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Más de 1.880 niños y niñas han vuelto a la escuela gracias a los sindicatos de la educación que trabajan para acabar con el trabajo infantil

publicado 12 junio 2025 actualizado 12 junio 2025

En 6 países de África, los programas de los sindicatos de la educación contra el trabajo infantil están dando resultados que cambian vidas. Solo en 2024, más de 1.880 niños y niñas han regresado a las aulas en zonas de proyectos en Burundi, Malawi, Malí, Togo, Uganda y Zimbabue.

"La educación es la fuerza más poderosa que tenemos para romper las cadenas del trabajo infantil y despertar los sueños de cada niña y cada niño", declaró Mugwena Maluleke, Presidente de la Internacional de la Educación.

Acogiendo con satisfacción los resultados de los proyectos de la IE en contra el trabajo infantil, Maluleke comentó que estaba "profundamente conmovido por la dedicación inquebrantable del profesorado, las direcciones de las escuelas y los sindicatos, verdaderos campeones que están restaurando infancias y reescribiendo destinos. Gracias a su valentía y compasión, miles de niñas y niños han dejado las dificultades del mundo del trabajo y han regresado a lugares cálidos, en los que pueden desarrollar su curiosidad y se les hace sentir pertenencia. Cada niña, cada niño que regresa a un aula lleva una nueva esperanza en su corazón y las herramientas para dar forma a un futuro mejor".

En el Día Mundial contra el Trabajo Infantil (12 de junio), Maluleke reafirmó el compromiso de la Internacional de la Educación con la causa, subrayando que "no descansaremos hasta que todas las niñas y los niños, especialmente quienes son más vulnerables, sean libres de aprender, jugar y prosperar, con seguridad en el marco de una educación inclusiva y de calidad".

Movilizar a las comunidades contra el trabajo infantil

Con el apoyo de la Internacional de la Educación, AOb (Países Bajos), NEA (Estados Unidos), GEW Fair Childhood Foundation (Alemania) y Mondiaal FNV (Países Bajos), los sindicatos de la educación de los seis países africanos están trabajando para crear zonas libres de trabajo infantil en determinadas áreas.

Las actividades se centran en evaluar cuántos niños y cuantas niñas no asisten a la escuela, formar a cientos de docentes y puestos de dirección de centros escolares sobre los derechos de las niñas y los niños y sensibilizar sobre el impacto negativo del trabajo infantil y los beneficios de la educación, colaborar con la población local y movilizar a la comunidad para que actúe contra el trabajo infantil.

Además, la creación de clubes de derechos de los niños y las niñas, en los que participan 797 estudiantes de los 6 países participantes, permite al estudiantado convertirse en defensores activos de sus derechos, sensibilizando a sus escuelas y comunidades mediante actividades como el teatro callejero.

Gracias a estos esfuerzos, muchos jefes locales han adoptado ordenanzas que prohíben el trabajo infantil en sus aldeas. Se pueden imponer sanciones a los padres que no envíen a sus hijos a la escuela, como multas o que se les prohíba asistir a eventos comunitarios.

La sinergia entre los grupos comunitarios ha sido un factor clave para impulsar un cambio real.

Regreso de las madres jóvenes a la escuela

Los sindicatos también están abogando para que las madres jóvenes regresen a la escuela y continúen su educación. A principios de este año, en Erussi (Uganda), UNATU ayudó a 50 madres jóvenes a volver a la escuela en una sola aldea.

Para facilitar su regreso y mantener a todas las alumnas en la escuela y aprendiendo, los docentes y los sindicalistas están trabajando para garantizar un entorno seguro y sensible al género para las estudiantes. Esto implica una serie de medidas, como la introducción de políticas de igualdad de género en las escuelas, el fomento de la participación de las mujeres en el liderazgo escolar, la construcción de retretes separados por género y el suministro de productos sanitarios para las niñas.

Cambios positivos que perduran y se propagan

Los centros escolares que participan en el proyecto de la Internacional de la Educación informan de un aumento de las tasas de matriculación y retención en comparación con el periodo anterior al inicio del proyecto sindical. Además, las escuelas de las aldeas vecinas también están reportando tasas de matrícula más altas, lo que sugiere que las personas de la comunidad se sienten capacitadas para liderar la lucha contra el trabajo infantil en su región en general.

Además, los datos y testimonios recogidos por los sindicatos de Togo y Malawi en las zonas donde se ejecutaron proyectos anteriores muestran que los efectos son duraderos y sostenibles: las niñas y los niños no volvieron a trabajar y las tasas de matriculación se mantuvieron estables tras la finalización de los proyectos.

Docentes decididos y decididas a ayudar a poner fin al trabajo infantil

Según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 138 millones de niños en todo el mundo trabajan, y el África subsahariana representa dos tercios del trabajo infantil en todo el mundo.

La educación y el profesorado son fundamentales para poner fin al trabajo infantil en todo el mundo.

"Los docentes y las docentes son el corazón de las comunidades de todo el mundo. Cuando se les apoya y empodera, pueden poner fin a prácticas ancestrales, transformar comunidades y cambiar vidas. Gracias al profesorado sobre el terreno, miles de niñas y niños salieron del mundo del trabajo y han vuelto a la escuela. Nuestro programa no se detendrá aquí. Vamos a liderar el camino hacia un mundo en el que todas las niñas y todos los niños estén en la escuela, donde pertenecen", subrayó David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación.