Ei-iE

Mundos de la Educación

Evaluación formativa: una oportunidad para avanzar en la profesionalización

publicado 16 noviembre 2023 actualizado 16 noviembre 2023
Escritos por:

En Uruguay, la evaluación de los aprendizajes del alumnado en el nivel de la Educación Primaria es mixta. Al momento de evaluar, coexisten prácticas tradicionales, de estilo sumativo, con prácticas que se alinean con el concepto de evaluación formativa o la idea de evaluar para aprender. La libertad de cátedra y la sólida formación del personal docente uruguayo –titulado, egresado de instituciones oficiales o habilitadas- habilitan y sustentan el diseño de ambas modalidades de evaluación.

A partir del año 2007, con el impulso del gobierno progresista y la autonomía que caracteriza la organización de la educación en nuestro país [1], la evaluación formativa de los aprendizajes comienza a fortalecerse como práctica sistematizada a nivel de Educación Primaria.

Se generaron espacios de reflexión colectiva y se destinaron tiempos específicos y pagos que habilitaron el análisis, la discusión y la construcción de conocimiento didáctico colectivo. Esto hizo que las instituciones educativas, que tradicionalmente se organizaron jerárquicamente, comenzaran a transitar diferentes procesos que abrieron espacios de participación a todo el profesorado.

En los comienzos, el Sistema de Evaluación de Aprendizajes (SEA) conformó grupos de especialistas en evaluación y personal docente que elaboraron ítems y organizaron pruebas de evaluación que se aplicaban teniendo como recurso tecnológico el Plan Ceibal [2]. De ese modo, todo el profesorado del país tuvo la oportunidad de conocer y valorar los saberes de sus alumnas y alumnos, identificar en los errores las hipótesis que los sustentaban, conocer la realidad de su grupo y dialogar con otros docentes a partir de información derivada de esa evaluación.

Estos fueron los primeros pasos y el comienzo de un proceso que condujo al personal docente a avanzar significativamente en su proceso de profesionalización. Se generaron espacios de reflexión colectiva y se destinaron tiempos específicos y pagos que habilitaron el análisis, la discusión y la construcción de conocimiento didáctico colectivo. Esto hizo que las instituciones educativas, que tradicionalmente se organizaron jerárquicamente, comenzaran a transitar diferentes procesos que abrieron espacios de participación a todo el profesorado. El propio Programa de Educación Inicial y Primaria (p. 31) [3] habilita estos recorridos cuando define a las y los docentes como intelectuales con capacidad de transformación y habilita y valora el diálogo pedagógico desde la perspectiva de la comunicación didáctica a nivel institucional. “ Es el docente como intelectual que utiliza su conocimiento para problematizar y problematizarse, que cuestiona su práctica y la de los otros, que indaga en los supuestos que la fundamenta, develándolos. Este desocultamiento … no es una actividad individual ni individualista sino una actividad colectiva y cooperativa que se afirma como modelo institucional.” (p. 36)

La oportunidad de reunirse en torno a una mesa, analizar producciones del alumnado, atender sus argumentos, contrastarlos e intercambiar con colegas con ricas y variadas trayectorias de formación generó necesidades en cuanto a recurrir a sustentos teóricos que permitieran argumentar y avanzar en la construcción de conocimiento disciplinar didáctico en las diferentes áreas del conocimiento.

La evaluación formativa o evaluación para el aprendizaje se transformó así en una oportunidad para favorecer los aprendizajes del alumnado a partir de sus saberes, errores e hipótesis y potenció el crecimiento y el desarrollo del personal docente que se transformó en agente de cambio de sus prácticas y de prácticas institucionales que muchas veces se implementaban en forma poco crítica y sin oportunidad de revisión.

El fortalecimiento de la profesionalización y el empoderamiento del personal docente generó un cambio en el estilo de liderazgo, tanto a nivel de aula como a nivel institucional. En el aula, el o la docente implementó lo que Perrenoud denominó “pedagogía diferenciada” [4] transformándose así en un líder democrático que habilita la escucha y la participación del alumnado en los procesos colectivos de construcción de saberes que les garanticen a todos y todas, el acceso a la cultura y la apropiación real de los bienes que ella aporta. A nivel institucional, se avanzó desde un estilo de liderazgo directivo, de tipo autoritario hacia el ejercicio de estilos más democráticos y participativos, donde se valora la escucha, la confrontación de ideas, la argumentación y la construcción colectiva.

Lamentablemente estos procesos, tan apreciados y defendidos por el personal docente, han sufrido un significativo enlentecimiento y hasta cierta regresión. Como consecuencia del cambio de gobierno, a partir de 2020 se retomaron estilos de liderazgo autoritarios que cercenaron en diversos ámbitos la participación del personal docente y la posibilidad de tomar decisiones, además de limitar su posibilidad de desarrollo profesional. Es así que se eliminó la representación del personal docente en la integración de los Consejos de Educación Inicial y Primaria, Secundaria y Técnico Profesional, los que de ser órganos pluripersonales se transformaron en Direcciones Generales unipersonales; se minimizó la consideración de los aportes de las Asambleas Técnico Docentes como órganos técnicos de consulta y se volvió a un estilo donde se participa al profesorado de documentos y decisiones que ya fueron tomadas.

No obstante, somos conscientes que las huellas del trayecto recorrido anteriormente son profundas, de ahí que la participación en el proyecto “Círculos de aprendizaje liderados por docentes para la Evaluación Formativa T3LFA” representa, para un pequeño grupo de docentes, la oportunidad de retomar senderos de diálogo, reflexión, liderazgo participativo y sobre todo, construcción colectiva.

Limitar la participación del profesorado en los procesos de toma de decisiones en el ámbito de la educación y desconocer su derecho a la profesionalización constituyen verdaderas formas de agredir a los colectivos. No obstante, los trayectos recorridos y la búsqueda de alternativas son los soportes que les permitirán continuar avanzando aún en los tiempos más difíciles.

1. ^

Ley 18437. Título III Sistema Nacional de Educación Pública Capítulo I

2. ^

Poder Ejecutivo. Decreto 144/007 Creación del Proyecto Ceibal “Proyecto de Conectividad Educativa de Informática Básica para el Aprendizaje en Línea”

3. ^

ANEP (2008) Programa de Educación Inicial y Primaria. 3ª. Edición

4. ^

Perrenoud, P. (2007) Pedagogía diferenciada. De las intenciones a la acción. Madrid. Ed. Popular.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.