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Photo by Blaire Harmon on Unsplash
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La Internacional de la Educación pide auditorías de equidad frente a las desigualdades del alumnado y el profesorado refugiado

publicado 16 diciembre 2021 actualizado 12 enero 2022

La Internacional de la Educación tomó la palabra en la primera Reunión del Funcionariado de Alto Nivel organizada por la Agencia de la ONU para Refugiados para poner de relieve el impacto devastador que tiene la pandemia sobre el acceso de las personas refugiadas a una educación de calidad y para pedir que se brinde un mayor apoyo al profesorado refugiado, así como al que se encuentra en contextos de crisis y de acogida de personas refugiadas.

Las Reuniones del Funcionariado de Alto Nivel, celebradas virtualmente los días 14 y 15 de diciembre, forman parte del proceso de creación de un marco a largo plazo destinado a garantizar que los Estados y otros actores se involucren en las situaciones de las personas refugiadas, tal como se establece en el Pacto Mundial sobre los Refugiados. Las reuniones ofrecen la oportunidad de hacer un balance de los progresos realizados hasta la fecha y de mantener el impulso hacia la consecución de los objetivos del Pacto Mundial sobre los Refugiados.

Las auditorías de equidad son imprescindibles para la recuperación educativa de las personas más vulnerables

La Internacional de la Educación acogió con satisfacción los avances documentados en el primer Informe de Indicadores del Pacto Mundial sobre los Refugiados 2021, pero expresó su preocupación por el hecho de que 1,8 millones de niños y niñas refugiados sigan sin estar escolarizados, y puso de relieve el impacto desproporcionado que tiene la pandemia con respecto a la educación de las personas más vulnerables, entre ellas las personas refugiadas y, en particular, las niñas.

La IE pidió a los gobiernos que lleven a cabo sin demora auditorías de equidad educativa que sirvan de base a los planes para la recuperación educativa y ayuden a abordar las desigualdades exacerbadas a las que se enfrentan el alumnado y el profesorado refugiado a causa de la pandemia. La representante de la IE, Sonia Grigt, también recordó a los funcionarios que docentes, personal educativo y sindicatos de la educación son los más indicados para evaluar el impacto que tiene esta crisis sin precedentes sobre el alumnado y ayudar a diseñar soluciones para una recuperación rápida e inclusiva en el ámbito de la educación.

Pocas de las promesas contraídas por los gobiernos en materia de educación se centran específicamente en el profesorado, a pesar del papel decisivo que desempeñan a la hora de garantizar una educación inclusiva de calidad. Para seguir avanzando es preciso abordar esta laguna y que los gobiernos intensifiquen sus esfuerzos destinados a apoyar a la docencia y realicen las inversiones necesarias con respecto a la contratación, la retención, la formación, la distribución, y las condiciones de trabajo docentes en contextos de crisis y de acogida de las personas refugiadas. Los gobiernos también deben reconocer las cualificaciones de los y las docentes refugiados y garantizar que tengan la oportunidad de proseguir su carrera profesional en la enseñanza en los mismos términos y condiciones que sus compañeros y compañeras locales. En respuesta a la intervención de la IE, el Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, reconoció la importancia del docente, y estuvo de acuerdo en que este aspecto a menudo se pasa por alto y merece recibir un mayor grado de atención y seguimiento.

Vean la intervención completa a continuación.

La educación: una herramienta fundamental para la inclusión

Varias de las intervenciones realizadas durante las Reuniones del Funcionariado de Alto Nivel destacaron el papel esencial que desempeña la educación en la inclusión e integración de las personas refugiadas.

En su discurso de apertura, el Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, expresó su satisfacción por los progresos realizados en materia de educación, con el incremento del número de matrículas en los niveles secundario y terciario. Sin embargo, también subrayó que los logros alcanzados en materia de educación son frágiles, especialmente para las niñas, y que aún queda mucho por hacer para hacer realidad las 263 promesas contraídas en este sector y garantizar el acceso a una educación inclusiva de calidad para todos.

La representante de la UNESCO Maki Katsuno-Hayashikawa, Directora de la División de Educación 2030, llamó la atención sobre el hecho de que las necesidades y las realidades vividas por el alumnado y el profesorado refugiado no se han tenido en cuenta adecuadamente al diseñar los planes nacionales de respuesta a la Covid-19. Muchas personas refugiadas no tienen dispositivos que permiten acceder a la educación de emergencia a distancia durante los confinamientos. Además de las pérdidas en materia de aprendizaje, la pandemia también ha socavado la función protectora que a menudo cumplen las escuelas, lo que ha expuesto a las personas más vulnerables a una vulnerabilidad aún mayor, como los matrimonios forzosos y los embarazos no deseados, que probablemente impedirán que muchas jóvenes refugiadas puedan volver a la escuela. La Sra. Katsuno-Hayashikawa concluyó que es importante que los donantes tengan en cuenta todo el conjunto de necesidades del alumnado vulnerable.

En su intervención, la representante de la Alianza Mundial por la Educación, Margarita Focas-Licht, enumeró los tres principales retos a los que se enfrenta la educación de las personas refugiadas: la inadecuada financiación de la educación, la escasez de docentes cualificados y la insuficiencia de espacios de aprendizaje. Todos estos obstáculos deben abordarse sin demora para garantizar el derecho universal a la educación de todos los niños, niñas y jóvenes refugiados.

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