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Turquía: Amenaza de manipulación del programa curricular para reemplazar la ciencia por un punto de vista islámico

publicado 4 agosto 2017 actualizado 8 agosto 2017

La laicidad, es decir, la separación entre el Estado y las instituciones religiosas, un valor histórico del sistema político turco, está siendo socavado por las modificaciones aportadas al programa curricular del país, que tienen por objeto reemplazar la teoría científica de la evolución por una visión islámica del mundo.

Las autoridades de Turquía prevén llevar a cabo cambio fundamental al programa curricular en un claro movimiento de alejamiento con respecto de la laicidad. El Gobierno ha anunciado que la teoría de la evolución será eliminada de los planes de estudios " porque supera el nivel de los alumnos y no es directamente relevante", como explicó el ministro de Educación Ismet Yilmaz. Simultáneamente, conceptos provenientes de la visión islámica del mundo como la yihad (Yilmaz especificó que este concepto debía ser entendido como el amor hacia la propia patria) será enseñado a los alumnos de la etapas Primaria y Secundaria.

Los sindicatos de la educación han criticado fuertemente el anuncio. Egitim-Sen, afiliado de la Internacional de la Educación (IE), ha publicado un análisis de las modificaciones en el programa curricular, que comienza poniendo de relieve que las autoridades educativas no han tenido en cuenta las aportaciones de las partes interesadas. Asimismo, advierte de la eliminación del carácter científico de la educación en favor de los prejuicios y la religión, que ignora la "estructura social y cultural de la sociedad [turca]", caracterizada por una "estructura multi-identitaria y multicultural".

Fred van Leeuwen, secretario general de la IE, afirmó que los docentes "deben dejar perfectamente claro que tenemos el derecho de utilizar nuestro poder de apreciación profesional para cuestionar y rechazar las directivas del programa curricular que contravengan hechos, falsifiquen la historia o conduzcan a la xenofobia y al odio. Existe una responsabilidad profesional y ética que supera la autoridad de los empleadores de la educación, o incluso de los Gobiernos que han abdicado de la democracia y los derechos humanos. Esto es, creo yo, lo que la sociedad espera de nosotros y lo que esperamos los unos de los otros".