Voces de la educación | Promover la libertad académica en Filipinas
Entrevista a Raymond Basilio, secretario general del sindicato Alliance of Concerned Teachers (ACT, por sus siglas en inglés), Filipinas
Suscríbase
Subscríbase al boletín de Mundos de la Educación.
Suscríbase
Subscríbase al boletín de Mundos de la Educación.
Gracias por subscribirse
Algo salió mal
El presente testimonio se recabó en el marco del proyecto de investigación titulado “En el ojo del huracán: La enseñanza superior en tiempos de crisis”, que llevaron a cabo Howard Stevenson, Maria Antonietta Vega Castillo, Melanie Bhend y Vasiliki-Eleni Selechopoulou para la Internacional de la Educación. El informe del estudio y el resumen ejecutivo están disponibles aquí.
Mundos de la Educación: Para empezar, ¿podría contarnos cómo ha evolucionado la libertad académica a lo largo del tiempo en Filipinas, y a qué retos tuvieron que enfrentarse durante el gobierno de Duterte?
La educación superior en Filipinas ha atravesado momentos difíciles en los que la libertad académica estuvo amenazada. Los/las académicos/as se vieron intimidados/as y perseguidos/as por el hecho de realizar su trabajo académico, sobre todo durante los períodos de ley marcial y ataques a los derechos humanos. La presidencia de Duterte fue una época especialmente complicada.
Tras el levantamiento de la ley marcial, nuestro sindicato y otras agrupaciones trabajamos para establecer nuevas normas que impidieran al personal militar y a la policía acceder a los campus universitarios. Una de las primeras medidas de Duterte fue suprimir unilateralmente estos acuerdos y reintroducir el riesgo de acciones militarizadas en las instituciones de enseñanza superior.
Se fueron retirando los libros de las bibliotecas, y hubo agentes estatales que se hicieron pasar por estudiantes con objeto de espiar al personal en las clases. Algunos/as de nuestros/as miembros fueron etiquetados/as en Internet como terroristas por haber debatido, en el marco de su labor docente, cuestiones que algunos consideran controvertidas. Los materiales de Ciencias Sociales fueron catalogados como subversivos, y los y las docentes que los utilizaban se arriesgaban a ser acusados/as de reclutar estudiantes para el movimiento rebelde. Estas acusaciones ponían en peligro la vida de nuestros/as miembros.
El gobierno procedió a la elaboración de perfiles de los y las miembros del ACT, algo que posteriormente salió a la luz a través de documentos que se filtraron.
Mundos de la Educación: ¿Cuál es la situación actual y cómo está trabajando su sindicato para proteger la libertad académica de amenazas futuras?
Sigue habiendo riesgos, puesto que los instrumentos utilizados para vulnerar los derechos sindicales y humanos siguen estando vigentes. El ACT continúa trabajando para salvaguardar la libertad académica del personal y de los sindicalistas.
Un paso clave fue la creación del Comité para la Promoción y Protección de la Libertad Académica y los Derechos Humanos en la Universidad de Filipinas, que estuvo dirigido por la Oficina del Rector de la Facultad y que contó con una importante participación por parte de nuestro sindicato. Esta iniciativa supuso un éxito sustancial para el sindicato, pero todavía queda mucho por hacer. How en día, el sistema de la Universidad de Filipinas aún no ha adoptado ni establecido plenamente el Comité en todos los campus de la Universidad. También estamos tratando de ampliar esta iniciativa a todas las instituciones de educación superior del país.
Mundos de la Educación: Según su experiencia, ¿cuál fue la estrategia más eficaz para defender la libertad académica?
La clave de nuestro éxito fue la creación de alianzas sólidas más allá del sindicato, con el fin de incluir a estudiantes, grupos académicos, sindicatos y agrupaciones de derechos humanos.
Un ejemplo destacado de esta alianza fue la extensa campaña Hands Off Our Teachers (No toquen a nuestros/as docentes), que comenzó como una coalición en contra de la elaboración de perfiles de miembros del personal académico y que, desde entonces, se ha convertido en un movimiento permanente en favor de la libertad académica.
También seguimos trabajando a escala internacional, con el apoyo de la Internacional de la Educación y a través de organizaciones como Scholars at Risk.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.