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Estudio de la OCDE: la precariedad en las carreras de investigación académica

publicado 28 junio 2021 actualizado 30 junio 2021

Las carreras académicas son cada vez más precarias, un hecho que pone en peligro los derechos y somete al personal a condiciones de trabajo difíciles y a una situación de estrés. La OCDE, por iniciativa de su Foro Mundial de la Ciencia (FMC), ha publicado un estudio en el que se formulan nueve recomendaciones para mejorar la situación.

El informe, que se centra en el personal de investigación posdoctoral, concluye que existe un alto grado de precariedad. La mayoría del personal está sujeto a contratos de corta duración o no tiene ninguna relación de trabajo. En el documento de política, titulado Reducing the Precarity of Academic Research Careers (Reducir la precariedad en las carreras de investigación académica) , se señala que, aunque la pandemia de COVID-19 haya pronunciado la adversidad, la gravedad del problema data de largo y ha empeorado más con el paso del tiempo.

En el estudio se describe el rápido aumento de los doctorados (un incremento del 25 % entre 2014 y 2019, en general, en los países de la OCDE) y el número cada vez menor de oportunidades en el ámbito académico. Según el informe: “Muchos países están experimentando la aparición de un doble mercado de trabajo donde coexisten una élite investigadora protegida que va a menos y un gran grupo investigador precario que representa actualmente a la mayoría en casi todos los sistemas académicos”.

Desigualdad

El trabajo temporal y precario ha afectado desproporcionadamente a las mujeres y los jóvenes investigadores. A menudo, en las oportunidades profesionales y de contratación, se pasan por alto a las mujeres. Muchas trabajan a tiempo parcial u ocupan puestos de enseñanza, aunque haciendo también trabajo de investigación “a escondidas”.

Pese a que faltan datos de muchos países de la OCDE y no siempre se pueden realizar comparaciones, hay indicios de que las minorías étnicas, entre otras, también se están viendo afectadas. Gran parte del personal investigador encadena contratos de corta duración, a menudo sin descanso ni compensación algunos. Esta situación beneficia a aquellas personas con medios independientes, que pueden permitirse ser pacientes hasta que se presente un contrato de larga duración o permanente.

Bienestar

En el informe se ponen de relieve los efectos poco saludables del ambiente de trabajo. En la conclusión se señala lo siguiente: “Hay pruebas de que los altos niveles de competitividad y la falta de reconocimiento han creado unas condiciones de trabajo desagradables y agresivas”. El ambiente de trabajo tóxico no es producto exclusivamente de las oportunidades limitadas, sino también de lo que expresan como la “cultura de investigación actual, desde el punto de vista de procesos de evaluación, relaciones de poder entre los académicos de mayor y menor antigüedad, e incentivos individuales e institucionales”.

Sin embargo, el estrés fruto de la precariedad laboral tiene consecuencias fuera del lugar de trabajo. En el informe se pone de relieve que “la precariedad de sus condiciones laborales y la falta de perspectivas a largo plazo tienen implicaciones para la vida personal de esos investigadores, por ejemplo, en lo que respecta a formar una familia y acceder a la vivienda”.

Recomendaciones

El informe no se limita únicamente a aspectos individuales. Expone un conjunto de recomendaciones que enfatizan la necesidad de adoptar medidas concertadas y realizar cambios sistémicos en relación con el trabajo académico y de mejorar la preparación para el empleo en otros lugares.

Las nueve recomendaciones son:

1. Mejorar las condiciones de trabajo del personal de investigación posdoctoral y ofrecerle perspectivas profesionales más transparentes, predecibles y flexibles

La recomendación se centra en la situación en el empleo, y menciona que gran parte del personal o recibe estipendios o tiene contratos de duración determinada, de corta duración y de trabajo a tiempo parcial. En muchos casos, la duración de los contratos está asociada a la financiación de determinados proyectos. Recomiendan adoptar medidas que pongan fin a la precariedad, especialmente, los contratos de corta duración, así como efectuar una recopilación minuciosa de datos a fin de evaluar el progreso.

2. Ofrecer un amplio desarrollo profesional durante la formación posdoctoral

Dada la limitación de oportunidades para hacer carrera académica, las instituciones educativas deberán ofrecer un desarrollo profesional que facilite acceder al empleo en otros lugares.

3. Promover la igualdad de oportunidades, la diversidad y la inclusión en las carreras de investigación al identificar y abordar los sesgos y desafíos existentes

Esto conlleva emplear la transparencia y la divulgación en la contratación con el fin de evitar la “endogamia académica” y promover la diversidad a través de “políticas específicas que aborden los obstáculos a los que se enfrentan los grupos insuficientemente representados en el ámbito investigador”.

4. Perfeccionar los vínculos entre la evaluación y la financiación de la investigación y los objetivos de política en materia de gestión de recursos humanos

El informe sostiene que demasiada investigación está impulsada por proyectos. La medición de los resultados a menudo determina el éxito dentro de unos estrictos límites que ahogan la creatividad. Las normas de desempeño impuestas desde un plano externo interfieren con las políticas acertadas en materia de recursos humanos y favorecen la precariedad. Además, pueden afectar a la capacidad de realizar investigaciones independientes.

En el estudio se señala que “la incorporación de criterios que valoren el desarrollo profesional del personal investigador, la repercusión de la investigación en la sociedad, la calidad del entorno de investigación, y las estrategias y prácticas institucionales sobre equidad, diversidad e inclusión puede tener un efecto positivo en el desarrollo profesional del personal investigador y en el sistema de investigación”.

5. Mejorar las prácticas institucionales en relación con la gestión de recursos humanos en el ámbito de la investigación

En el estudio se recomienda dar mayor prioridad al personal investigador. Se insta a desarrollar “un enfoque integrado de contratación, desarrollo profesional, orientación profesional, evaluación del desempeño, decisiones de promoción y trayectorias profesionales”.

6. Promover la movilidad intersectorial del personal investigador

Esta recomendación insta a las instituciones a ofrecer preparación al personal de investigación posdoctoral a fin de favorecer su acceso a oportunidades laborales que no sean del ámbito académico, aunque sea en áreas ajenas a la investigación.

7. Apoyar la movilidad internacional del personal investigador

En el informe se habla de los obstáculos a la investigación internacional, incluidas las medidas restrictivas a los visados con motivo de la COVID-19. En la recomendación se destaca la importancia del trabajo internacional como parte de las carreras de investigación y la pertinencia de facilitar ese proceso.

8. Desarrollar la base de pruebas sobre las carreras de investigación

En el informe se señala que había incertidumbre con respecto a la calidad de la información comparativa, ya que existían diferencias en los sistemas nacionales de presentación de informes y determinados países no habían facilitado algunos datos. Para avanzar en este sentido, en el estudio se recomienda el uso de directrices estadísticas que consoliden la base de pruebas.

9. Incluir a todas las partes interesadas pertinentes en la gestión y la coordinación de las carreras de investigación y garantizar medidas concertadas y sistémicas

En el informe se pone de relieve que las carreras académicas se han vuelto muy competitivas e individualistas, lo cual no es un ambiente propicio para el trabajo productivo o la evolución. En el documento se indica lo siguiente: “Los contratos colectivos oficiales o los convenios menos formalizados pueden ser importantes para integrar esos enfoques colectivos y reunir el apoyo necesario. Las estructuras de gestión de las instituciones que realizan labores de investigación, así como de los procesos relevantes de formulación de políticas en el plano nacional, deben involucrar al personal de investigación posdoctoral, en reconocimiento de su función como agentes integrales del sistema de investigación”.

Conclusión

Estamos en una etapa inicial de un proceso muy largo. El Foro Mundial de la Ciencia (FMC) de la OCDE ha establecido un grupo de expertos para centrarse en la formación doctoral y posdoctoral, y en iniciativas que promuevan trayectorias profesionales alternativas y más flexibles, así como criterios de rendimiento apropiados. El grupo tendrá representación del Comité Sindical Consultivo (CSC) de la OCDE, además de los expertos procedentes de los gobiernos de los países miembros de la OCDE.

Aparte de la IE, Sonja Bolenius, integrante del Grupo de Trabajo del CSC sobre Educación y directora de la unidad de política científica y universitaria del centro nacional alemán, el DGB, trabajará en el grupo de expertos.

El trabajo precario en la enseñanza superior ha sido una cuestión de calado en Alemania. Una de las organizaciones miembros alemanas de la IE, el GEW, hizo una campaña contra el trato deficiente al personal investigador con su Manifiesto Templin, que concienció a la opinión pública del problema y generó algunas medidas gubernamentales.

El Secretario General de la IE, David Edwards, en respuesta a la publicación del informe de la OCDE sobre la precariedad laboral del personal investigador declaró: “Este ha sido un tema recurrente y de creciente importancia en nuestras reuniones sobre la enseñanza superior. Es vergonzoso que el personal investigador de las universidades tenga que vivir en condiciones deficientes y en una situación de estrés constante. Es una cuestión de derechos y condiciones de trabajo, aunque también de libertad académica. El informe de la OCDE indica que la mayor parte de las investigaciones universitarias la realiza personal investigador sin representación, que vive aislado en una lucha de supervivencia competitiva por el siguiente contrato. En estas condiciones, la investigación independiente, tan necesaria para las políticas públicas y para el funcionamiento de la democracia, está en peligro. Como nos recuerda el informe, en los Estados Unidos, la razón original para ejercer en el sistema educativo era la libertad académica”.