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Internacional de la educación
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Reino Unido: Los sindicatos condenan la reimplantación de los centros de educación secundaria selectivos

publicado 16 septiembre 2016 actualizado 22 septiembre 2016

Los sindicatos de docentes se oponen con firmeza a la propuesta del Gobierno de revocar la prohibición de abrir nuevos grammar schools y reclaman medidas que no perjudiquen a los niños y niñas más desfavorecidos.

Los grammar schools son centros de educación secundaria que seleccionan al alumnado mediante un examen que se debe aprobar a la edad de 11 años. De los 3.000 centros estatales de educación secundaria que hay en el Reino Unido, solo quedan unos 163 grammar schools en Inglaterra y 69 en Irlanda del Norte. La prohibición de abrir nuevos grammar schools está en vigor desde 1998.

Este sistema de selección permite, a quienes aprueban el examen, acceder al grammar school de su zona y, a quienes lo suspenden, pasar a los centros de formación profesional o secondary modern school. En la actualidad, el sistema más extendido en el Reino Unido es el inclusivo o comprehensive, donde todo el alumnado comparte aula, sean cuales sean sus habilidades y aptitudes.

NUT: Una propuesta perjudicial para el bienestar social e infantil

“Es una política retrógrada” porque “promover los grammar schools como la opción académica de la élite, automáticamente relega a los demás centros a un papel secundario”, afirma Kevin Courtney, Secretario General del sindicato de docentes National Union of Teachers (NUT), en referencia al documento consultivo del Gobierno sobre los grammar schools, titulado Schools That Work for Everyone (Escuelas válidas para todos y todas).

“El nivel de contratación y de retención del personal docente es hoy peligrosamente bajo, las evaluaciones son caóticas y la falta de financiación está incidiendo negativamente en la calidad y la variedad de la enseñanza impartida”, añade.

Proceso de selección

Courtney señala que la selección beneficia a las familias de clase media, porque pueden y están dispuestas a pagar clases particulares para aprobar los exámenes de acceso; y añade que los niños y niñas con necesidades educativas especiales y discapacidades serán los más perjudicados. En su opinión, esta propuesta asesta, además, un golpe a varias décadas de esfuerzo por mejorar los centros inclusivos, que valoran y celebran los logros de todo el alumnado.

Por otra parte, por cada alumno o alumna que ingresa en una grammar school, se quedan fuera tres o cuatro. Este sentimiento de “fracaso”, a tan temprana edad, puede afectar seriamente su autoestima y su sentido de valía personal, según Courtney, que insta al Gobierno a buscar maneras de “reducir, en lugar de añadir, la presión sobre nuestro sistema repleto de exámenes”.

Movilidad social

“No se propiciará la movilidad social mediante la educación selectiva”, añade, haciéndose eco de un informe de la organización benéfica Sutton Trust, que revela que menos del 3 % del alumnado de los grammar schools tiene derecho al servicio de comedor gratuito, y que a muchos directores de estos centros les preocupa que el alumnado de clase media reciba preparación específica para aprobar el examen de acceso.

Courtney recalca, además, que “los grammar schools son pura fachada” y pide al Gobierno que dé marcha atrás, estudie con detenimiento qué se necesita para garantizar la educación que todos los niños y niñas merecen, y que se inviertan los 50 millones de libras asignados a estos centros, en la contratación de docentes, en una educación de calidad y buenas escuelas locales para todos y para todas.

NASUWT: una forma de desviar la atención de la crisis educativa

El sindicato de docentes, National Association of Schoolmasters Union of Women Teachers (NASUWT) también se opone a la reapertura de nuevos grammar schools propuesta por el Gobierno.

“Dar vía libre a la selección del alumnado en función de sus habilidades, aptitudes y religión sirve para desviar la atención de los verdaderos problemas y de la crisis en la que está sumido nuestro sistema educativo”, afirma el Secretario General Adjunto, Patrick Roach. “Una crisis por la falta de docentes, de plazas escolares y de presupuesto, consecuencia de años de recortes y austeridad en el sector público”.

Esta propuesta intenta ampliar los privilegios a una minoría, en lugar de resolver los problemas de desigualdad y exclusión social que están arruinando la vida de muchos niños y jóvenes de todo el país.

Una letanía de problemas

Esta propuesta pretende, asímismo, que pase inadvertida la incapacidad del Gobierno para poner fin a la precariedad laboral, a los bajos salarios, la discriminación, los prejuicios y el odio en las calles; a la indigencia, la falta de viviendas asequibles y de inversión en formación y cualificación de calidad, y a la falta de trabajos dignos, subraya.

“Es hora de que el Gobierno se comprometa con el ideal y los valores de una educación inclusiva, que vele por la igualdad de oportunidades y derechos de todos los niños y niñas, y sea el pilar que garantice los valores compartidos de la sociedad, la inclusión, el respeto y entendimento mutuos”, señaló. “Debemos exigir algo mejor para nuestros hijos e hijas”.

Desigualdades educativas

El Secretario General del NASUWT, Chris Keates, afirma que el primer ministro debía centrarse en atajar las profundas desigualdades sociales legadas por su predecesor.

“La selección velada ha aumentado en poco tiempo, por culpa de la política educativa del anterior Gobierno de coalición, mantenida por el actual, que a menudo excluye al alumnado de las clases desfavorecidas”, explica. “Ya es una realidad que el acceso a la educación de algunos niños y jóvenes depende del poder adquisitivo de su familia”.

Keates subraya la pobreza, un inhibidor clave del desarrollo educativo, que castiga a más de tres millones de niños y niñas en el Reino Unido, que diariamente sufren las consecuencias más graves de la recesión y la cruda realidad de los recortes sociales, de becas de estudio y servicios y atención especializados.

“Los valores y el espíritu de la educación pública, que debería proteger y promover el derecho de todos los niños y jóvenes a una educación de calidad, se encuentran en grave peligro”, advierte.