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La educación se ha incluido en la agenda de la COP26, pero aún queda mucho por hacer

publicado 10 noviembre 2021 actualizado 16 noviembre 2021

La Internacional de la Educación (IE) ha llevado la voz del personal docente a la COP26 en Glasgow para garantizar que se tiene en cuenta la educación como componente necesario de la lucha contra la crisis climática.

La educación ha ocupado un papel más central que nunca en la COP, y cada vez más gobiernos, organizaciones y activistas reconocen la educación sobre el cambio climático como un componente fundamental para alcanzar un futuro sostenible y una transición justa. La Secretaria General Adjunta de la IE, Haldis Holst, quien intervino en varios eventos y mesas redondas, hizo hincapié enérgicamente en la necesidad de garantizar una educación de calidad sobre el cambio climático para todos y todas, y puso de relieve el papel fundamental que desempeña el personal docente en la educación para actuar contra el cambio climático. En conversaciones con diversos actores, incluidos responsables de la formulación de políticas, docentes, estudiantes y sociedad civil, subrayó que el personal educativo de todo el mundo está motivado para educar por el Planeta, pero necesita un entorno de políticas favorables. Esto incluye una reforma de los planes de estudio, autonomía profesional, formación para enseñar sobre el cambio climático, y material de enseñanza y aprendizaje relevante en varios idiomas.

Una cumbre sin precedentes

La cumbre “Juntos por el futuro: educación y lucha contra el cambio climático”– la primera de este tipo – situó la educación en materia de cambio climático en un lugar central, y ministros y ministras de Educación y Medio Ambiente de todo el mundo se comprometieron a mejorar la educación sobre el cambio climático en sus países. Hubo más de 20 compromisos políticos; los ministros del Reino Unido, Escocia, Italia, Malaui, Colombia, Japón y Grecia pronunciaron discursos en persona. En concreto, Malaui se comprometió a integrar las dimensiones del cambio climático y el género en las instituciones educativas, mientras que Grecia se comprometió a impartir formación a educadores y educadoras.

El Reino Unido, que ocupaba la presidencia de la COP, quiso predicar con el ejemplo y el Secretario de Estado para la Educación del Reino Unido, Nadhim Zahawi, expuso su nueva estrategia sobre sostenibilidad y educación sobre el cambio climático. Las organizaciones miembros de la IE en el Reino Unido celebraron las propuestas, pero instaron al Gobierno a ser más ambicioso. “Las escuelas necesitan más apoyo y recursos del Gobierno para descarburar y garantizar su sostenibilidad”, dijo el Secretario General de NASUWT, el Dr. Patrick Roach. El UCU señaló la necesidad permanente de velar por que la educación sobre el cambio climático cuente con los recursos adecuados para la fuerza de trabajo existente en cuanto a desarrollo profesional continuo y cargas de trabajo razonables.

En sus observaciones iniciales, Stefania Giannini, Directora General Adjunta para Educación de la UNESCO, pidió una cultura del cuidado – cuidado del planeta y entre las personas – y defendió un cambio drástico para que la educación no siga dejándose de lado en el debate sobre el cambio climático.

Educación sobre el cambio climático concebida en colaboración con el alumnado y los sindicatos

También se escucharon las voces de estudiantes de todo el mundo en la cumbre. Los activistas jóvenes señalaron que la educación sobre el cambio climático no puede ser un mero accesorio, sino que debe incorporarse mediante un enfoque escolar integral, y cada estudiante, independientemente de lo que estudie, debe aprender sobre la sostenibilidad. Asimismo, indicaron que la educación sobre el cambio climático debe concebirse con las personas jóvenes, no para ellas, y, lo que es más importante, que los gobiernos deben invertir en el personal docente.

En sus conclusiones, los copresidentes (Reino Unido e Italia) de la cumbre reconocieron el papel fundamental que desempeña la educación y el aprendizaje en la transición hacia un futuro climático positivo. Además, se comprometieron con la integración del cambio climático como un componente básico en los planes de estudios, directrices, formación para docentes, normas de examen y múltiples niveles en las instituciones. Sin embargo, guardaron un silencio ensordecedor en temas como la participación del personal docente y sus sindicatos en la formulación de políticas educativas sobre el cambio climático, los derechos humanos o el papel de la educación para garantizar una transición justa.

La IE acoge con satisfacción el mayor reconocimiento de la educación en la COP26, pero todavía queda mucho por hacer. De cara a la COP27, los sindicatos de la educación deben desempeñar un papel fundamental a la hora de exigir a los gobiernos que rindan cuentas del cumplimiento de los compromisos contraídos, así como de pedir compromisos más ambiciosos y numerosos en Egipto el año que viene.