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La educación sobre derechos humanos y ciudadanía es crucial para alcanzar la armonía en las sociedades democráticas

publicado 26 junio 2017 actualizado 18 julio 2017

Haldis Holst, Secretaria General Adjunta de la Internacional de la Educación, ha destacado de forma contundente la importancia de la educación sobre los derechos humanos y la ciudadanía para hacer frente a los desafíos globales y alcanzar el respeto mutuo en sociedades democráticas.

Respetar los derechos de los demás, «educar a los niños para que sean capaces de vivir juntos y formar parte de la sociedad», resulta vital, afirmó recientemente la Secretaria General Adjunta de la Internacional de la Educación (IE), Haldis Holst. Estas declaraciones se realizaron en el marco de un debate titulado “¿Por qué son importantes la educación sobre la democracia y los derechos humanos?” en la Conferencia sobre el futuro de la educación sobre la ciudadanía y los derechos humanos en Europa, “Aprender a vivir juntos”, organizada por el Consejo de Europa del 20 al 22 de junio en Estrasburgo (Francia).

Reconocimiento en instrumentos internacionales

Holst recordó que la Recomendación relativa a la situación del personal docente de la OIT/UNESCO de 1966, refleja el reconocimiento por parte de Naciones Unidas (ONU) de la importancia de los educadores a la hora de construir sociedades; de hecho, la docencia es la única profesión que cuenta con una recomendación emitida por Naciones Unidas. En dicho instrumento internacional, el objetivo de la profesión docente consiste en contribuir al desarrollo de la educación sobre los derechos humanos, señaló.

La educación es un derecho universal en la sociedad y va de la mano de la democracia. Se trata de «formar al ser humano en su totalidad, no solo a futuros trabajadores. El objetivo es empoderar a los individuos».

Holst destacó el consenso existente en el ámbito internacional y que considera que estos problemas cuentan con importancia política en los sistemas educativos. Igualmente, la educación para la ciudadanía global se considera un aspecto destacado en la agenda de la ONU, señaló. Por ejemplo, la educación para la ciudadanía global es uno de los pilares de la Iniciativa Educación Primero del antiguo Secretario General de la ONU Ban Ki-moon. Además, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en el ODS 4.7 sobre educación de calidad, se usan los términos «derechos humanos» y «ciudadanía».

Un mundo cada vez más globalizado

Este consenso internacional es importante en la sociedad actual, que cada vez se globaliza más y en la que la gente cruza fronteras, ya sea libremente o por obligación, afirmó. Aunque quizá la gente no comparta un origen común, este hecho da lugar a una vida «más rica (…) porque después uno puede aprender de su amigo o de su vecino».

Consciente de que la educación sobre los derechos humanos y la ciudadanía intenta contrarrestar las actitudes negativas hacia los demás, se mostró segura de que la actual crisis de los refugiados, por ejemplo, «nos ha hecho poner el punto de mira en la importancia de la educación y el aprendizaje para vivir juntos».

A pesar de que el fenómeno de las dificultades existentes en una sociedad diversa no es nuevo, dijo usando como ejemplo la gestión de los indígenas por parte de Roma a través de la historia, indicó que la educación en torno a la ciudadanía democrática demuestra que uno debe aceptar cómo es y asumir que los demás son diferentes.

Implicación de los sindicatos educativos

Con respecto al sector de los sindicatos, Holst afirmó que los sindicatos educativos cuentan con una amplia experiencia en la gestión de problemas tanto cotidianos como profesionales. Dichos sindicatos también han ofrecido a los docentes apoyo profesional, desarrollo y conocimientos para tratar estas situaciones difíciles y debatir temas controvertidos, incluidos aquellos que pueden entrar en conflicto con los valores de los hogares de los niños, por ejemplo, la orientación sexual.

Los docentes no pueden conseguir esto solos, declaró, por lo que necesitan el apoyo de sus centros escolares, empleadores y gobiernos.

Los docentes hacen frente al retroceso actual

Por desgracia, indicó, en ciertos países se ha producido un retroceso, pues existe la creencia de que se puede educar sin valores y de que los niños no deberían estar expuestos a algo que no les gusta.

Estos países «eliminan el espacio profesional, la autonomía que deberían tener los docentes», afirmó. Así, puede surgir el miedo en situaciones en las que los países podrían proponer «leyes por las que se podría procesar a los docentes por tratar temas erróneos».

En este caso, se pone de manifiesto una incomprensión de los derechos humanos. «Los derechos humanos no son una lista de la compra (…) donde podemos elegir lo que nos gusta  e ignorar lo que no. No se pueden separar unos de otros».

Como docente, afirmó que, «le gustaría poder aportar su granito de arena para que la próxima generación no tenga miedo de los demás, porque cuando no se tiene miedo de la gente no es necesario defenderse de ellos ni tampoco atacarlos».

«Si conseguimos acabar con el miedo que provoca lo diferente, creo que iremos por el buen camino», concluyó.

Vídeo de la entrevista a Haldis Holst, Secretaria General Adjunta de la IE

Antecedentes

Más de 300 representantes de gobiernos, instituciones educativas y organizaciones de la sociedad civil participaron en esta conferencia sobre el futuro de la educación sobre la ciudadanía y los derechos humanos en Europa, organizada por la junta del Consejo de Europa sobre la Ciudadanía democrática y la participación. Los participantes también propusieron recomendaciones para futuras acciones, incluidos criterios y mecanismos específicos para evaluar los progresos, en concreto en el marco de la Carta del Consejo de Europa sobre la Educación para la ciudadanía y la Educación para los derechos humanos.

También sirvieron como base para el debate las conclusiones del próximo Informe sobre el estado de la Educación para la ciudadanía y la Educación para los derechos humanos en Europa.