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Reino Unido: El personal de la educación superior sobrecargado respalda las huelgas por los recortes de pensiones

publicado 17 noviembre 2021 actualizado 19 noviembre 2021

Los miembros del University and College Union (UCU) que trabajan en universidades del Reino Unido han respaldado la huelga en una votación sobre los recortes a las pensiones. Además de una posible pérdida de ingresos de jubilación en el sector, un informe reciente puso de manifiesto una sobrecarga de trabajo generalizada y una crisis de salud mental entre el personal universitario del Reino Unido.

Los resultados de la votación señalan “un mandato inequívoco a favor de la huelga por los recortes de las pensiones”

En general, el 76 % de los miembros del UCU que participaron en la votación respaldaron la huelga. Casi nueve de cada diez —el 88 por ciento— votaron a favor de acciones próximas a la huelga. La votación sobre los recortes de pensiones afectó a 68 universidades.

El UCU calificó el resultado como un “mandato inequívoco” para la huelga y afirmó que reflejaba el malestar del personal por los recortes a las pensiones del Plan de Jubilación de las Universidades (USS, por sus siglas en inglés), que reducen los ingresos de jubilación garantizados de un miembro promedio en un 35 %.

Según el UCU, el organismo de empleadores universitarios de las universidades, el Reino Unido sigue insistiendo en imponer los recortes a pesar de que los mercados se recuperan y los activos del plan de pensiones aumentan a niveles sin precedentes. En las negociaciones, los empleadores se negaron a acordar un ligero aumento en sus propias cuotas o a aprobar las propuestas alternativas del UCU al mismo nivel que las suyas.

El sindicato sostiene que las universidades deben anular de manera urgente los recortes de pensiones y regresar a la mesa de negociaciones para evitar una huelga.

Recorte del 35 % a las pensiones garantizadas

“Estos resultados señalan un mandato inequívoco para la huelga a raíz de los recortes de las pensiones, y los empleadores universitarios deben escucharlos alto y claro”, declaró la secretaria general del UCU, Jo Grady. “El personal de las universidades lo ha dado todo para apoyar a los estudiantes durante la pandemia, pero la Administración ha respondido intentando recortar su pensión garantizada en un 35 %. En un intervalo de votación de solo tres semanas, nuestros miembros han dejado muy claro que no aceptarán estos ataques malintencionados contra su jubilación.

“Ahora está en manos de los empleadores evitar una huelga, que es también lo que desea el personal. Todo lo que la Administración tiene que hacer es anular sus recortes innecesarios y retomar las negociaciones. Si no lo hacen, cualquier interrupción será responsabilidad exclusiva suya”.

Asimismo, el sindicato está a la espera de los resultados de su votación sobre salarios y condiciones. Una vez examinados los resultados de ambas votaciones, el comité de educación superior del sindicato se reunirá el viernes 12 de noviembre a fin de decidir los próximos pasos a dar, previa consulta con los afiliados y las afiliadas.

El personal, llevado al límite

Mientras tanto, un informe presentado el 28 de octubre pone de manifiesto una sobrecarga de trabajo generalizada y una crisis de salud mental en las universidades. El informe Apoyo al bienestar del personal en la educación superior fue publicado por Education Support, una organización benéfica del Reino Unido dedicada a apoyar la salud mental y el bienestar del profesorado y del personal docente en centros escolares, institutos y universidades.

Basado en una investigación sobre 2046 miembros del personal académico y del personal relacionado con el ámbito universitario, el informe ofrece la imagen de unos trabajadores y trabajadoras que están siendo llevados al límite. Describe cómo las excesivas cargas de trabajo han dado lugar a que uno de cada cinco miembros del personal académico trabaje 16 horas adicionales a la semana, el equivalente a dos días adicionales de trabajo, además de las horas por las que está contratado.

Las conclusiones del informe señalan que:

  • La mitad (53 %) de los encuestados mostró signos probables de depresión.
  • Casi ocho de cada diez (79 %) de los encuestados declararon que necesitan trabajar muy intensamente a menudo o siempre.
  • Casi un tercio (29 %) notificó sentirse emocionalmente agotado del trabajo todos los días.
  • Uno de cada cinco académicos (21 %) trabaja dos días adicionales (16 horas) a la semana, además de las horas por las que está contratado.

“Muchas personas todavía se sorprenden al enterarse de que la educación superior constituye uno de los sectores más precarizados de la economía británica. Hay al menos 75 000 empleados con contratos inseguros: trabajadores que son explotados, mal remunerados y, a menudo, llevados al límite por equipos de alta dirección que se basan en la buena voluntad y en una cultura del miedo”.

Vicky Blake, presidenta del UCU

El personal no tuvo otra opción

“La lectura del informe resulta desoladora, pero lamentablemente no será una novedad para los miles de empleados universitarios que han sido llevados al límite por sus propios empleadores”, subrayó Grady. “Alrededor de la mitad de los encuestados muestran signos de depresión, mientras que casi ocho de cada diez informan sobre cargas de trabajo intensas con regularidad. Estas cifras deberían avergonzar a todos y cada uno de los vicerrectores del Reino Unido, que, en lugar de criticar al personal universitario que vota a favor de la huelga por estos problemas, deberían demostrar que se toman en serio el bienestar de sus empleados y empleadas”.

Además, reconoció que “el personal sabe muy bien que la huelga provocará alteraciones, pero estas cifras son un recordatorio oportuno de por qué el personal no ha tenido otra opción”.

La dirigente del UCU explicó también que “tanto los estudiantes como el personal se beneficiarán de la mejora en la cultura de contratación de nuestras universidades, que trate a la plantilla como seres humanos valiosos, en lugar de como un recurso transaccional que se puede tomar y soltar en cualquier momento”.

Una profesora tuvo que vivir en una tienda de campaña

Mientras tanto, un artículo publicado por el periódico nacional The Guardian señaló que “la educación superior constituye uno de los sectores más precarizados de la economía del Reino Unido, y para muchas personas supone una batalla por salir adelante”. El artículo detallaba las penurias sufridas por la profesora de inglés Aimée Lê, que vivió en una tienda de campaña durante dos años mientras impartía clases. En su tienda, esperaba con ansias la “recompensa de la estabilidad” después de obtener su doctorado. Sabía que todavía tendría que aceptar algunos contratos a corto plazo, pero pensaba que se solaparían y que nunca más tendría que preocuparse por una vivienda segura.

En relación con el trabajo precario, una investigación actualizada del UCU pone de relieve que un tercio del personal académico está empleado con contratos de duración determinada y que el 41 % de los académicos dedicados exclusivamente a la docencia lo hacen bajo contratos pagados por horas. Las mujeres y el personal negro, asiático y de minorías étnicas tienen más probabilidades de tener un empleo inseguro.

La presidenta del UCU, Vicky Blake, afirmó: “Muchas personas todavía se sorprenden al enterarse de que la educación superior constituye uno de los sectores más precarizados de la economía británica. Hay al menos 75 000 empleados con contratos inseguros: trabajadores que son explotados, mal remunerados y, a menudo, llevados al límite por equipos de alta dirección que se basan en la buena voluntad y en una cultura del miedo”.