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Internacional de la educación
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Huelga de docentes pone de relieve los desafíos educativos de Kenia

publicado 22 enero 2015 actualizado 22 enero 2015

Una escuela de Kenia se convirtió el lunes en noticia internacional cuando niños, algunos de tan solo siete años, que protestaban contra la expropiación de su patio de recreo por promotores inmobiliarios, fueron atacados con gases lacrimógenos por la policía.

No es casualidad que el vergonzoso incidente ocurriera el mismo día que más de 200.00 docentes de escuelas primarias y secundarias volvían al trabajo después de más de dos semanas de huelga, lo que prueba que la lucha por salarios decentes para los/las docentes y una educación e instalaciones de calidad para los/las estudiantes kenianos/as todavía continúa.

El Tribunal Laboral del país ha pedido a todas las partes implicadas en el conflicto – el Sindicato nacional de docentes de Kenia (KNUT, por sus siglas en inglés), el Sindicato de docentes de educación posterior a la primaria (KUPPET, por sus siglas en inglés), la Comisión de Salarios y Remuneración (SRC, por sus siglas en inglés) y la Comisión de Servicios de Docentes (TSC, por sus siglas en inglés) – que presenten propuestas con respecto al aumento salarial de 300 por ciento que los/las docentes solicitan.

Los dos sindicatos de docentes, que representan a todos/as los/las docentes en las 28.000 escuelas primarias y secundarias públicas de Kenia, presentaron a la TSC, un empleador del Estado, al menos 38 demandas, la principal de ellas un aumento salarial básico.

El salario mínimo mensual de los/las docentes en escuelas públicas empieza actualmente en 16.692 chelines kenianos (aproximadamente 180 dólares) al mes para los/las docentes con los salarios más bajos; los sindicatos quieren que se aumente a 50.076 chelines kenianos (unos 545 dólares).

También quieren que se aumenten los salarios de aquellos/as docentes en el tramo superior de la escala.

El gobierno dijo que no puede permitirse introducir un aumento salarial, pero ofreció aumentar los subsidios por vivienda, licencia y transporte local.

Los sindicatos rechazaron la propuesta y acusaron al gobierno de hipocresía.

“El gobierno desatiende a los/las docentes pero tiene dinero para pagar lujos”, dijo Wilson Sossion, presidente nacional de KNUT, haciendo referencia a las sumas considerables concedidas a los/las parlamentarios/as kenianos/as, que se llevan a casa un millón de chelines kenianos (unos 11.000 dólares) al mes cuando se incluyen las prestaciones.

“Fuimos a la huelga no solo para mejorar el bienestar de los/las docentes sino también la calidad de la enseñanza”, añadió Sossion.

El Secretario del Ministerio de Educación, el profesor Jacob Kaimenyi, y la SRC insisten en que los salarios de los/las docentes solamente se pueden ajustar una vez se haya completado un proceso de evaluación que se llevará a cabo en los próximos ocho meses.

“Pedimos a nuestros/as docentes que cumplan la ley y vuelvan a la escuela a la espera de un proceso de evaluación de puestos”, dijo Kaimenyi a Equal Times.

Por su parte, Hacienda ha advertido que las demandas de los/las docentes, si se satisfacen, “desequilibrarían” la economía.

“No se pueden negociar los salarios cada año y, en cualquier caso, las necesidades presupuestarias de Hacienda están sobrecargadas”, dijo a Equal Times el Secretario del Ministerio de Hacienda, Henry Rotich.

El Secretario del Ministerio de Trabajo, Kazungu Kambi, también mantuvo que los salarios básicos se revisarán una vez se haya completado una evaluación de puestos para todos/as los/las empleados/as del sector público.

Dijo que la remuneración debe estar vinculada a la productividad y el rendimiento para garantizar que los fondos públicos se utilizan de forma prudente.

“Los/las docentes forman parte de los servicios públicos y deben parar esta política arriesgada, ya que están sujetos al marco jurídico y político nacional para salarios y remuneración”, dijo después de que las conversaciones iniciales sobre salarios con los sindicatos fracasaran.

Educación gratuita

Este punto muerto es el último de una larga serie de huelgas que ha sacudido al sector de la educación de Kenia en los últimos años, lo que pone de relieve los desafíos educativos del país.

Los/las expertos/as dicen que estos desafíos se remontan a 2003, cuando el antiguo gobierno del Presidente Mwai Kibaki introdujo la educación primaria gratuita.

Aunque la medida fue aplaudida en todo el mundo por aumentar el acceso a la educación para millones de los niños y niñas más pobres de Kenia, también generó una presión enorme para las infraestructuras e instalaciones escolares del país, que ya eran inadecuadas.

La infraestructura escolar pública inexistente o deficiente ha sido, junto con la escasez de docentes, un gran obstáculo a la hora de mejorar el acceso a la educación primaria y secundaria públicas en Kenia, como confirma la estructura en pésimas condiciones de la escuela primaria Tom Mboya situada en Dandora, uno de los municipios más pobres de Nairobi.

“Las estructuras de nuestras escuelas no se mantienen adecuadamente debido a la falta de recursos y esto afecta a la concentración de los/las estudiantes y, en última instancia, a su rendimiento en los exámenes”, explicó Mwaura Kimani, el subdirector. “Además, necesitamos más docentes para atender adecuadamente a todos/as los/las estudiantes”.

Las escuelas públicas de Kenia tienen una media de 50 estudiantes por profesor/a, aunque algunas clases solamente tienen un/a profesor/a para 100 alumnos/as.

Se necesitan 79.000 docentes adicionales para alcanzar la proporción docente-estudiante recomendada globalmente por las Naciones Unidas de un/a docente por cada 35 estudiantes.

Esta falta de docentes, combinada con instalaciones inexistentes o deficientes, material de aprendizaje inadecuado y formas ineficaces de medir los resultados del aprendizaje, da lugar a una educación de baja calidad en muchas escuelas públicas de Kenia.

Un informe de 2014 sobre resultados del aprendizaje en Kenia reveló que menos del 20 por ciento de los/las alumnos/as del tercer año de enseñanza primaria (alrededor de ocho años) sabe leer o hacer operaciones matemáticas básicas.

El informe titulado Are Our Children Learning? Literacy and Numeracy Across East Africa(¿Están aprendiendo nuestros niños? Alfabetización y matemáticas en África oriental) y elaborado por la ONG de África oriental Uwezo, centrada en la educación, describía un panorama sombrío en las escuelas de Kenia.

El informe también destacaba el absentismo de los/las profesores/as como un problema importante.

Los/las analistas advierten de que un sistema educativo que produce niños/as analfabetos/as y semianalfabetos/as tendrá consecuencias socioeconómicas nefastas.

“No se pueden construir economías dinámicas ni democracias creativas en África oriental cuando la mayoría de nuestros niños y niñas no sabe ni leer ni contar correctamente. Y a medida que las desigualdades – entre pobres y ricos, zonas urbanas y rurales – se consolidan, la cohesión social que la región necesita desesperadamente también corre peligro”, dice la directora regional de Uwezo para África oriental, Sarah Ruto.

Reformas educativas

Para abordar estos desafíos, el Presidente Uhuru Kenyatta, elegido en 2012 gracias a una plataforma de creación de empleo, prometió transformar el sistema educativo keniano para hacerlo pertinente a las necesidades futuras del país.

Para ello, el Presidente Kenyatta lanzó la Ley sobre Educación Básica en 2013, que proporciona una hoja de ruta para el desarrollo de la educación en el país.

“Un punto fundamental de esta política es simplemente garantizar que la educación siga siendo asequible para todos. De hecho mi gobierno se compromete a hacer la educación realmente gratuita para cada niño y niña de Kenia en el plazo de tres años”, dijo el Presidente el año pasado.

Esto ha ido acompañado de un aumento del 33 por ciento de la partida presupuestaria estatal destinada a escuelas secundarias.

Como consecuencia, el programa de Educación Primaria Gratuita ha ampliado el número de estudiantes matriculados de 5,9 millones en 2003 a 10 millones actualmente. Desde su comienzo en 2008, el número de matriculados en educación secundaria gratuita (de día) ha aumentado de 800.000 alumnos a la cifra actual de casi 2 millones.

El Presidente Kenyatta también ha revelado planes de digitalizar la totalidad del plan de estudios para finales de 2015.

Esto coincide con la introducción del proyecto “un ordenador portátil para cada niño”, un programa insignia del gobierno del Presidente Kenyatta cuya puesta en marcha total empieza este año.

El profesor Jacob Kaimenyi dijo a Equal Times que la medida de digitalizar el contenido aportará beneficios inmensos al sistema educativo del país en línea con el proyecto económico del país, Vision 2030.

“El gobierno gasta mucho dinero en material educativo, mientras que la opción de minimizar costes a través de la digitalización y permitir a los/las estudiantes familiarizarse con las competencias en TIC en una fase temprana es mejor”, dijo.

Sin embargo, los/las expertos/as en educación como Ruto dicen que estos esfuerzos no bastan por sí solos.

“La crisis del aprendizaje nos exige adoptar un ‘enfoque de acceso y aprendizaje igualitario’. Pero no es suficiente reconocerlo. Debemos ver acciones tangibles que corrijan la situación y garanticen que los/las niños/as están en la escuela y aprendiendo”, dice Ruto.

Peter Kabera, un profesor de primaria en Naivasha, en el Valle del Rift, comparte esta opinión. Pide reformas adicionales que aborden la estructura de la educación, el plan de estudios y la evaluación.

“Aunque los índices de matrícula en los niveles de primaria y secundaria han aumentado, el rendimiento escolar se encuentra sistemáticamente por debajo de los niveles previstos, ya que las escuelas no son inspeccionadas periódicamente”. “Por lo tanto, no se responsabiliza a los/las docentes ni a la dirección de las escuelas del deterioro del rendimiento escolar en este país”, dijo a Equal Times.

Este articulo fue publicado originalmente en Equal Times