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Internacional de la educación
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Multilingüismo en las clases: una realidad en ciertos países europeos

publicado 25 marzo 2011 actualizado 13 abril 2011

Es recomendable que los padres y las madres inmigrantes hablen a sus hijos/as en su propia lengua. En algunos barrios desfavorecidos de Londres, las guarderías y algunas ONG acostumbran a proporcionar libros a las familias inmigrantes para que les lean a sus hijos/as en su idioma materno. De esta manera, la educación preescolar empieza con buen pie. En todas partes se están investigando estrategias con el fin de facilitar el trabajo de los docentes en clases multilingües. Aunque ha habido progresos, aún falta mucho camino por recorrer…

Concienciación lingüística

Puede darse el caso de niños que hablan dos idiomas en casa, o de escuelas bilingües, como en las regiones franco-italo parlantes del cantón suizo de los Grisones. Los escolares de origen portugués que acuden a las clases bilingües de Pontresina aprenden el romanche, también una lengua derivada del latín; los niños y niñas holandeses no tienen problemas para aprender el alemán, de Alemania o de Suiza.  Pero el multilingüismo en las clases plantea un auténtico desafío e incluso un obstáculo para aquellos profesores que no dispongan de los instrumentos pedagógicos adecuados. En tales circunstancias, las actividades de concienciación lingüística resultan extremadamente eficaces, pues facilitan el  aprendizaje y además valoran las competencias en lenguas minoritarias presentes en clase. Cambiar de una lengua a otra, analizar las diferencias y similitudes, descomponer las palabras y sus fonemas e investigar las raíces lingüísticas son actividades estimulantes tanto para los alumnos/as como para los profesores/as.

La encuesta de la red europea Euridyce

La encuesta de Euridyce demuestra que existen varias medidas que facilitan la integración de escolares inmigrantes recién llegados: clases de bienvenida en las que aprender el idioma utilizado en la enseñanza; apoyo escolar; presencia de mediadores culturales en las clases; cursos de lengua materna y cultura de origen; así como la formación de docentes en gestión de clases multilingües. Estas estrategias concuerdan con el objetivo de promover la igualdad de oportunidades. En algunos países, como en el caso de Finlandia desde 2004, el derecho a la igualdad en la educación está recogido en la ley.

Traductores e intérpretes comunitarios

Cuando la comunicación con las familias inmigrantes recién llegadas representa un problema, los ministerios de educación europeos recomiendan emplear los servicios de traductores, intérpretes o mediadores comunitarios. En la mayoría de los países, los costes corren a cuenta de las autoridades locales. En Luxemburgo y en países escandinavos, las familias recién llegadas tienen el derecho a recibir interpretación en su idioma. Sin embargo, en las escuelas se suele recurrir a la improvisación, y cuentan con la ayuda de miembros de ONG y docentes de la misma lengua y origen, o de padres y madres inmigrantes ya establecidos  en el país.

Cursos de lengua y cultura de origen

Los cursos de lengua y cultura, generalmente financiados por consulados y misiones diplomáticas, tienen como objetivo garantizar el correcto aprendizaje del idioma nativo, además de fortalecer los vínculos con la cultura de origen. Las clases se suelen impartir en las escuelas durante las vacaciones o en horario extraescolar, salvo en España y Luxemburgo, donde se imparten en horario regular, lo que equivale a un curso académico paralelo. En Francia y Luxemburgo, las notas obtenidas en lengua materna también constan en los informes escolares, reconociendo así su función educativa.

Algunos gobiernos han adoptado el principio de que todo niño y niña inmigrante tiene el derecho a aprender en su propia lengua, y los cursos son provistos por el sistema nacional de educación. No obstante, solo se organizan si el número de inscritos es suficiente. Algunos países, como Gran Bretaña, Francia y Eslovenia, recomiendan a las instituciones incluir ciertas lenguas inmigrantes como optativas en el plan de estudios. Los Países Bajos constituyen un caso excepcional. En 2004, tras acalorados debates, el gobierno terminó sustituyendo los cursos de lengua y cultura de origen para los hijos de inmigrantes recién llegados por clases de refuerzo en la lengua de acogida.

Sobre la vitalidad de los idiomas

Diversos estudios europeos demuestran que los niños y niñas inmigrantes recién llegados, cuyos padres o madres no hablan el idioma de acogida, obtienen peores resultados que sus compañeros autóctonos  de la misma clase social. En Francia, la lengua dominante para los niños de origen turco al final del periodo preescolar, alrededor de los seis años de edad, es el francés. Sin embargo, hasta los 11 años no alcanzan el mismo nivel lingüístico que los estudiantes autóctonos. Los alumnos que hablan turco en casa y que acuden a cursos de lengua y cultura entre los 7 y los 15 años, adquieren un nivel similar al del turco nativo monolingüe a la edad de 14 años. Sin embargo, estos resultados enmascaran una dura realidad: el 27% de los niños de origen turco abandona el sistema escolar francés sin ningún tipo de cualificación, comparado con el 13% del total de niños inmigrantes, y el 8% del resto de la población.

El caso de Suiza

El multilingüismo no es siempre una ventaja, incluso en un país multilingüe como Suiza. En efecto, uno de cada diez niños no autóctonos recibe clases especiales – contra uno de cada 40 niños suizos – y la mitad del alumnado no autóctono recurre a prestaciones de necesidades básicas, en comparación con un cuarto del alumnado suizo. Como en todas partes, la educación desempeña un importante papel en la movilidad social, pero las pruebas apuntan a que se necesita al menos una generación para lograr el mismo impacto.

Por Simone Forster, Syndicat des Enseignants Romands(SER), Suiza

Este articulo fue publicado en Mundos de la Educación, No. 37, abril 2011.