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Internacional de la educación
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Dominica: un año después de la tormenta tropical Erika, las escuelas continúan recuperándose con la ayuda de la Cooperación al Desarrollo de la IE (31 de agosto de 2016)

publicado 31 agosto 2016 actualizado 11 septiembre 2016

Con el nuevo curso escolar en ciernes, Educación Internacional y sus afiliadas continúan ayudando a los docentes de Dominica a lidiar con las consecuencias de la tormenta que asoló su pequeña isla, hace ya un año.

El paso por Dominica de la tormenta tropical Erika, en agosto de 2015, retrotrajo 20 años el desarrollo del país, según afirmó el Primer Ministro. Las escuelas y las infraestructuras públicas sufrieron graves desperfectos. Fallecieron 20 personas y cientos quedaron sin hogar. La Internacional de la Educación (IE) suministró asistencia de inmediato, a través de un proyecto de cooperación al desarrollo coordinado entre su sede de Bruselas, la federación canadiense de docentes Canadian Federation of Teachers (CTF) y la asociación nacional de docentes, Dominica Association of Teachers (DAT), afiliada a la IE.

Las escuelas situadas en Petite Savanne, en el distrito educativo Sur, fueron las que más impacto sufrieron. El Erika asoló sus tres cuartas partes y destruyó un pueblo entero.

“Hay muchas escuelas aún en pie, pero es humanamente imposible acceder a ellas”, explica Celia Nicolas, Secretaria General de DAT, en una entrevista con la ISP. “Recibimos un ingente apoyo económico de la Internacional de la Educación, a través de sus miembros. Nuestros colegas del Caribe también nos han ayudado. Y no solo se trata de dinero, también de la generosidad y los buenos sentimientos que nos envían; la solidaridad que percibimos nos ayuda a recuperarnos”.

El proyecto tiene por objetivo la recuperación material y emocional de los docentes sobre el terreno y la reconstrucción de las infraestructuras.

“Ayudamos a una escuela en la que toda una pared se había derrumbado y había destruido dos clases. Les resultaba imposible reanudar el año escolar y carecían de suministro de agua. Otra escuela, construida cerca de un río, quedó completamente destruida. Tuvieron que trasladarse a otro lugar y construir una primera planta para acomodar a los niños y niñas. En Petite Savanne había 20 docentes y sus familias”, explica Nicolas.

El apoyo psicológico ofrecido a los docentes víctimas de la tormenta es uno de los elemento fundamentales del proyecto. “Los docentes afirman que recibieron las sesiones en el momento justo. Algunos habían llegado al límite. Tenían cosas dentro que les estaba afectando su rendimiento en clase y la tormenta tropical hizo que dieran la cara. Dicen que ahora se encuentran mejor, no sólo como docentes sino como personas. Esto significa mucho para DAT”.