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Mundos de la Educación

Piensa de forma global, actúa de manera local: Perspectivas del taller de activistas jóvenes de la IE

publicado 11 octubre 2017 actualizado 16 octubre 2017
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Soy un profesor joven de Nueva Jersey con más de siete años de experiencia en las aulas. Este verano viajé a siete ciudades diferentes para participar en diez conferencias. Mantuvimos conversaciones intensas sobre la justicia racial en la educación, la creación de movimientos progresistas y el desarrollo del liderazgo, entre otras cosas. La experiencia más impactante fue la oportunidad única en la vida de presentar a la NEA en la Cumbre de Jóvenes Activistas de la Internacional de la Educación (IE) celebrada en Bruselas (Bélgica).

Cuando llegué a la ciudad, decidí ir caminando al hotel y disfrutar de un poco del aire fresco después de ocho horas de viaje. Equipaje a cuestas, carteles de las calles en francés, calles serpenteantes, no había conexión Wi-Fi para Google Maps… Inmediatamente me arrepentí de mi decisión. Sin embargo, a lo largo del camino, vi zonas que no están centradas en los turistas. Los edificios toscos parecían una versión europea de Washington Heights en Nueva York, solo faltaba el mofongo. Me pregunté: “¿cómo serán las escuelas en este barrio?”

Durante la cumbre hablé con 50 sindicalistas docentes jóvenes de 30 países diferentes sobre diversos temas, del Movimiento Mundial de Reforma Educativa a los Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS). Más allá del contenido, esta experiencia fue una oportunidad para sentarnos juntos, compartir historias y crear una comunidad, por encima de nuestras limitaciones lingüísticas y culturales. Cada uno llegó con su propia lente que amplió el significado de “diverso” en este colectivo mundial.

Nuestros compañeros y compañeras de muchos países “desarrollados” éxplicaron las normas en las que se basaban sus sistemas educativos: respeto, prestigio y remuneración de los trabajadores de la profesión docente. Nuestros compañeros de muchos países “en desarrollo” explicaron las dificultades cotidianas y destacaron victorias obtenidas mediante la acción colectiva. Perspectivas muy diversas convergieron en un espacio.

La primera noche un compañero describió detalladamente el nivel de violencia que asolaba su país. Compartió una dura verdad: “Si eres político tienes una de estas dos cosas: pistolas o dinero”. Nuestra conversación derivó hacia las aguas profundas de sus aspiraciones políticas. Le pregunté: “¿cómo mantendrías tu integridad en un sistema corrupto y por qué arriesgarías la vida?”. Contestó a ambas preguntas con una respuesta fácil: “la gente”.

La siguiente noche nos invitaron a beber un vaso de Kava, la bebida nacional de Fiyi, hecha de la raíz de la planta de la pimienta. Tenía un efecto ligeramente adormecedor, como el Novocain en el dentista. Era completamente legal, lo comprobé. Así que nos sentamos en círculo en la habitación del hotel dando sorbos y diciendo “¡bula!” (algo parecido a “salud”) después de beber. Hablamos de lo que habíamos aprendido ese día y llenamos la habitación de risas.

Durante la última noche de celebración, una compañera decidió discretamente no cenar. De forma educada, pero firme, insistió en que no tenía hambre. Con verdadera preocupación y curiosidad, el grupo amablemente le preguntó acerca de su decisión. Finalmente terminó por confesar. No era para demostrar nada o por falta de dinero. En su conciencia, la compañera simplemente no podía justificar gastar el equivalente a seis meses de alquiler en su país en una comida.

Agradecí la cantidad de ejemplos que me ayudarían a adquirir un entendimiento más concreto de nuestro contexto mundial para mis estudiantes.

Como profesor de historia, conocía el despiadado legado que Bélgica había dejado a la población de África a través del rey Leopold o. Como en los Estados Unidos, la riqueza amasada a través de la explotación colonial ha dado a los países "desarrollados" muchos lujos, como la capacidad de estar a la cabeza en cuestiones como la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible. Durante la cumbre, este grupo internacional de jóvenes activistas sindicales creó estrategias para organizarse en torno a cuestiones como los derechos de la mujer, la justicia ambiental y la educación equitativa. Así es como la IE sembró las semillas del cambio.

Fue una experiencia profunda de aprendizaje que ahondó mi sentimiento de humanidad compartida. Todos éramos educadores conectados por las raíces de nuestra familia sindical. Cada persona nos daba el fruto de su pasión, cultura y espíritu. Estas experiencias han ayudado a las personas jóvenes, como yo, a crecer como líderes en las aulas.

Desde entonces, hemos presenciado violencia en Charlottesville,deslizamientos de tierra en Sierra Leona, huracanes en el Caribe, violaciones de los derechos humanos en las Filipinas, ataques a los derechos de la mujer y una explosión de la disparidad de la riqueza, entre otras cosas. El mundo necesita más que nunca educadores apasionados en el sector público, dirigentes sindicales sin miedo y jóvenes progresistas. #thinkglobalactlocal

Nota. Algunos nombres y lugares se han omitido para proteger las identidades de las personas que compartieron sus historias.

Nota. Esta es la tercera y última parte de “Piensa global, actúa local: Serie de legados” de www.thesoulera.com. SOUL Era es un blog que relata el viaje de tres educadores jóvenes de color en los Estados Unidos que trabajan para educar, organizar y potenciar a los jóvenes. SOUL quiere decir “Servants Organizing Underground Legends” (servidores que organizan a leyendas clandestinas) (vér Parte 1 y Parte 2)

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.