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OCDE: la tecnología puede potenciar la labor de los buenos profesores, pero no los va a sustituir

publicado 2 abril 2020 actualizado 6 abril 2020

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) está analizando el impacto que tiene la tecnología sobre los estudiantes y sus resultados educativos ahora que millones de centros educativos han cerrado en más de 140 países para evitar la propagación de la COVID-19, al tiempo que reconoce lo mucho que aportan los docentes al proceso educativo.

Las oportunidades de aprendizaje en línea están en auge en todo el mundo, ya que son muchos los docentes que recurren a la tecnología para comunicarse con sus alumnos. Más de 1500 millones de estudiantes se ven afectados por el cierre de los centros educativos decretado por los Gobiernos y los docentes están intentando usar la tecnología para seguir enseñando y dar continuidad al proceso de aprendizaje.

«El aprendizaje en línea ha pasado de ser una actividad deseable ajena al programa de estudios a ser la salvación de la educación», indica Andreas Schleicher, director de la Dirección de Educación y Competencias de la OCDE.

Condiciones desiguales

En un informe nuevo, PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) 2018, la OCDE analiza hasta qué punto los centros educativos y los estudiantes están preparados para hacer uso del aprendizaje a distancia.

Los datos indican que la brecha tecnológica es uno de los principales obstáculos en este contexto. En Dinamarca, Eslovenia, Noruega, Polonia, Lituania, Islandia, Austria, Suiza y los Países Bajos, más del 95 % de los estudiantes afirman que tienen un ordenador que pueden usar para estudiar. En Indonesia este porcentaje asciende solo al 34 %. En los Estados Unidos de América, prácticamente todos los jóvenes de 15 años de familias acomodadas afirmaron tener un ordenador con el que trabajar, mientras que casi un 25 % de aquellos procedentes de entornos desfavorecidos indicaban lo contrario. Es probable que estas diferencias se agudicen, ya que, en todas las sociedades, quienes se ven afectados por los despidos y la recesión son las personas más desfavorecidas y sus familias.

Acceso desigual a los recursos

«La mayoría de sistemas educativos incluidos en la última ronda del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE no están preparados para aprovechar las oportunidades que ofrece el mundo del aprendizaje digital», concluye el informe. Tener acceso a lugares tranquilos para estudiar, a internet e incluso a un ordenador son variables que determinan el éxito del aprendizaje en línea y que difieren enormemente entre países. Entre otros elementos que también influyen está la infraestructura, y muchos centros educativos carecen de un ancho de banda y de programas adecuados. Son muchos los docentes que no tienen la formación requerida en nuevas tecnologías que les permitiría adaptar su forma de enseñar a los métodos en línea en unos pocos días o semanas tal y como requieren las circunstancias actuales. Asimismo, muchos centros educativos carecen de la cantidad necesaria de trabajadores de asistencia técnica cualificados.

La función de los centros educativos

En el plano social, el estudio determina que los centros educativos son esenciales para crear unas relaciones sociales eficaces entre las familias, los docentes y los estudiantes, «especialmente en el caso de quienes carecen de la resiliencia, las estrategias de aprendizaje o el compromiso para aprender por su propia cuenta». Por lo que respecta a los docentes, el estudio no deja lugar a dudas: «La tecnología puede potenciar la labor de los buenos profesores, pero no los va a sustituir».