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La IE defiende los derechos de los trabajadores de la educación en la Conferencia Internacional del Trabajo

publicado 8 junio 2017 actualizado 16 junio 2017

Los derechos del trabajo de los/las docentes y las condiciones de empleo de calidad para contar con mejores sistemas educativos han sido los temas centrales de la intervención de Haldis Holst, Secretaria General Adjunto de la IE, ante la Conferencia Internacional del Trabajo.

Durante la 106ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra, Suiza, la Secretaria General Adjunta de la Internacional de la Educación (IE) y jefa de delegación, Haldis Holst, subrayó la importancia de contar con buenas condiciones de trabajo para los/las docentes con el fin de lograr mejores sistemas educativos y un desarrollo sostenible.

A continuación figura el texto completo de su discurso pronunciado hoy, 8 de junio.

Conferencia Internacional del Trabajo

Ginebra, 8 de junio de 2017

Intervención en la Discusión General

Sra. Haldis Holst, Secretaria General Adjunta

Internacional de la Educación

Presidente, distinguidos delegados y delegadas,

La Internacional de la Educación es la federación sindical mundial que cuenta con más de 30 millones de miembros entre docentes, académicos, investigadores y personal de apoyo a la educación en todo el mundo.

En muchos países, la mayoría de los docentes se afilian a sindicatos profesionales independientes y democráticos, por lo que pueden legítimamente definirse como la voz de la profesión docente. Los sindicatos de la educación tienen una doble misión: en primer lugar, defender los intereses de sus miembros y de la profesión en general a través del diálogo social y, en segundo lugar, promover la calidad y la equidad de la educación. Ambas misiones están interrelacionadas y son, al mismo tiempo, complementarias.

La educación de calidad depende de una enseñanza de calidad que cuente con un cuerpo docente competente y altamente motivado. Para ello requiere de condiciones de trabajo y de empleo justas, tal como lo especifica la Recomendación conjunta de la OIT y la UNESCO sobre la situación del personal docente.

A lo largo de la historia, los sindicatos de los docentes han estado a la vanguardia en la mejora de la calidad de la educación y las oportunidades educativas para todos. No es una coincidencia que los países con sistemas educativos eficaces también suelen contar con sindicatos de la educación fuertes. En su informe sobre los resultados de PISA 2009, la OCDE señaló que “algunas de las reformas (educativas) de mayor éxito son aquellas apoyadas por sindicatos fuertes y no las que mantienen débil el papel de los sindicatos”. También sabemos que algunos de los programas de desarrollo profesional más eficaces son los organizados por los sindicatos de la educación.

Sin embargo, los derechos laborales de los docentes, aunque protegidos por los Convenios de la OIT, son ignorados demasiado a menudo por los gobiernos. La lista enumerada por la Internacional de la Educación y la OIT de los responsables de la violación de estos Convenios es demasiado larga. La Comisión de Aplicación de Normas examinará la violación de los derechos de los docentes en Argelia, Bahrein, Botswana, Camboya, Ecuador y Turquía, para mencionar solo algunos. Lamentablemente, Brasil y Corea no se incluyeron en la lista final, y les aseguro que hubieran merecido una discusión. En Bahrein, Ecuador y Corea, se han deslegalizado sindicatos de la educación independientes. En Turquía, más de 28.000 docentes y académicos han sido despedidos y reemplazados. En Botswana, el Parlamento está estudiando la posibilidad de convertir el sector de la enseñanza en un servicio esencial.

No cabe duda alguna de que los docentes y la educación son esenciales, pero la educación no es un servicio esencial en el sentido que lo entiende la definición de la OIT.

Un sistema de educación pública de calidad debe respetar a los docentes en tanto que valor fundamental. Este respeto debe reflejarse en la formación, la remuneración y las condiciones de trabajo adecuadas. Requiere que el tamaño de las clases sea razonable, y se cuente con apoyo profesional e instalaciones seguras y bien equipadas. Todo lo cual debe reflejarse en convenios colectivos libremente negociados. El derecho de huelga es un elemento fundamental de un proceso de negociación positivo y equitativo, también para los docentes.

El Comité de Libertad Sindical de la OIT ha declarado que los docentes no entran en la definición de servicios esenciales, a pesar de la importancia del servicio que prestan a los alumnos y a la comunidad en general. Por lo tanto, los sindicatos de la educación deben tener el mismo derecho que otras organizaciones de los trabajadores a tomar las medidas que consideren necesarias.

Los docentes y la educación forman parte de la solución para alcanzar muchas de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Desafíos tales como la pobreza, la desigualdad, el trabajo infantil, el trabajo decente, el cambio climático y una educación de calidad. Los docentes desempeñan un papel fundamental en la integración de los esfuerzos sociales de hoy y de mañana. Son agentes clave para las sociedades a la hora de abordar los desafíos y los cambios, tales como la prevención del extremismo y la garantía de los derechos de los refugiados y los desplazados.

Los sindicatos de la educación son un elemento esencial de toda sociedad democrática, tanto por representar una profesión de la que se espera que imparta valores democráticos a las generaciones futuras, y como grupo de presión que hace valer la justicia social y los derechos democráticos.

Gracias por su atención.