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Internacional de la educación
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En Copenhague, docentes y estudiantes se dedican a crear una escuela de carbono neutral

publicado 29 marzo 2010 actualizado 29 marzo 2010

En el momento en que los líderes del mundo se reúnen en la COP15 para negociar un acuerdo global destinado a evitar una catástrofe climática, estudiantes y docentes de Copenhague están tomando medidas concretas para que su escuela sea de carbono neutral para el año 2015, una década antes que el objetivo que se ha fijado su ciudad para lograr la neutralidad de carbono.

"Así es, no cabe duda de que vamos a conseguirlo", predice Peter Daniel Andersen, Vicedirector de la Escuela Pública Vanløse. "Nos hemos fijado como plazo para que todos los niños y niñas de la escuela sean educados en el desafío climático enero de 2010 y lo hemos hecho a través de todo el programa de estudios, no sólo en ciencias naturales."

Los 507 estudiantes de Vanløse, desde el jardín de infancia hasta el décimo grado, han creado obras de arte, poesía, videos, así como coches alimentados por energía solar y eólicas construidas con bloques Lego. Uno de sus profesores escribió una canción sobre el cambio climático y el coro de la escuela lo ha presentado en la televisión danesa durante la semana de las negociaciones sobre el clima. Algunos de los alumnos mayores son voluntarios en la COP15 y el Foro Klima.

Mientras los estudiantes participan activamente en el aprendizaje y la enseñanza de quienes los rodean, incluidos sus padres y otros adultos de la comunidad local, acerca de la sostenibilidad, Andersen y el resto del personal de la escuela trabajan a numerosos niveles diferentes para reducir la huella de carbono de los edificios escolares, los cuales datan de la década de 1920.

Aislamiento de las puertas exteriores, modernas ventanas de doble acristalamiento, iluminación de bajo voltaje, temporizadores en los interruptores de luz y paneles solares son sólo el principio. Tienen planes para mejorar el drenaje y el uso de agua de lluvia, plantar un tejado verde en uno de los edificios, e incluso poner eólicas en otro.

Sin embargo, más allá de los cambios físicos, Andersen afirmó estar más entusiasmado con el crecimiento intelectual y ético de los alumnos y alumnas y de toda la comunidad escolar. El personal, miembros del sindicato danés de los docentes, DLF, han mostrado una gran dedicación e innovación en su compromiso con el programa.

"Estamos creando, todos, un sentimiento de identificación con esta problemática. Y los jóvenes que estamos educando en esta escuela van a ser los ciudadanos y ciudadanas del mundo que realmente lograrán un cambio decisivo en el futuro".

Por Nancy Knickerbocker

Este articulo fue publicado en Mundos de la Educación, No. 33, marzo 2010.