. Sus lenguas, sus tradiciones, su sabiduría popular y su acervo cultural han desaparecido o han sido erradicados. Gran parte de los que se conservan están, incluso hoy en día, en grave peligro de extinción. En opinión de la IE, no puede existir un desarrollo sostenible de los pueblos indígenas sin una educación indígena de calidad.

Bill Tehuia Hamilton comentó en el primer foro regional1 sobre los pueblos indígenas : “Si bien sabemos que la solución depende de nosotros, una forma de contribuir a ella sería que organizaciones como la Internacional de la Educación ayudaran a los pueblos indígenas a trabajar con aquéllos que controlan y gestionan los recursos y las políticas”. Bill Tehuia Hamilton ostenta el cargo de Matua Takawaenga (Secretario Adjunto de la educación maorí) del Instituto Educativo de Nueva Zelanda (NZEI).

Para la mayoría de los pueblos indígenas, la educación se ha utilizado como una herramienta para la destrucción de su cultura. Ésta ha formado parte del proceso de asimilación, el cual les ha denegado el derecho a ser indígenas. En todo el mundo los niños de las comunidades indígenas presentan los indicadores más bajos de rendimiento académico. Por todas estas razones, los educadores y las organizaciones miembro de la IE tienen especialmente la responsabilidad de apoyar a los pueblos indígenas en su resolución de asegurar la supervivencia de su acervo cultural y de su lengua, y el éxito de sus hijos en su propio mundo y fuera de sus comunidades.

En los foros regionales de la IE, los educadores indígenas hablaron de la lucha de sus pueblos por la supervivencia y de su reconocimiento dentro del sistema educativo. Ryoko Tahara de la comunidad ainu y representante del Sindicato de Docentes Japonés (JTU) informó al foro de Asia y el Pacífico de las dificultades con las que se enfrentan los niños ainus en las escuelas, como la discriminación y los malos tratos. Los ainus son los habitantes originarios de Hokkaido, la isla más septentrional de Japón y también de la isla Sajalín (Federación Rusa) y las islas Kuriles (reclamadas por Rusia y Japón).

Hasta 1991 se ha denegado el reconocimiento formal de los 100.000 ainus de Japón, a pesar de que su lengua es única - no tiene relación lingüística con ninguna otra lengua. Un informe presentado al gobierno japonés en 1996 en el que se reconocen su cultura y su “naturaleza artística única”, habla sobre la destrucción de la cultura y la comunidad ainus y del impacto de la discriminación y la pobreza. Ryoko Tahara destacó que el plan de estudios oficial ignora por completo la historia, la lengua y la cultura de la comunidad ainu. El Sindicato de Docentes Japonés (JTU) ha apoyado la campaña para el reconocimiento de los ainus.

Japón no es el único lugar en el que no se ha reconocido formalmente un pueblo indígena. El foro de Norteamérica y el Caribe ha averiguado que en Santa Lucía y en otras islas del Caribe los pueblos indígenas están prácticamente extinguidos y no se han tomado medidas para garantizar la supervivencia y el apoyo de la comunidad, de su lengua ni de su cultura. Los niños de la pequeña comunidad caribe de Santa Lucía son absorbidos simplemente en el sistema educativo general. En Dominica, donde la lengua caribe se ha perdido casi por completo, los docentes caribes están comenzando a organizarse para conseguir la inclusión de la historia, la lengua y la cultura caribes en el plan de estudios oficial, así como para que exista un mayor control por parte de esta comunidad sobre la educación de sus hijos.

Los efectos perjudiciales de la asimilación forzada

Por fin se están reconociendo en algunos países los efectos perjudiciales a largo plazo de la asimilación forzada. Las Comisiones Reales de Australia y Canadá han admitido el grave perjuicio ocasionado a los niños aborígenes al separarlos de sus familiares y llevarlos a internados, y al haber sido acogidos en algunos casos por familias que no pertenecían a la comunidad aborigen. La Comisión Real Canadiense sobre pueblos aborígenes llegó recientemente a la conclusión de que la educación sigue siendo una experiencia alienante para los estudiantes pertenecientes a estas comunidades.

Entre los pueblos indígenas de Canadá se incluyen los pueblos indios (primera nación), los metis y los inuit. Según el censo de 1996, 799.010 individuos, aproximadamente el 3% de la población canadiense, se identificaron como miembros de al menos un grupo aborigen.

Rita Bouvier, metis de Saskatchewan y representante de la Federación Canadiense de Docentes (CTF/FCE), informó al foro de Norteamérica y el Caribe que aunque se está prestando alguna atención a la cultura, la lengua y la historia de la primera nación y de los inuit, no se puede decir lo mismo de los metis.

Un estudio reciente sobre el trabajo infantil en varios países latinoamericanos destacaba la vulnerabilidad de los niños procedentes de las comunidades indígenas. Esta vulnerabilidad se ve agravada por la falta de acceso a las escuelas locales que utilizan la lengua indígena y que incluyen en su plan de estudios los valores y el acervo cultural indígenas. Sin embargo, en América Latina, como en otras partes del mundo, se pueden encontrar ejemplos de educación indígena satisfactoria muy interesantes. Todos ellos conllevan iniciativas indígenas y la participación activa de estas comunidades en la toma de decisiones. Aunque, por supuesto, no existe un modelo único válido para todos, la clave para el éxito es que los pueblos indígenas puedan decidir qué es lo más apropiado para ellos y para sus hijos y nietos.

El desafío que se presenta a las organizaciones miembro de la IE es hacer lugar a los educadores indígenas dentro de sus estructuras donde sean recibidos como miembros, puedan participar en todos los niveles de la organización y, lo que es todavía más importante, puedan tomar decisiones sobre las cuestiones relacionadas con la educación indígena y sean apoyados también en esas decisiones por el conjunto de la organización. Varios miembros de la IE han desarrollado ya estructuras de este tipo y han informado de los beneficios que han supuesto para el conjunto de la organización.

Rosslyn Noonan Coordinadora de Derechos Humanos y Sindicales