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El alumnado iraquí atrapado en un sistema educativo muy deficiente grita “¡Libertad!”

publicado 26 mayo 2025 actualizado 13 junio 2025

Con la llegada del fin del año escolar, el alumnado iraquí grita “¡Libertad!” no con motivo de celebración, sino como muestra de alivio. Según el presidente del Sindicato de Docentes del Kurdistán (KTU), Abdulwahed Mohammad Haje, este grito revela la problemática tan arraigada dentro del sistema educativo del país, donde las instalaciones desfasadas y la falta de recursos reprimen los sueños y el potencial de las mentes jóvenes.

“Al concluir el año escolar, los exultantes gritos de ‘¡Libertad!, ¡libertad!’ resuenan por los pasillos de las escuelas iraquíes. No obstante, no es para celebrar los logros académicos, sino que representa un suspiro de alivio por librarse de un sistema que suele suspender a ojos de sus estudiantes”, explica Haje.

Entornos desagradables

El estado físico de muchos centros escolares iraquíes es desalentador. Haje detalla esta realidad: “Las aulas deberían inspirar el aprendizaje, no mermar la motivación. Lamentablemente, la mayoría de los edificios escolares son antiguos y están mal mantenidos: puertas y ventanas rotas, paredes sucias y mala ventilación. Es difícil encontrar la inspiración en ese entorno”.

A esto añade: “Aunque parezca un asunto menor, las flores, los árboles y los jardines tienen un gran efecto psicológico. Calman la mente, estimulan la imaginación y trasladan al alumnado una sensación de paz. Aun así, en más del 90 % de las escuelas no hay jardines, sino únicamente terrenos secos y agrietados y patios sin vida”.

Escasean las instalaciones esenciales

A menudo faltan instalaciones deportivas, que son fundamentales para la motivación y el bienestar mental del alumnado. Esto priva al estudiantado de uno de los aspectos más alegres de la vida escolar. Haje enfatiza lo siguiente: “El deporte no es solo actividad física, sino que es esencial para la motivación y el bienestar mental del alumnado. La ausencia de zonas de juego o deportivas adecuadas deja al estudiantado emocionalmente agotado”.

También se suele pasar por alto la prestación de servicios básicos como el agua potable limpia, baños que funcionen y conserjería, y algunos centros educativos incluso carecen de las instalaciones más esenciales. “Algunas escuelas apenas prestan estos servicios. De hecho, buena parte del alumnado acuden actualmente a centros que ni siquiera dispensan agua potable”, señala el dirigente del KTU.

Una creatividad reprimida y escasas oportunidades

Aunque un buen número de estudiantes posee talentos que no se limitan a las asignaturas tradicionales, la ausencia de laboratorios, aulas de arte y espacios para la música provocan que esos talentos no afloren. La falta de excursiones y actividades extracurriculares limita todavía más la experiencia del alumnado y reduce su aprendizaje a simples lecciones en el aula.

Haje observa lo siguiente: “Muchos estudiantes anhelan la oportunidad de dibujar, tocar instrumentos, experimentar y expresarse. Sin embargo, la mayoría de las escuelas no cuenta con instalaciones para estas actividades creativas, con lo que estos talentos ni se identifican ni se desarrollan”.

Continúa reconociendo que “el alumnado no es un robot que está ahí para asimilar las clases y seguir órdenes. Necesita vivir experiencias fuera del aula. Incluso una simple excursión a un museo, un sitio histórico, un recinto deportivo, un centro médico o una empresa local puede marcar una gran diferencia en su proceso de aprendizaje y su apertura mental”.

Un sistema que necesita reformas urgentemente

Haje concluye que el origen de esta problemática radica en el abandono del sector educativo por parte del Gobierno: “El verdadero problema es que el Gobierno sigue atribuyendo baja prioridad a la educación, sin definir planes estratégicos serios para reformarla. Aunque algunos inversores privados y organizaciones han hecho aportaciones, estas iniciativas son escasas y a menudo están motivadas políticamente. Apenas han intervenido para cambiar la experiencia del alumnado o renovar la confianza en las escuelas”.

El grito “¡Libertad!” del alumnado iraquí es un recordatorio desgarrador de la necesidad urgente de llevar a cabo reformas educativas. Es un llamamiento a la acción para que el Gobierno y la sociedad prioricen la educación y creen un entorno donde el alumnado pueda prosperar y alcanzar todo su potencial.