Asia-Pacífico: Máximos dirigentes sindicales reafirman su compromiso de defender la libertad académica como piedra angular de la democracia
Las crecientes amenazas a la libertad académica y a la autonomía institucional exigen que los sindicatos de la educación establezcan estrategias colectivas para la defensa de estos derechos. En la Conferencia Regional de Asia-Pacífico sobre Libertad Académica y Democracia, los sindicatos compartieron ideas y definieron el camino a seguir.
El evento, organizado por la Internacional de la Educación Asia-Pacífico (IEAP) y celebrado en Kochi, Kerala (India) del 15 al 17 de octubre de 2025, reunió a más de 60 educadores y educadoras, líderes sindicales, investigadores/as y activistas políticos/as de toda la región y más allá.
En su discurso de bienvenida, el director regional de la IEAP, Anand Singh, insistió en que “no puede haber democracia sin libertad académica, ni libertad académica sin la autonomía profesional de los educadores y las educadoras”.
Reiteró asimismo el compromiso de la IEAP de apoyar a los sindicatos de la educación para defender los derechos de los educadores y las educadoras y garantizar que las instituciones académicas sigan siendo espacios de libre investigación y debate democrático.

El secretario general de la IE, David Edwards, destacó que, en toda la región de Asia-Pacífico, y en el mundo entero, a las crecientes presiones a las que se ven sometidas las instituciones democráticas, y a la reducción del espacio cívico, se suman ataques cada vez mayores a la autonomía de los educadores y las educadoras e investigadores/as.
Los sindicatos de la educación están en primera línea de la resistencia a estas tendencias. Edwards señaló: “No solo defendemos la libertad de los académicos y las académicas a título individual. Lo que está en juego es la propia capacidad de la educación superior y la investigación para servir como fuerza de cambio positivo en la sociedad. Se trata de la búsqueda de la verdad y de los propios ideales que sustentan las sociedades democráticas”.
Perspectivas globales y regionales
En la jornada de inauguración de la conferencia se sentaron las bases con dos sesiones plenarias en las que se ofreció una visión global y regional sobre el estado de la libertad académica.
Los y las ponentes de Argentina, Zimbabue, Suecia y Estados Unidos presentaron una serie de perspectivas globales que dejan patente el hecho de que la libertad académica se está viendo cada vez más socavada por políticas autoritarias, presiones comerciales y la violencia dirigida contra educadores y educadoras.
Expertos y expertas de Alemania, Japón y Nueva Zelanda también examinaron las realidades regionales, poniendo de relieve la reducción de los espacios democráticos, la creciente precariedad del personal académico y el aumento de la censura y la autocensura en las instituciones de educación superior.

En una sesión sobre “Censura, ideología y autoritarismo” se presentaron asimismo diversas ponencias de la India, Filipinas y Australia, en las que los y las participantes debatieron sobre el control ideológico de los planes de estudio, la inclusión en listas rojas y la vigilancia de los sindicalistas, así como el silenciamiento del personal académico mediante la injerencia política.
La jornada concluyó con una serie de debates de mesa redonda centrados en el fortalecimiento de la autonomía profesional y la revisión de las normas internacionales, en particular la Recomendación de la UNESCO de 1997 relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior.
La libertad académica es un derecho humano
Durante la segunda jornada de la conferencia se exploró el tema de la libertad académica como derecho humano y responsabilidad colectiva. Moderada por Avelino Jr. Caraan, de NATOW/Filipinas, la primera sesión, titulada “El derecho a la libertad académica como derecho humano”, aportó perspectivas de Tailandia, la India y Myanmar. La catedrática Anita Rampal, de la India, recordó a los y las participantes que “la autonomía académica no es un privilegio concedido por los gobiernos, sino un derecho humano fundamental. Su denegación constituye una violación de ese derecho”.
La siguiente sesión, en la que se abordó el tema “Tecnología, inteligencia artificial y vigilancia”, moderada por Julie Douglas, de Nueva Zelanda, se centró en el creciente uso de sistemas de vigilancia digital y plataformas de datos centralizadas que constituyen una amenaza para la autonomía académica. David Robinson, de Canadá, subrayó que “la libertad académica debe permanecer libre de interferencias externas, ya sean políticas, comerciales o digitales”, mientras que Ajoy Ashirwad Mahaprashasta, de The Wire, un sitio web indio sin ánimo de lucro dedicado a noticias y opinión, advirtió sobre los efectos intimidatorios de la vigilancia en la disertación en las aulas y en la libertad de investigación.

Se organizaron además dos talleres paralelos que se centraron en el empoderamiento de los educadores y las educadoras a través de la defensa de los derechos y la organización sindical, y en cómo abordar el impacto del gerencialismo, la precariedad laboral y la privatización en los trabajadores y las trabajadoras de la educación superior.
La jornada concluyó con una mesa redonda moderada por Urmila Singh, del Fijian Teachers' Union (FTU), en la que participaron ponentes de Corea del Sur, Filipinas y Estados Unidos. Samuel Dunietz, de la National Education Association (NEA) de Estados Unidos, destacó que los ataques indirectos, como los recortes en la financiación de la investigación o la retirada de subvenciones, socavan la libertad académica. La sesión reafirmó que disponer de mecanismos sólidos de negociación colectiva, garantías jurídicas y una defensa sostenida es fundamental para garantizar que la libertad académica siga estando protegida en beneficio de todos los educadores y las educadoras y estudiantes de la región.
La libertad académica es un bien público
La última jornada se inauguró con una sesión magistral sobre “La libertad académica como bien público”, a cargo de Gurumurthy Kasinathan, de IT for Change, en la India. Kasinathan subrayó que la libertad académica debe entenderse como un componente esencial del interés público, y pidió a los sindicatos de docentes que lideren el debate público sobre la libertad académica en la era digital. Advirtió contra la creciente influencia de la comercialización y la gobernanza basada en la vigilancia en la educación superior.
Los relatores y las relatoras de sesiones anteriores presentaron síntesis y recomendaciones que abordan una amplia gama de preocupaciones, como la censura, el control ideológico, el gerencialismo y la erosión de los derechos académicos. Los delegados y las delegadas subrayaron la urgente necesidad de solidaridad transfronteriza y acción sindical colectiva para fortalecer los espacios democráticos en la educación superior en toda la región.
En la sesión de clausura, el secretario general de la IE, David Edwards, pidió que se elaboraran estrategias regionales y campañas basadas en datos empíricos para hacer frente a la creciente influencia de la inteligencia artificial y los sistemas de datos en la autonomía académica e institucional. Singh, de la IEAP, elogió la calidad de los debates y el espíritu de solidaridad y propuso la creación de un Comité Directivo Regional sobre Libertad Académica y Democracia para mantener este impulso mediante la promoción, el seguimiento y la documentación continuos de las violaciones en toda la región de Asia-Pacífico.

Compromiso colectivo y camino a seguir
La conferencia concluyó con una firme reafirmación colectiva de que la libertad académica es parte integrante de la democracia, la educación de calidad y el progreso social. Los participantes se comprometieron a defenderla mediante la colaboración regional, la investigación conjunta, campañas de promoción y asociaciones con instituciones internacionales como la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo.
En su mensaje conjunto de clausura, la IE y sus organizaciones miembros reafirmaron su determinación de garantizar que las universidades y las escuelas sigan siendo espacios de libre pensamiento, investigación y compromiso democrático, y de construir una solidaridad regional para proteger a los educadores y las educadoras y los y las estudiantes allí donde la libertad académica se vea amenazada.