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Asia-Pacífico: Las condiciones de vida y de trabajo del personal educativo se han visto gravemente afectadas por la pandemia

publicado 3 diciembre 2021 actualizado 7 diciembre 2021

El estrés y el incremento de la carga de trabajo impuesta al personal educativo a lo largo de la pandemia de COVID-19, así como la preocupación por su futuro laboral, fueron algunas de las cuestiones destacadas durante el seminario web regional organizado por la oficina de la Internacional de la Educación en Asia-Pacífico (IEAP) en colaboración con la Oficina Regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para Asia y el Pacífico. Además, también se presentaron a los participantes las conclusiones del informe redactado conjuntamente por la IEAP-OIT sobre "El impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación y la enseñanza en Asia-Pacífico: el futuro del trabajo en la educación".

El personal docente y sus sindicatos deben determinar la nueva normalidad en el sector educativo

Al dirigirse a los participantes, la presidenta de la Internacional de la Educación, Susan Hopgood, resumió de forma general el impacto de la pandemia en los trabajadores y trabajadoras de la educación en Asia-Pacífico.

"Este taller es la prueba de que el personal educativo y los sindicatos nos las arreglamos con lo que tenemos y lo que podemos hacer en las peores circunstancias que se recuerdan", subrayó.

Hopgood también recordó que una investigación reciente de la Internacional de la Educación, el "Informe sobre la situación del personal docente en el mundo 2021", que encuestó a dirigentes sindicales de la educación en 94 países, "ha constatado la escasa o nula mejora estructural en términos de inversión en educación pública y apoyo al personal educativo".

Hopgood insistió en que "no podemos dejar que la pandemia determine la nueva normalidad en nuestro sector" y dijo que "tenemos a nuestro alcance una nueva normalidad de mayor inversión en el personal educativo, de condiciones de trabajo decentes y de infraestructuras resistentes para la enseñanza y el aprendizaje".

Una base sólida sobre la cual estructurar el diálogo social entre sindicatos, empresarios y autoridades educativas

Panudda Boonpala, directora regional adjunta de la Oficina Regional de la OIT para Asia y el Pacífico, reconoció que "la satisfacción del trabajo docente y su capacidad para impartir conocimientos es vital para educar de forma eficaz a las jóvenes generaciones que construirán el mundo del mañana. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha puesto en duda seriamente la enseñanza tradicional".

Entre las principales conclusiones de la encuesta de la IEAP-OIT, mencionó que el hecho de que más del 75 % de los encuestados expresaran su insatisfacción con la naturaleza y la calidad de su trabajo durante la pandemia "es significativo".

Boonpala añadió que la OIT hace mucho hincapié en la importancia del desarrollo de las competencias y el aprendizaje permanente para todos y todas e insistió en que "el informe de la encuesta es una base sólida sobre la cual estructurar el diálogo social entre sindicatos, empresarios y autoridades educativas con el fin de debatir políticas innovadoras con las que configurar el sistema educativo, así como las necesidades del personal docente en la era posterior a la recuperación".

Por otro lado, aseguró que la OIT está firmemente comprometida con la promoción de los derechos y el bienestar del profesorado. "Y valoramos mucho nuestra colaboración con la Internacional de la Educación para garantizar un trabajo decente en el sector de la educación y la enseñanza".

La calidad de la enseñanza y el bienestar afectados por la pandemia de COVID-19

La Dra. Meera Chandran, del Instituto Tata de Ciencias Sociales de la India, presentó las conclusiones del estudio IEAP-OIT titulado "El impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación y la enseñanza en Asia-Pacífico: el futuro del trabajo en la educación".

En particular, el estudio muestra: un 76,9 % de cierres de escuelas, una disminución del 2,8 % en el empleo regular a tiempo completo y un 16 % de cambios en las condiciones de empleo.

El impacto económico de la pandemia de COVID-19 en el personal docente también es evidente, ya que el estudio destaca que el 23,2 % del profesorado de Asia-Pacífico que respondió a la encuesta está preocupado por la pérdida de su puesto de trabajo, el 21,8 % señaló una reducción de su salario y el 54,6 % indicó un aumento del gasto en dispositivos y materiales de enseñanza.

La pandemia de COVID-19 también ha tenido repercusiones en la calidad de la enseñanza y el bienestar: solo el 25,4 % de los encuestados dijeron estar bien preparados para el futuro del trabajo después de la pandemia.

En cuanto al apoyo en la modalidad de trabajo en línea/a distancia, el profesorado reconoció que "formar parte de un sindicato permitía tener una fuerte presencia organizada y plantear colectivamente los problemas ante las autoridades competentes".

Recomendaciones del estudio IEAP-OIT

El estudio, realizado por el Dr. Chandran, la Dra. Poonam Sharma y Emaya Kannamma, hizo las siguientes recomendaciones:

  1. Acceso a dispositivos digitales para el trabajo
  2. Mejor salario y seguro médico
  3. Desarrollo profesional en materia de tecnología digital
  4. Reconocimiento de las comunidades de docentes
  5. Reconocimiento del trabajo del personal docente
  6. Consultas sobre la divulgación de políticas y programas

A continuación, los dirigentes sindicales de la educación compartieron sus reflexiones sobre esta investigación en torno a las repercusiones de la pandemia de COVID-19 en la educación y la enseñanza.

Tomaron la palabra Hom Kumar Thapa, presidente del Institutional School Teachers’ Union of Nepal; Monika Sharma, vicepresidenta de la Women’s Network of the All-India Primary Teachers’ Federation; Raymond Basilio, secretario general de la Alliance of Concerned Teachers in the Philippines; y Angelo Gavrielatos, presidente de la New South Wales Teachers Federation de Australia.

Financiar la educación para lograr un clima escolar positivo

Al reflexionar sobre las conclusiones, las recomendaciones y el futuro del trabajo en la educación, Jenelle Babb, asesora regional de Educación para la salud y el bienestar de la oficina de la UNESCO en Bangkok, destacó tres imperativos fundamentales:

  1. Garantizar el bienestar del personal docente.
  2. Prestar atención a la calidad del entorno escolar con vistas a que el profesorado sienta que se confía él y se le apoya, y lograr un clima escolar positivo. Necesitamos financiación para que la calidad de la enseñanza sea efectiva.
  3. Garantizar una enseñanza que sea valorada y evitar el estrés del profesorado, por ejemplo, luchando contra la precariedad laboral o apoyando la equidad y la igualdad de género.

A continuación, los participantes del seminario web regional sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 en la enseñanza y la educación se dividieron en tres grupos para debatir las siguientes cuestiones: condiciones, desarrollo profesional y bienestar.

El especialista regional de la OIT en educación obrera, Pong-sul Ahn, también reconoció que "la educación es el mejor camino para cambiar la vida de las nuevas generaciones".

En sus observaciones finales para clausurar el seminario web, el secretario general de la Internacional de la Educación, David Edwards, destacó que "el estudio regional que hemos publicado y revisado hoy es testimonio de nuestra voluntad de analizar detenidamente la situación del personal educativo, los retos a los que se enfrentan las y los docentes y cómo se les apoya, si es que se les apoya".

Los gobiernos deben dar prioridad a la salud del profesorado y del alumnado

Edwards señaló que "no podemos seguir así, paralizados por una financiación totalmente insuficiente. Los responsables políticos y los funcionarios públicos deben trasladar el dinero de los contribuyentes de las empresas privadas hacia donde más desesperadamente se necesita". Por otro lado, Edwards indicó que, a medida que los países comienzan a reabrir los establecimientos educativos, los gobiernos deben trabajar "para dar prioridad a la salud del profesorado y del alumnado en los preparativos para esta transición". En primer lugar, dijo, el personal docente y el personal de apoyo educativo merecen protección social.

Edwards añadió que "otro aspecto del trabajo que ya no podemos pasar por alto es la tecnología, un aspecto que, en la era de la COVID-19, nos tomó totalmente desprevenidos. Debería ser al revés".

En su opinión, "si los gobiernos se tomaran realmente en serio la mejora de nuestro futuro, deberían trabajar para construir un entorno de bienestar, no de estrés agotador y deterioro de las condiciones de trabajo".

Un contrato social más sólido entre el personal educativo y los gobiernos

Edwards insistió en que la Internacional de la Educación y sus afiliadas seguirán formando redes de ayuda y estructuras de apoyo al personal educativo a nivel local e interregional, y señaló que "nos apoyamos unos en otros para desarrollar, colaborar y compartir las mejores prácticas e ideas, especialmente en un entorno digital desconocido".

El dirigente de la Internacional de la Educación destacó, además, que: "Apoyaremos nuestros mismos llamamientos para lograr un contrato social más sólido entre el personal educativo y los gobiernos. Lucharemos por nuestro lugar en la mesa de negociaciones".

"Los sindicatos de docentes, como siempre, insistirán en un cambio significativo, al igual que los responsables políticos siempre se oponen, rechazan nuestras demandas y recurren al cortoplacismo, al fundamentalismo de mercado y al programa antidemocrático", explicó.

"Dentro de muchos años, cuando los futuros historiadores echen la vista atrás para observar el impacto de la pandemia en nuestro sector, lo que debería importar son nuestras decisiones conscientes. Deberían ser nuestras luchas de principios las que definan este oscuro capítulo de nuestra historia. Nuestros miembros están comprometidos y dispuestos a desafiar los paradigmas habituales que nos han llevado precisamente a esta crisis. No dejaremos que sus excusas contrafácticas queden sin respuesta", concluyó Edwards.