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La educación inclusiva de calidad debe estar garantizada y financiada con fondos públicos, afirma liderazgo sindical de la educación en África

publicado 24 marzo 2023 actualizado 26 abril 2023

En su última reunión, el Comité Regional de la Internacional de la Educación para África (EIARC, por sus siglas en inglés) ha hecho balance de las actividades y los retos presentes y futuros para los educadores/las educadoras y sus sindicatos de la región y ha invitado a las organizaciones miembros a unirse a la campaña de la IE ¡Por la pública! Creamos escuela.

En la inauguración de la reunión celebrada del 20 al 22 de marzo en Johannesburgo (Sudáfrica), el presidente del EIARC, Christian Addai-Poku, recalcó que “han pasado ocho años desde que nuestros Gobiernos adoptaron el objetivo mundial en materia de educación, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, comprometiéndose a garantizar una educación de calidad equitativa e inclusiva así como oportunidades de formación continua para todos y todas. En el marco la Agenda 2063, el plan de desarrollo de la Unión Africana (UA), los Estados miembros de la UA adoptaron la Estrategia Continental de Educación para África (CESA 2016-2025), comprometiéndose a revitalizar la profesión docente y a cumplir la promesa de una educación de calidad para todos y todas”.

Sin embargo, lamentó que, a más de medio camino a 2030, fecha límite para alcanzar el objetivo mundial de educación, y a dos años del plazo de la CESA, muchas personas niñas, jóvenes y adultas de África sigan estando excluidas de la educación.

Recordó que los datos de la UNESCO dejan patente que el África subsahariana registra las tasas más elevadas de exclusión educativa, dado que más de una quinta parte de los niños y las niñas con edades comprendidas entre los 6 y los 11 años están fuera de las escuelas, mientras que una tercera parte de las personas jóvenes de entre 12 y 14 años están excluidas de la educación. Casi el 60% de las personas jóvenes de entre 15 y 17 años no van a la escuela.

“La pandemia de COVID-19 ha exacerbado los retos educativos en el continente africano. Esto, sumado a los conflictos y al cambio climático, ha repercutido gravemente en los países, los sistemas educativos y las comunidades. Se cree que la pandemia de COVID-19 ha echado por tierra dos décadas de logros educativos en África”, señaló también Addai-Poku, añadiendo que “no hay educación de calidad sin docentes y personal de apoyo a la educación con altos niveles de capacitación, cualificaciones y motivación”. Sin embargo, los datos de la UNESCO indican que en el África subsahariana solo el 67% del personal docente de enseñanza primaria y el 61% de secundaria cuentan con formación alineada a las normas nacionales”.

Lamentando que la región africana se vea a menudo confrontada a numerosas violaciones de los derechos humanos y sindicales, Addai-Poku mencionó asimismo la profunda solidaridad y apoyo del EIARC para con los compañeros y las compañeras de Malawi, Mozambique, Madagascar, Zambia y Zimbabwe tras el devastador impacto del ciclón Freddy en la región.

Tras subrayar que los bajos salarios y las pésimas condiciones de trabajo siguen disuadiendo a los y las jóvenes de optar por la enseñanza como profesión y siguen obligando docentes con muchos años de experiencia a abandonarla, se mostró convencido de que “el derecho a una educación de calidad para todos y todas en África no puede alcanzarse sin una inversión adecuada en educación, docentes e infraestructura”.

Por eso –explicó– el personal educativo africano “acoge con satisfacción la decisión de la IE de poner en marcha la campaña ¡Por la pública! Creamos escuela, y espera que las organizaciones miembros de la región puedan disponer de recursos para poner en marcha dicha campaña”.

¡Por la pública! Creamos escuela

En su discurso, el secretario general de la IE, David Edwards, facilitó más detalles sobre la campaña de la IE, destacando que “esta es nuestra oportunidad para tomar la iniciativa, para situar nuestra profesión a la vanguardia de los cambios reales en nuestros países y nuestras sociedades”.

A continuación, lamentó que “a día de hoy, en todo el mundo, la financiación de la educación está en crisis. Los sistemas educativos de muchos países disponen de menos recursos que en ningún otro momento de la historia. Sabemos que un presupuesto nacional constituye una expresión de las prioridades del Gobierno que se reflejan en su manera de asignar los recursos”.

Nuestra campaña exige responsabilidad, dijo también, señalando que los Gobiernos deben invertir en educación pública aumentando los presupuestos nacionales e incrementando la partida de la financiación que se destina a la educación. Cada año se necesitan millones de nuevas personas docentes profesionales dotadas de recursos suficientes, recordó.

También observó que la financiación de una educación de calidad constituye un reto especial en África. Y recordó que, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 24 de los 54 países de renta baja con alto riesgo de sobreendeudamiento están en África. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional sigue aconsejando a los Gobiernos que recorten o congelen los salarios públicos, como consecuencia de lo cual los sueldos del profesorado sufren o la tan necesaria contratación de docentes se bloquea.

Es necesario agilizar los progresos hacia la consecución del ODS 4

Insistiendo en que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) de la ONU insta a los países a garantizar que, de aquí a 2030, todo el estudiantado tenga acceso a una educación de calidad, Edwards advirtió que “ese objetivo está seriamente descarrilado”. A medio camino de la fecha límite de 2030, muchos niños y muchas niñas siguen abandonando la escuela. Cientos de millones de personas niñas, jóvenes y adultas más vulnerables siguen estando excluidas de la educación. Millones más están escolarizadas, pero no aprenden. Las previsiones apuntan a que, de aquí a 2030, solo 6 de cada 10 jóvenes terminarán los estudios de secundaria”.

Sostuvo que el progreso mundial hacia el logro del ODS 4 requiere soluciones integrales: personas docentes cualificadas, aulas y recursos de enseñanza y aprendizaje, un número manejable de estudiantes por aula, e instalaciones educativas adaptadas a los niños y las niñas, las discapacidades y el género, y proporcionar entornos de aprendizaje seguros, inclusivos y eficaces para todos y todas.

Edwards insistió en que “una educación de calidad requiere una enseñanza de calidad para el conjunto de los y las estudiantes y en todas las circunstancias, lo que significa emplear a docentes cualificados y cualificadas con los niveles y competencias adecuadas”.

“Quiero elogiarles por su liderazgo en el cruce fundamental de tantas cuestiones relacionadas entre sí. Juntos y juntas estamos construyendo un movimiento. Solo hay una manera de convertir la educación inclusiva de calidad en un derecho humano universal y una prioridad; solo hay una manera de conseguir los recursos públicos para el bien público; solo hay una manera de avanzar para crear un mundo sostenible. Ese único camino es la movilización. Unidos y unidas somos más fuertes”, concluyó.

AME: Mejorar la financiación nacional de la educación y movilizar recursos externos

En su presentación sobre “Invertir en educación y docentes en África: El papel de la Alianza Mundial para la Educación (AME)”, la directora del Equipo de Asociaciones de la AME, Margarita Focas Licht, señaló que su organización aspira a lograr una educación de calidad para todos los niños y todas las niñas y a mejorar la financiación nacional de la educación.

“Además de distribuir los 4.000 millones USD asignados por donantes al fondo de la AME de 2021 a 2025, la AME moviliza recursos externos para avanzar en los objetivos de educación y emplea mecanismos de financiación innovadores para movilizar financiación adicional por parte de los socios. El trabajo de la AME está respaldado por unos principios clave de eficacia de la ayuda para el uso de los recursos: la financiación externa se ajusta a los planes y sistemas de los países, y los y las donantes trabajan para armonizar las intervenciones”, declaró.

El liderazgo sindical de la educación también debatió sobre los avances hacia la consecución del ODS 4 y los objetivos de la CESA en África, y el director regional de la IE, Dennis Sinyolo, presentó las actividades emprendidas y planificadas por la Oficina de la IE en África, abordando las cuatro direcciones estratégicas de la IE: sistema, estatus, democracia y renovación.

Además, expuso las propuestas de la EIRAF para la Estrategia de Educación para África después de 2025, haciendo un llamamiento a los Gobiernos africanos para que inviertan en educación y en docentes. Acogiendo con satisfacción la decisión de la African Union (AU) de designar 2024 como Año de la Educación, Sinyolo manifestó que la EIRAF llevaría a cabo una evaluación de los progresos realizados en la consecución de los objetivos de la CESA y presentaría a la UA sus propuestas para la Estrategia de Educación para África después de 2025.

Informe sobre la participación y el liderazgo de las mujeres en los sindicatos de la educación

También se presentaron en la reunión del Comité Regional las conclusiones y recomendaciones del Informe de la Región de África de la IE/Red de Mujeres Africanas en la Educación (AWEN) sobre “Participación y liderazgo de las mujeres en los sindicatos de la educación: Investigar los obstáculos e identificar soluciones”.

Las conclusiones de la investigación, en la que participaron 17 sindicatos de cinco países africanos, ponen de relieve los diversos obstáculos (factores sociales, barreras culturales y estructurales en los sindicatos, y los relacionados con las características individuales de las mujeres) que impiden a las mujeres participar activamente en las actividades sindicales y asumir cargos de liderazgo sindical. El estudio identifica asimismo posibles soluciones a estos obstáculos.

Resoluciones del EIARC

Los y las miembros del EIARC adoptaron además una serie de resoluciones sobre:

También se prepararon para la 10ª Conferencia Regional Africana de la IE, que se celebrará del 19 al 24 de noviembre de 2023 en Johannesburgo (Sudáfrica).