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Internacional de la educación
Internacional de la educación

Las condiciones impuestas por el FMI podrían afectar a los salarios del profesorado

publicado 22 junio 2009 actualizado 22 junio 2009

Un informe publicado por la Campaña Mundial por la Educación concluye que las condiciones ligadas al uso de recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) podrían repercutir en la reducción del gasto salarial público, con sus consecuencias en la escala salarial de los docentes. Esta conclusión choca con el actual déficit de 18 millones de docentes para lograr la enseñanza primaria universal. Las políticas del FMI afectan en particular a los países de bajos ingresos, además de algunos países en desarrollo, que están recibiendo préstamos para salir de la crisis financiera y económica.

Entre tanto, el director general del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en una reunión mantenida la semana pasada con su Consejo Ejecutivo, comentaba: “El FMI ha desempeñado un papel fundamental en la gestión de la crisis financiera y económica en los países miembros [...] y está dispuesto a continuar el esfuerzo”. De hecho, de la Cumbre del G-20 celebrada en Londres en abril se dedujo el mayor protagonismo que tendría el FMI en la lucha contra la crisis. El incremento de la financiación del fondo se realizaría, entre otros recursos, mediante ventas de oro, que beneficiarían a los países de bajos ingresos. Sin embargo, crecen las dudas sobre la contribución del FMI al desarrollo de estos países. El informe apunta que, en el sector de la educación, la actuación del FMI podría ser muy perjudicial.

¿Cómo afecta a los salarios del profesorado?

  • Limitación del gasto salarial público En el pasado, los acuerdos de préstamos con los gobiernos solían incluir la limitación del gasto público en financiación de la Función pública, orientándose a veces directamente a los salarios de los docentes. Este tipo de limitación está desapareciendo poco a poco. Ahora queda por ver si el FMI reformado renunciará definitivamente a este requisito.
  • Inflación de un dígito El FMI sostiene firmemente que los objetivos de inflación superiores al 10% perjudicarán a los pobres, al provocar la subida excesiva de los precios de los artículos de consumo básico y la fuga de inversores potenciales, en menoscabo del crecimiento económico. El FMI, para mantener baja la inflación, aboga por limitar la masa monetaria en los países. El informe señala que, de hecho, cuando los gobiernos aumentan el gasto en masa salarial, ya sea ampliando la plantilla o incrementando los salarios, lo que hacen es poner más dinero en los bolsillos de los consumidores, o sea, inyectar dinero en la economía, con el consiguiente riesgo de incumplimiento de los estrictos objetivos monetarios del FMI. Fue la vía elegida, en décadas anteriores, por varios países del Sudeste asiático.
  • Objetivos de reducción del déficit fiscal Muchos acuerdos recogen objetivos de reducción del déficit presupuestario público. En tiempos de contracción de los presupuestos públicos como consecuencia del declive económico, la vigencia de tales objetivos a menudo supone la reducción de los salarios del sector público. A título de ejemplo, el recién aprobado acuerdo stand-by de Letonia con el FMI incluye un programa de ajuste fiscal que conducirá a la caída en picado del gasto salarial público, del actual 1,3% del PIB al 0,4% en 2010. Además, si bien es cierto que la política de bajo déficit suele contribuir a no hipotecar el gasto público futuro, también lo es que la financiación con déficit permite luchar contra la crisis económica, como se desprende del comportamiento de no pocos países desarrollados.
  • Acumulación de reservas de divisas Otra política del FMI orientada a los países en desarrollo es la acumulación de reservas de divisas, aumentando la presión sobre las fuentes disponibles de divisas, entre ellas la ayuda al desarrollo. De hecho, el FMI ya ha comprobado que la ayuda se está utilizando para estos fines, con la consecuencia de que se reducen aún más los presupuestos de educación.

El informe recoge, además, una serie de recomendaciones dirigidas al FMI, el G-20, los países miembros y los actores de la sociedad civil, entre ellas la de que el FMI y los países miembros renuncien a las condicionalidades de los préstamos y prioricen el gasto en educación como solución de gestión de la crisis. La educación está al borde del abismo.

Se puede descargar el informe completo en la web de la Campaña Mundial por la Educación.