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Los profesores y las profesoras sindicalistas estuvieron entre los más de 100 000 manifestantes que tomaron las calles de Bruselas (Bélgica) el 6 de noviembre para luchar contra la reforma presupuestaria propuesta por el Gobierno federal belga que afectará enormemente a los trabajadores.

Un grupo de sindicatos del sector de la educación de la parte flamenca del país tuvo una reunión constructiva con los responsables educativos la víspera de la huelga nacional en Flandes, donde discutieron sobre la preocupación de los docentes sobre el impacto de las medidas de la coalición política federal sobre la profesión de la enseñanza.

Preocupaciones

Los sindicatos educativos sostienen que las medidas previstas tendrán graves consecuencias en asuntos como los salarios de los docentes que se incorporan a la profesión, la indización salarial, las perspectivas laborales y las pensiones.Asimismo, condenan el hecho de que el Gobierno flamenco pretenda reducir las subvenciones y el número total de trabajadores para que disminuya el gasto público en educación.

«Como sindicatos de docentes informamos y actuamos», afirma la declaración conjunta de los sindicatos afiliados a la IE Christelijk Onderwijscentrale(COC), Christelijk Onderwijzersverbond(COV), ACOD-Onderwijs, y Vrij Syndicaat van het Openbaar Amnt-Onderwijs(VSOA Onderwijs).

Además, ya se han organizado otras acciones como las huelgas locales del 24 de noviembre y del 1 y el 8 de diciembre y la huelga nacional del 15 de diciembre, acciones con las que los sindicalistas de la educación lucharán contra estas medidas «destructivas» intolerables para el sector.

Según explicaron, estas medidas de los Gobiernos flamenco y federal afectarán enormemente a la calidad de la educación que cabe esperar de la sociedad del conocimiento belga.

«No a las medidas destructivas, estamos unidos en favor de una fuerza educativa fuerte», afirmaron.

El frente sindicalista conjunto recalcó que el hecho de que los legisladores educativos valorasen varias de sus preocupaciones era un punto positivo y manifestó que la educación de calidad es el objetivo común del debate.

Medidas antisociales, desproporcionadas e injustas

La declaración de las tres confederaciones sindicales belgas: la Confederación General de Sindicatos Liberales (CGSLB), la Confederación Sindical Cristiana (ACV-CSC) y la Confederación General del Trabajo de Bélgica (ABBV-FGTB) afirma que «la coalición gubernamental está preparando un banquete de miseria para los trabajadores».

«El acuerdo al que ha llegado el nuevo Gobierno federal es absolutamente horrible para los trabajadores y las familias mientras que los más ricos salen ilesos. Queremos que todos contribuyan de acuerdo con su capacidad para aportar y con sus recursos, no empobreciendo más aún los hogares medios y pasando factura solamente a los trabajadores, ¡no olvidando a quienes ya llevan años sin contribuir con sus fortunas!».

Las organizaciones miembros de la IE en las regiones de Bruselas, Valonia y Flandes pertenecen a estas confederaciones sindicales.

Según las confederaciones sindicales, este acuerdo de coalición es especialmente antisocial, desproporcionado e injusto, al igual que la medida de aumentar la edad de jubilación hasta los 67 años; señalan que serán solamente los trabajadores quienes lleven sobre sus hombros el peso del ahorro, mientras que los más ricos y las grandes empresas salen indemnes de esta reforma.

Asimismo, manifiestan que la financiación del sistema federal de la seguridad social se encuentra en grave peligro y denuncian un aumento de la presión sobre el sistema sanitario por el cual, a pesar de que éste debería ser un derecho básico para todos, los pacientes se verán obligados a pagar más para obtener un servicio de calidad.

Además, reivindican que haya un margen para la negociación salarial, que se mantenga por completo la indización salarial, que haya una seguridad social fuerte y que se invierta en una recuperación económica y un empleo sostenibles, todo ello financiado mediante un sistema tributario justo y una contribución equilibrada entre las rentas del trabajo y del capital, con un esfuerzo especial por parte de los más ricos.