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Francia: Los sindicatos de docentes exigen que se les escuche y hacen valer su profesionalidad

publicado 6 julio 2020 actualizado 9 junio 2021

Los/as sindicalistas docentes franceses han insistido ante las autoridades públicas en la necesidad de entablar un diálogo real para garantizar la calidad de la educación para todos y todas durante y después de la actual pandemia mundial. Entre otros puntos, han destacado la declaración de la región de Europa de la Internacional de la Educación, en la que se dan sugerencias para retomar las actividades educativas una vez superada la pandemia de la COVID-19.

SNES-FSU: A favor del diálogo social, de un incremento de la inversión, de la inclusión y de la igualdad en la enseñanza pública

El 18 de junio, Frédérique Rolet, secretaria general del Syndicat national des enseignements de second degré-Fédération syndicale unitaire(SNES-FSU), envió al ministro de Educación Nacional, Jean-Michel Blanquer, una misiva con la Declaración del Comité Sindical Europeo de la Educación(CSEE) sobre el proceso de reanudación de la actividad tras la crisis de la COVID-19.

En ella, Rolet recordó que el ministro había participado el 2 de junio en la 10.a Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente organizada por la Internacional de la Educación y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, donde “pudo constatar que todos los participantes, incluyendo sus homólogos, habían reconocido la movilización de los/as docentes para mantener el vínculo pedagógico con los/as alumnos/as en el contexto de cierre parcial o total de los centros”.

Rolet continuó haciendo hincapié sobre el hecho de que el CSEE (la región de Europa de la Internacional de la Educación) había seguido muy de cerca el desarrollo de la pandemia, tanto en los países de la UE como fuera de ella, analizando las respuestas y estrategias de los gobiernos nacionales y las autoridades educativas.

En vísperas del Consejo Europeo, llamó la atención del ministro sobre las exigencias y prioridades descritas por el CSEE en su declaración adoptada el 16 de junio, entre las que destacan:

  • Un verdadero diálogo social con las organizaciones sindicales docentes.
  • Una mayor inversión en los servicios públicos de educación.
  • Una reflexión profunda sobre la enseñanza a distancia y la digitalización.
  • La problemática relativa a la inclusión y la igualdad durante y después de la crisis de la COVID-19.

UNSA-Éducation: A favor de unos trabajadores reconocidos y respetados, por un servicio público de calidad

Por su parte, el secretario general de la Union nationale des syndicats autonomes-Éducation (UNSA-Éducation), Frédéric Marchand, declaró el 23 de junio en un editorial que “ha llegado el momento de sacar las primeras conclusiones”.

Marchand añadió que “hay que reiterar enérgicamente que los/as trabajadores/as de la educación, la investigación y la cultura han estado a la altura durante la crisis, al igual que el resto de los/as funcionarios/as públicos, que han velado por garantizar la imprescindible continuidad de los servicios públicos”.

Sin embargo, el secretario general lamentaba que “a menudo, estos trabajadores/as se han sentido olvidados, abandonados, incomprendidos”, “se han enfrentado a exigencias contradictorias y, con demasiada frecuencia, se han visto en situaciones muy incómodas de cara al público o ante una jerarquía que, en ocasiones, se encontraba también en una situación insostenible”.

Añadió que esta amargura y esta rabia se han sumado al agotamiento provocado por una crisis sanitaria nunca vista.

Marchand catalogó a los educadores y educadoras como profesionales de la educación y señaló que ahora esperan que el Gobierno los reconozca y respete, revalorizando su papel.