Burundi: un compromiso sindical firme con la escolarización y la erradicación del trabajo infantil
Gracias a la acción decisiva del Syndicat des Travailleurs de l’Éducation du Burundi (STEB) y al apoyo de socios internacionales, 578 niñas y niños han vuelto a la escuela en la comuna de Ndava, a 50 kilómetros de la capital, Bujumbura. Esta comuna es hoy escenario de un compromiso colectivo ejemplar que busca erradicar el trabajo infantil en una zona geográfica concreta.
Movilización comunitaria
Este ambicioso proyecto, respaldado por la National Education Association (NEA), se puso en marcha oficialmente en marzo de 2025. El STEB, organización miembro de la Internacional de la Educación (IE) en el país y coordinadora del proyecto, obtuvo en primer lugar la autorización de las autoridades administrativas locales. Una reunión inicial, celebrada en marzo, reunió a todos los actores locales para sentar las bases de una acción conjunta. En esta primera fase participaron responsables educativos, equipos directivos de los centros, docentes, líderes locales y de zona, así como a padres y madres del alumnado. Juntos conocieron las modalidades del proyecto, que tiene por objetivo garantizar a todos los niños y las niñas el derecho fundamental a una educación de calidad.


Identificación de los niños y niñas afectados y de las dinámicas locales
Un estudio de campo, realizado por 15 investigadores, permitió identificar a 1 036 menores no escolarizados (569 niños y 467 niñas). La investigación también puso de relieve las dinámicas locales que perpetúan el trabajo infantil. Su proximidad con la República Democrática del Congo favorece el tráfico transfronterizo, y la intensa actividad comercial de Ndava atrae a niñas, niños y adolescentes, a menudo reclutados por adultos o jóvenes mayores, para participar en actividades económicas. La comuna también acoge a muchos emigrantes internos de las zonas montañosas más pobres, así como a personas desplazadas de Kivu del Sur que huyen de los conflictos armados.
Formación y sensibilización para crear una zona libre de trabajo infantil
Ante el interés de la comunidad y la magnitud del problema del abandono escolar, el proyecto se ha extendido a cinco escuelas de primaria. La estrategia adoptada, denominada "Zona libre de trabajo infantil", se basa en la formación y la movilización comunitaria.

En abril, 40 docentes de las escuelas seleccionadas recibieron formación sobre métodos pedagógicos adaptados a la prevención del trabajo infantil. Al mismo tiempo, otras 80 personas —direcciones escolares, representantes de la administración y líderes comunitarios— participaron en varias sesiones de sensibilización sobre su papel en la creación de un entorno protector que garantice el derecho fundamental de todos los niños y las niñas a ir a la escuela.

Clubes escolares y participación del alumnado en la prevención
Se ha formado a varias personas de referencia y facilitadoras para coordinar cinco clubes escolares contra el trabajo infantil, uno por escuela. Estos clubes se han convertido en espacios de expresión, sensibilización y compromiso para todo el alumnado. Por su parte, cada club ha formado a 10 de sus integrantes, 50 estudiantes en total, en derechos de la infancia y técnicas de sensibilización.

En mayo, se expusieron varios carteles de sensibilización en las escuelas y otros lugares públicos para reforzar la visibilidad del proyecto. También se ha creado y formado una asociación de madres de estudiantes, que cuenta hoy con 24 participantes, para aumentar la implicación de las familias en la lucha contra el trabajo infantil.
Sensibilización artística y actividades comunitarias
En el mismo mes de mayo, 59 docentes y madres de alumnado participaron en una formación SCREAM (defensa de los derechos de la infancia a través de la educación, las artes y los medios de comunicación) basada en la metodología de la Organización Internacional del Trabajo, que utiliza la expresión artística como herramienta para promover los derechos de la infancia. Durante las vacaciones escolares, de junio a agosto, se organizaron actividades de teatro de calle y juegos para sensibilizar a la comunidad e identificar a niñas y niños que habían trabajado y a los que ahora se ayuda en su proceso de reintegración escolar.
A lo largo de estos meses, se organizaron reuniones de seguimiento y visitas sobre el terreno para evaluar los avances y ajustar las acciones. El STEB también ha nombrado a un coordinador local, Alexis Nsabimana, como persona de referencia para la ejecución del proyecto en Ndava.

Seguimiento, evaluación y primeros resultados alentadores
Una visita de evaluación en septiembre permitió conocer a los distintos actores implicados. Con el inicio del nuevo curso escolar, un número impresionante de niñas y niños reintegrados había vuelto a las aulas. Tras unas semanas de clase, los datos consolidados mostraban 578 estudiantes nuevamente escolarizados: 293 niñas y 285 niños. Durante la evaluación, Béatrice, madre de una niña reescolarizada, compartió su testimonio: "Tuve que dejar los estudios por un embarazo precoz. No quiero que esto les ocurra a otras personas, quiero que mis hijas e hijos estudien. Antes de este proyecto del STEB, nadie se preguntaba por qué los niños y las niñas trabajaban, si era algo normal o no. Ahora, somos cada vez más conscientes de la importancia de la educación".

La dinámica colectiva en Ndava demuestra que, con compromiso, formación adecuada y una fuerte movilización comunitaria, es posible construir entornos seguros, justos e inclusivos para todas las niñas y niños.