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La Internacional de la Educación ayuda a amortiguar el impacto del ciclón Freddy

publicado 23 marzo 2023 actualizado 20 marzo 2024

La federación sindical mundial que representa a los educadores de todo el mundo ha aportado apoyo financiero a través de su Fondo de Solidaridad a los estudiantes, docentes y personal educativo de Madagascar, Malaui y Mozambique que han resultado gravemente afectados por la devastación causada por el ciclón tropical Freddy.

La Internacional de la Educación (IE) ha respondido inmediatamente a la llamada de emergencia de aquellas organizaciones miembros que han sido afectadas por esta catástrofe natural. Ha asignado recursos financieros a la Federación Cristiana de Profesores y Empleados de la Enseñanza (FEKRIMPAMA) de Madagascar, a sus organizaciones miembros de Malaui —el Sindicato de Empleados de Escuelas Privadas de Malaui (PSEUM) y el Sindicato de Docentes de Malaui (TUM)— y a la Organización Nacional de Profesores (ONP) de Mozambique.

Madagascar

En su carta con fecha del 17 de marzo, el secretario general de FEKRIMPAMA, Constant Andrianatrehy Marolaza, informó a la IE de que 226 instituciones educativas habían sido destruidas en la región de Atsimo-Andrefana. El terremoto se había cobrado la vida de 72 docentes: 39 en las regiones de Vatovavy y Fitovinany, 10 en la región de Sofía y 33 en las regiones de Atsimo-Andrefana y Menabe.

«Los graves daños están perturbando la enseñanza en las zonas afectadas y arruinando la vida de los profesores y profesoras. Por ello, tenemos previsto organizar una salida de reconocimiento a algunas zonas afectadas, como Toliara y Mananjary, y prestar allí apoyo moral y, sobre todo, económico», escribía.

Estas acciones pretenden ayudar a las organizaciones afiliadas afectadas y reforzar la visibilidad del sindicato.

La ayuda financiera recibida ha contribuido a que FEKRIMPAMA pudiera acometer las acciones siguientes:

  • Distribuir ayuda financiera entre los miembros afectados.
  • Reforzar las relaciones entre la oficina federal y los miembros de las regiones visitadas.
  • Visitar y apoyar a los directores de centros educativos.
  • Reclutar a más personal educativo como miembros de FEKRIMPAMA.

Malaui

En Malaui, el secretario general del TUM, Charles Kumchenga, y el secretario general del PSEUM, Falison Lemani, hicieron un llamamiento de emergencia a la IE para que ayudara a más de 500 docentes afectados por el terremoto en el sur del país.

Según explicaban, el 12 de marzo, Malaui sufrió un ciclón tropical devastador en la mayoría de los distritos del sur del país que terminó con las vidas de muchas personas y dejó sin hogar a miles más. Hoy en día, muchas otras siguen desaparecidas. El ciclón también destruyó gravemente infraestructuras como redes de carreteras, puentes, redes eléctricas, sistemas de suministro de agua y escuelas.

El 13 de marzo, el presidente del país, el Dr. Lazalous McCarthy Chakwera, declaró el estado de catástrofe en la región meridional de Malaui. El gobierno reservó al instante 1.600 millones de kwachas malauíes (1.450.000 euros) para ayudar a las víctimas del ciclón.

Según un informe gubernamental, hasta el 15 de marzo, el ciclón Freddy se había cobrado 225 vidas, había herido a 707 personas y había forzado a más de 83.000 personas procedentes de 18.689 hogares a desplazarse (incluidos niños y niñas en edad escolar y más de 500 profesores y profesoras). Actualmente, estas víctimas siguen alojadas en 165 campos de evacuación. Para ello, 153 escuelas han sido convertidas en campos de evacuación para los supervivientes de las inundaciones.

Uno de los sectores especialmente afectados por el ciclón es el de la educación, informaban los líderes sindicales. Efectivamente, el Ministerio de Educación ordenó el cierre inmediato e indefinido de todas las escuelas del sur de Malaui.

Kumchenga y Lemani explicaron que el ciclón malauí dañó gravemente las infraestructuras de 129 escuelas primarias y 22 secundarias de los 13 distritos afectados (aulas, aseos, casas de profesores e instalaciones de agua).

Además, según los informes de las Oficinas de Educación, la catástrofe natural se ha cobrado hasta ahora la vida de 5 docentes (otros siguen desaparecidos), ha dejado sin hogar a otros 500 (que se encuentran actualmente entre las 83.000 personas que viven en campamentos), y más de 409 se han visto afectados de alguna forma indirecta (docentes alojados en las casas de profesores y profesoras de las escuelas que se convirtieron en campamentos de evacuación y que acogieron a algunos de los supervivientes de las inundaciones compartiendo sus instalaciones higiénicas).

Ambos líderes sindicales añadían: «Como sindicatos de profesores de Malaui, creemos que proporcionar material educativo, apoyo psicosocial a los profesores y profesoras y suministrar artículos relacionados con el refugio, la salud, el agua, las instalaciones de saneamiento y la higiene (inodoros móviles, productos químicos para el tratamiento del agua, jabón, cubos, etc.), así como seguridad alimentaria para los profesores y profesoras afectadas, ayudará a mitigar algunos efectos del ciclón a los miembros de nuestras organizaciones afectadas».

Asimismo, afirmaban que «tanto estos profesores y profesoras como su alumnado han pasado por un acontecimiento tan traumático que los docentes necesitan estar en un buen estado mental si quieren reanudar la enseñanza. Por ello, es importante ofrecerles asesoramiento. A largo plazo, puede que extendamos esta medida también a los niños y niñas con los que se están relacionando en los campamentos en los que se encuentran».

«Nos gustaría hacer un llamamiento para que se preste ayuda de emergencia a los profesores y profesoras afectados del sur de Malaui visitando el sindicato a los profesores afectados desde la solidaridad», concluían.

Mozambique

«En estos momentos, se calcula que hay más de 43.000 familias afectadas, casi la mitad de las cuales han perdido sus pertenencias y han visto sus casas completamente inundadas o destruidas a causa de las lluvias, los vientos y los furiosos caudales de los ríos», subrayaba Teodoro Albino Muidumbe, secretario general de la ONP.

Según Muidumbe, los datos provisionales indican que se vieron afectados más de 400 centros escolares (infraestructuras parcialmente inundadas y destruidas), 350.150 estudiantes (más de la mitad de los cuales se encuentran fuera de sus lugares de residencia o han quedado sin alojamiento), 22.517 profesores y profesoras y 875 miembros del personal técnico, administrativo y de apoyo.

«La ONP se ha unido a organismos gubernamentales y ONG, pero también a aquellos ciudadanos y ciudadanas y activistas que han intervenido en el rescate, supervisado el impacto de la catástrofe y prestado apoyo a las familias de las zonas afectadas», declaraba Muidumbe.

Justo después del paso del ciclón se activaron 29 centros de acogida, añadía Muidumbe. Además de las clases en las escuelas destruidas, se suspendieron las clases en las escuelas situadas en zonas consideradas seguras, que ahora sirven de centros de acogida para las personas sin hogar.

El sindicato de Mozambique necesita ahora apoyo económico para poder poner en marcha una campaña destinada a ayudar a las víctimas a recuperarse. «Pedimos a las organizaciones y personas solidarias que muestren su solidaridad y aporten su ayuda», afirmaba. Según el equipo técnico encargado de mapear el impacto de las inundaciones, entre las principales necesidades básicas que aún están por cubrir figuran productos alimenticios, ropa, colchones, mantas, material escolar, utensilios domésticos, mosquiteras, productos de higiene y herramientas para monitorear el desbordamiento de los ríos.

Según Muidumbe, esta ayuda se destinará a los 2.890 profesores y profesoras afiliados a la ONP que han resultado gravemente afectados y permitirá al sindicato organizar las siguientes acciones:

  • Recoger y asignar productos y materiales a las víctimas,
  • Sensibilizar a las autoridades educativas sobre la necesidad de impulsar el proceso de recuperación de los profesionales del sector, y
  • Motivar a los profesores y profesoras para que se afilien al sindicato y puedan beneficiarse de las ventajas de la afiliación.