La confianza no se automatiza: los sindicatos de la educación redefinen el futuro de la IA
La inteligencia artificial (IA) se está integrando rápidamente en los sistemas educativos de todo el mundo. Gobiernos y empresas tecnológicas prometen eficiencia, “aprendizaje personalizado” y decisiones basadas en los datos. No obstante, para el profesorado y sus sindicatos, la IA plantea preguntas fundamentales: ¿Quién controla la educación? ¿Qué ocurre con la autonomía profesional, la rendición de cuentas democrática, la equidad y los derechos laborales cuando los algoritmos interfieren en la enseñanza y el aprendizaje?
La Internacional de la Educación, con el fin de atajar esta problemática y exponer una visión dirigida por los sindicatos de un futuro centrado en las personas, reunió a más de 200 dirigentes sindicales, docentes y especialistas de todas las regiones en su primera Conferencia Mundial sobre Inteligencia Artificial, “Reinventando nuestro futuro: la fuerza sindical docente por una IA centrada en lo humano”, celebrada en Bruselas los días 4 y 5 de diciembre. Quienes participaron examinaron durante estas dos jornadas el modo en que la IA está redefiniendo la educación y el trabajo, y la manera en que los sindicatos pueden velar por que estos sistemas fortalezcan la educación pública, la democracia y la profesión docente, en lugar de socavarlas.

La tecnología podrá ser la herramienta, pero la autoría recae en la humanidad
Los sindicatos belgas, durante la inauguración de la conferencia, dieron la bienvenida a Bruselas a las personas participantes en una intervención conjunta que cruzó las fronteras lingüísticas, lo cual deja patente cómo colaboran los sindicatos de un país multilingüe para abordar las cuestiones de la gobernanza de datos, la infraestructura y la autonomía del profesorado ante la llegada de las nuevas tecnologías.
El presidente de la IE, Mugwena Maluleke, subrayó que la IA nunca debe sustituir a la relación humana en torno a la que gira la educación. “La tecnología podrá ser la herramienta, pero la autoría recae en la humanidad. Aunque un chatbot puede responder una pregunta, solo la voz del docente puede decir: ‘creo en ti’. La innovación debe servir a la humanidad, no empeorarla. La IA debe amplificar nuestra voz, no reemplazarla”.

Poniéndonos en contexto: la verdadera IA y sus repercusiones
Un discurso de apertura pronunciado conjuntamente por el profesor Wayne Holmes, del Instituto de Educación de la UCL, y la profesora Kyungmee Lee, de la Universidad Nacional de Seúl, ofreció una visión general crítica en la que se trató cómo se está implantando la IA en la educación y qué está en juego para el alumnado, el profesorado y la sociedad.
Holmes enfatizó que gran parte de lo que se afirma actualmente acerca de la IA en la educación se centra en la eficiencia y la “personalización”, aunque a menudo ignora los costos ocultos para quienes enseñan y quienes aprenden. Mostró la manera en que la IA cambia frecuentemente la carga de trabajo del profesorado en lugar de reducirla: el tiempo se dedica ahora a redactar indicaciones, revisar y reescribir el resultado obtenido, gestionar los datos y la privacidad, abordar los riesgos éticos y actuar ante los intentos del alumnado de aprovecharse de las debilidades de la IA. Al mismo tiempo, algunos sistemas educativos están experimentando con modelos sin docentes o con menos profesorado, lo que plantea graves preocupaciones en lo que se refiere a la autonomía profesional, la rendición de cuentas y la calidad.
Holmes también enfatizó los costos que acarrea la IA para el medio ambiente y la “brecha en materia de IA” cada vez mayor entre quienes tienen acceso a sistemas potentes y quienes carecen de él. Sostuvo que una alfabetización en IA significativa no solo debe incluir los aspectos tecnológicos y prácticos, sino también la dimensión humana: entender la IA como un sistema sociotécnico con implicaciones para los derechos, la democracia y el planeta.
La profesora Kyungmee Lee se valió de un estudio sobre las reformas a los libros de texto digitales con IA de Corea del Sur para ilustrar las políticas de digitalización descendente a gran escala. La iniciativa de los libros de texto digitales con IA, promovida como una manera de “personalizar” el aprendizaje y modernizar las aulas, encontró una fuerte resistencia por parte del profesorado, los padres y las madres y la sociedad civil. Entre las preocupaciones figuraban los costos excesivos, la protección de datos, la comercialización, el uso excesivo de las herramientas digitales, las desigualdades y la falta de consultas significativas.

El trabajo de Lee muestra el modo en que el uso de la IA en la educación reorganiza las relaciones en el aula: redefine las identidades del alumnado y las interacciones con sus compañeros y compañeras, reconfigura la autoridad y la visibilidad del equipo docente y crea nuevos niveles de trabajo oculto debido al esfuerzo del profesorado por hacer funcionar los sistemas en las escuelas reales. Destacó que la IA no se está “introduciendo” simplemente en la educación; surge de una concurrencia compleja de ministerios, empresas, infraestructuras, discursos de políticas y “datos del profesorado”. La voz del personal docente a menudo queda marginada en estos procesos y debe acaparar protagonismo.
La perspectiva sindical: nada acerca de nosotros sin nosotros y nosotras
Una serie de dirigentes sindicales de diferentes regiones reflexionó sobre las realidades en sus respectivos contextos, que abarcan desde mercados digitales sumamente liberalizados hasta escenarios donde el diálogo social y los reglamentos desempeñan una función más importante. Compartieron ejemplos de cómo están respondiendo los sindicatos a las reformas motivadas por la IA, que comprenden negociaciones sobre la protección de datos y la carga de trabajo o la lucha contra la privatización y la defensa de la financiación pública.
En las sesiones plenarias y paralelas, se plantearon varios temas comunes:
La IA debe servir al profesorado, no controlarlo: Quienes participaron veían con buenos ojos las herramientas que reducen el trabajo administrativo, aunque advirtieron contra las que socavan el juicio profesional, aumentan la vigilancia o incrementan la carga de trabajo. Un aspecto fundamental fue defender el derecho del personal docente a decidir si participa o no, o a negarse a utilizar sistemas no éticos.
La alfabetización en IA es esencial: Los sindicatos destacaron que la enseñanza con la IA y acerca de esta tecnología exige una sólida formación de docentes, basada en los derechos humanos, la democracia y una buena pedagogía.
La equidad y el colonialismo de los datos: La IA se ha desarrollado principalmente en empresas y centros geopolíticos influyentes, empleando datos que pueden excluir a comunidades o dar una imagen falsa de ellas. Esto fomenta el sesgo, la discriminación y nuevas formas de colonialismo digital.
La inclusión y la discapacidad: Las herramientas de asistencia basadas en IA, aunque pueden prestar apoyo a alumnado diverso, se deben evaluar considerando la equidad, los derechos y una participación significativa.
La brecha digital: La desigualdad en la infraestructura, los modelos comerciales y los planes de concesión de licencias están creando nuevas brechas dentro de los países y diferencias entre ellos. Los sindicatos hicieron un llamamiento a la inversión pública y la resistencia a la dependencia de las plataformas privadas.

El profesor Punya Mishra, director de Futuros de Aprendizaje Innovadores de la Universidad Estatal de Arizona, clausuró la primera jornada con una intervención que hizo pensar. Animó a las personas participantes a no dejarse llevar por las altas expectativas y reconocer a la IA por lo que es: un sistema probabilístico que produce texto verosímil sin una verdadera comprensión. “La IA crea contenido, pero no contexto”, apuntó.
Mishra advirtió de que la educación se está adentrando en un experimento mundial no reglamentado de colonialismo de los datos, que se arriesga a fortalecer las cámaras de eco y disminuir los espacios para el auténtico diálogo humano. Su mensaje esencial fue claro: el personal educativo debe interactuar con la IA de manera realista, no con una confianza ciega en las promesas corporativas.

Del análisis a la acción: organizarse para reinventar el futuro
En la segunda jornada de la conferencia el foco de atención se puso en la acción. Las conversaciones pasaron de la crítica a la estrategia y las direcciones sindicales analizaron el modo de convertir los principios en poder por medio de la negociación colectiva y la organización.
Las sesiones paralelas abordaron algunas de las prioridades más acuciantes de los sindicatos en la era de la IA. Las personas participantes exploraron la manera en que los acuerdos colectivos pueden proteger contra la descualificación, la pérdida de puestos de trabajo y la vigilancia descontrolada, al tiempo que definen límites claros sobre el uso de los datos y la adopción automatizada de decisiones. Debatieron las formas innovadoras que tienen los sindicatos de utilizar las herramientas digitales y basadas en la IA para interactuar con la membresía, respetando siempre la privacidad, la democracia y los derechos laborales. Por último, en las sesiones se examinaron el modo en que las normas internacionales, entre ellas la Recomendación de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del personal docente, deben evolucionar para abordar las nuevas realidades como el trabajo en plataformas, la gobernanza de datos y la gestión de los algoritmos.
En una sesión con organizaciones internacionales, entre las que figuraban la UNESCO, la OCDE, UNICEF y la Alianza Mundial para la Educación, los panelistas advirtieron de un crecimiento del vacío de políticas y del avance de la IA a una velocidad mucho mayor que los reglamentos o las pruebas. Destacaron la necesidad de la exactitud en vez de la exageración, y señalaron que muchas herramientas que se están empezando a usar en las aulas se diseñaron para las empresas, no para el aprendizaje, y que muy a menudo dependen de datos de entrenamiento extraídos casi por completo del Norte Global. Esto deja a muchos países, idiomas y realidades escolares totalmente fuera del diseño de los sistemas. Las organizaciones pusieron de relieve que las revisiones en curso de las normas internacionales ofrecen una oportunidad crucial para reafirmar el papel fundamental de la profesión y velar por que la IA se adapta a la educación, no al contrario.

En las intervenciones hubo un mensaje claro: el personal docente debe mantener el control sobre el uso pedagógico de la IA, y únicamente un enfoque que dé prioridad al profesorado puede garantizar que la IA fortalece la educación pública en lugar de socavarla.
Las reuniones regionales permitieron a las organizaciones miembros asumir compromisos para el trabajo futuro relativo a la IA en el ámbito educativo. Entre ellos figuraron las campañas nacionales para promulgar una legislación sólida sobre la protección de datos y la IA en las escuelas, los grupos de trabajo regionales sobre la IA, los planes de investigación compartidos y los programas de formación conjunta para el colectivo sindical activista.
Ese día también se puso de relieve la importancia de crear un frente unido para elaborar estrategias y principios comunes a fin de negociar los reglamentos sobre la IA y garantizar que el movimiento sindical de la educación en todo el mundo habla con una sola voz. Se identificaron a las universidades como aliadas clave para diseñar marcos éticos. Las personas participantes destacaron la necesidad de que haya diversidad en la esfera de adopción de decisiones. El consentimiento libre, previo e informado debe guiar cualquier desarrollo de la IA en el que participen las comunidades indígenas, para proteger la propiedad intelectual y espiritual y establecer claras salvaguardias. Los sindicatos tienen la responsabilidad de informar a sus miembros, impartir formación y elaborar los argumentos necesarios para participar con confianza en las negociaciones colectivas sobre la IA.

No somos pasajeros en el futuro, somos quienes lo diseñamos
El secretario general de la IE, David Edwards, expuso cinco pilares estratégicos que orientarán la labor de la Organización en materia de IA: crear una red mundial que conecte a los sindicatos; compartir la investigación de vanguardia; fomentar la promoción a nivel internacional y nacional; crear capacidad sindical por medio de la formación y la organización; y ofrecer liderazgo intelectual para mantener al profesorado y a la educación centrada en las personas como protagonistas de las políticas y la práctica.
Estos pilares determinarán la estrategia a largo plazo de la IE a fin de velar por que la tecnología sirve a la humanidad y fortalece los sistemas de educación pública.
La conferencia se clausuró con un contundente llamamiento a la acción del presidente de la IE, Mugwena Maluleke, quien recordó a las delegaciones que la educación debe seguir siendo una actividad profundamente humana. “En una era de algoritmos y automatización, somos la luz, la sabiduría humana que ilumina el camino. La IA podrá procesar datos, pero no puede aportar percepción, juicio y humanidad. Ese es nuestro don. Esa es nuestra vocación”, afirmó.
Maluleke instó a los sindicatos a organizarse, recomendar y educar para garantizar que la tecnología sirve a la humanidad, no al contrario. “Las personas primero. Siempre. El profesorado dirige. La tecnología ayuda. La educación nos une”, declaró, tras lo cual hizo un llamamiento al personal educativo de todo el mundo para defender la autonomía profesional, la estabilidad laboral y la dignidad de la enseñanza en la era de la IA.
Al término de la conferencia, una convicción era clara y generalizada: la IA podrá ser poderosa, pero un profesorado organizado, basado en la ética profesional, la solidaridad y un compromiso con la democracia, determinará el futuro de la educación.
Las conclusiones de la conferencia están disponibles aquí.