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Mundos de la Educación

Voces de la educación | En pie de lucha contra la comercialización de la educación superior en Fiyi

Entrevista con Rosalia Fatiaki, secretaria general de la Association of the University of the South Pacific Staff, Fiyi

publicado 31 julio 2025 actualizado 31 julio 2025
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Este testimonio se recopiló en el marco del proyecto de investigación que lleva como título En el ojo del huracán: la educación superior en tiempos de crisis, realizado por Howard Stevenson, Maria Antonietta Vega Castillo, Melanie Bhend y Vasiliki-Eleni Selechopoulou para la Internacional de la Educación. El informe de investigación y el resumen ejecutivo están disponibles aquí.

Mundos de la Educación: Su sindicato organiza al personal de la Universidad del Pacífico Sur, el cual tiene una composición particularmente internacional. ¿Puede hablarnos de su universidad y de los retos a los que se enfrenta?

La Universidad del Pacífico Sur fue fundada en 1968 y pertenece a 12 países de la región. La universidad también recibe apoyo de los Gobiernos de Australia y Nueva Zelanda. Los 14 países están representados en el Consejo de la universidad.

En años recientes, la universidad ha tomado la decisión estratégica de reducir los costos dando prioridad al desarrollo de la enseñanza en línea. Antes se concedían becas para que las personas estudiantes de la región pudieran venir a estudiar a Fiyi, pero estas becas están siendo objeto de recortes, lo que reduce el número de estudiantes y los ingresos de la universidad. La respuesta de la universidad ha sido dar un giro hacia la enseñanza en línea.

Mundos de la Educación: ¿Cómo ha afectado al personal el cambio al aprendizaje en línea?

Dar prioridad a la enseñanza en línea ha supuesto la sustitución de personal con contratos a tiempo completo por personas académicas externas con contratos a tiempo parcial que imparten clases en línea. Muchas de estas personas externas residen en países muy alejados del alumnado y de su realidad. Se les remunera solamente por impartir clases en línea, con salarios que equivalen aproximadamente al 30 % del costo del personal a tiempo completo, el cual tiene muchas más responsabilidades.

Por lo tanto, las preocupaciones del personal atañen a la seguridad del empleo, pero también a las condiciones de trabajo, ya que la carga de trabajo compartida entre el personal académico es realizada por un menor número de personas.

La universidad también ha descentralizado los presupuestos dentro de la institución, lo que significa que si los departamentos no generan ingresos suficientes se ven obligados a recortar gastos. Esta situación fomenta aún más el cambio hacia la externalización y la precariedad laboral.

Mundos de la Educación: ¿Cuál ha sido la repercusión sobre el alumnado?

Nuestro sindicato ha expresado su profunda preocupación por la calidad de la experiencia del alumnado.

Esta decisión ignora simplemente la realidad de la región. La infraestructura tecnológica en toda la región es deficiente y no puede dar soporte a la enseñanza y el aprendizaje en línea con la consistencia que se requiere. No contamos con la infraestructura necesaria para atender las necesidades del alumnado e impartir eficazmente estos cursos en línea. Además, tememos que el alumnado que más necesita acceder a una educación de alta calidad sea el que tenga menor acceso.

No cabe duda de que esta situación afectará a la calidad general de la educación en nuestra región. ¿Estamos preparando bien al alumnado para entrar a la vida activa después de la universidad y servir a su país? Esta es la pregunta que planteamos a la universidad.

Mundos de la Educación: ¿Cuál fue la respuesta de su sindicato a esta tendencia a comercializar la educación superior y cuáles fueron los resultados?

Nuestro sindicato ejerció una presión constante sobre el Consejo universitario y planteó sus preocupaciones relativas a las repercusiones tanto para el personal como para el alumnado. También colaboramos con otras partes interesadas para dar voz a sus quejas.

En octubre de 2024, nuestro sindicato tomó la medida sin precedentes de convocar una huelga de cuatro días para expresar nuestras preocupaciones sobre la dirección y la gobernanza de la universidad. En concreto, pedimos la destitución del vicerrector.

Las razones para la huelga eran numerosas, entre ellas cuestiones que el sindicato había planteado ya en 2021 sin resultado alguno: puestos vacantes sin cubrir, tanto académicos como de apoyo, cuestiones relacionadas con la promoción, la retención del personal de la región (isleños del Pacífico), la representación desigual de las mujeres en los puestos de alta dirección, la carga de trabajo insostenible del personal académico, la representación académica en el Consejo Universitario y la evaluación del trabajo del personal de apoyo.

La negativa de la dirección a negociar los salarios y el despido abusivo de la presidenta de la AUSPS, la Dra. Tamara Osborne, marcaron el punto de ruptura.

Nuestra movilización dio lugar a avances significativos, y el Consejo universitario respondió positivamente a muchas de las cuestiones que planteamos. Las negociaciones salariales iniciaron y el Consejo aprobó un salario retroactivo desde el periodo 2019-2023. La dirección de la universidad también volvió a convocar reuniones con nuestro sindicato para discutir nuestras reivindicaciones, con lo que se restableció el diálogo.

Otro avance positivo fue la elección de un nuevo vicerrector por parte del Consejo de la USP y el nombramiento de una persona externa con un nivel jerárquico superior al de la vicerrectoría para que resuelva los conflictos de personal. El Consejo también puso en marcha una investigación independiente sobre el despido de la Dra. Tamara Osborne, una decisión profundamente injusta y abusiva que esperamos se revierta pronto.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.