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De Ginebra al mundo: el personal docente reivindica medidas urgentes y una mayor inversión ante el incumplimiento del ODS 4

publicado 3 noviembre 2025 actualizado 5 noviembre 2025

En su intervención ante el Foro Social del Consejo de Derechos Humanos, Takashi Kajiwara, vicepresidente de la Internacional de la Educación (IE) y presidente del Sindicato de Docentes de Japón (JTU), hizo una defensa contundente de la educación como un derecho habilitante que permite el cumplimiento de todos los derechos humanos y que debe recibir la plena financiación en todo el mundo.

El evento, que tuvo lugar los días 30 y 31 de octubre en Ginebra (Suiza), se centró en la contribución que aporta la educación al respeto, la promoción, la protección y el cumplimiento de todos los derechos humanos. El Foro ofreció un espacio único para el diálogo abierto entre la sociedad civil, representantes de los Estados miembros de las Naciones Unidas y organizaciones intergubernamentales.

Construir el futuro por medio de la educación

En una mesa redonda sobre la educación en aras de los derechos socioeconómicos, Kajiwara destacó que “el personal docente de todo el mundo, en el que me incluyo, adora a los niños y niñas y desea crecer a su lado, y cree que, por medio de la educación, podemos crear sociedades pacíficas y democráticas que respeten los derechos humanos. Por eso nos hemos convertido en docentes y nos esforzamos cada día. Por eso, de todas las profesiones, la nuestra nos parece la más gratificante”.

Respecto del papel que desempeña la educación en el mundo del trabajo, Kajiwara enfatizó que “una sociedad próspera sienta sus bases en una experiencia de aprendizaje de calidad para los niños y niñas”.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 dista de lograrse

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, adoptado por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas en 2015, es “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.

No obstante, como señala Kajiwara, en 2023 había 251 millones de niños y niñas y jóvenes sin escolarizar, de los cuales 71 millones correspondían a la edad de escuela primaria. Entre los obstáculos a la educación figuran la guerra y el conflicto, la pobreza, las desventajas económicas y sociales, el origen y el acoso.

Kajiwara explicó que “en Japón también hay niñas y niños diversos. Tanto si proceden de Japón como si no, ya tengan alguna discapacidad o no, e independientemente de la situación socioeconómica de su familia, nosotros, el profesorado, nos esforzamos a diario para que nuestras escuelas sean lugares democráticos e inclusivos donde todos los niños y niñas puedan aprender juntos y mutuamente”.

La apremiante escasez de docentes pone en riesgo el derecho a la educación

El dirigente sindical fue el único panelista que mencionó la escasez mundial de 50 millones de docentes que está poniendo en riesgo el derecho a la educación en todo el mundo.

“En la región de Asia-Pacífico, la región que represento como vicepresidente de la Internacional de la Educación, la escasez de docentes es grave, y necesitamos más de 1,66 millones de docentes”, advirtió Kajiwara.

Según el presidente del JTU, Japón necesita 2558 docentes más: 1218 en la escuela primaria, 868 en el primer ciclo de enseñanza secundaria, 217 en el segundo ciclo de enseñanza secundaria y 255 en escuelas de educación especial. Aunque la legislación japonesa garantiza la igualdad de oportunidades en la enseñanza en todo el país, esta promesa no se está cumpliendo, y esto está afectando significativamente al aprendizaje de los niños y niñas.

“El motivo de la escasez de docentes es simplemente que los presupuestos destinados a la educación pública no son suficientes en muchos países”, destacó Kajiwara, que añadió que “los sindicatos de docentes llevan mucho tiempo manifestando su preocupación por esta falta de profesorado. Pese a que esto a menudo se percibe como un problema específico de los países en desarrollo, gracias a la labor colaborativa de la Internacional de la Educación y las Naciones Unidas, ya se reconoce como una problemática mundial que comparten los Gobiernos de todo el mundo”.

Por medio de la campaña ¡Por la pública! Creamos escuela de la IE, los sindicatos de la educación de todo el mundo están colaborando más allá de sus fronteras para garantizar el derecho de cada estudiante a un o una docente con cualificación y el debido apoyo, así como a un entorno de aprendizaje de calidad. La campaña es un llamamiento a que los Gobiernos adopten medidas urgentes para invertir en la educación pública, un derecho humano fundamental y bien público, y para invertir más en el profesorado, el único factor primordial para lograr una enseñanza de calidad.

Implementación de las recomendaciones de las Naciones Unidas sobre la profesión docente

El vicepresidente de la IE también puso de relieve las 59 recomendaciones de las Naciones Unidas como un plan de acción para poner fin a la escasez mundial de docentes.

En la recomendación 5 se insta a los Gobiernos a “establecer comisiones nacionales u otros mecanismos, que deberían incluir autoridades financieras competentes, representantes de las organizaciones de docentes y otras partes interesadas pertinentes, a fin de evaluar y afrontar el déficit de docentes debidamente calificados”.

En la recomendación 7 se indica claramente que “[u]na educación de calidad no es posible sin financiación adecuada. Debería asignarse al menos el 6 por ciento del producto interior bruto y el 20 por ciento del total del gasto público a la financiación de la educación pública, tal como se establece en el Marco de Acción Educación 2030, y debería contemplarse el aumento de la inversión per cápita en la educación”.

El vicepresidente de la IE concluyó su intervención poniendo énfasis en que “ahora más que nunca, creemos firmemente en crear movimientos desde las bases en cada país para fortalecer la educación pública. Esto tiene por objeto garantizar que creamos sociedades pacíficas y democráticas donde se respeten los derechos humanos, nos solidarizamos con nuestros compañeros y compañeras de los demás lugares del mundo y transmitimos este legado a nuestros hijos e hijas. ¡Trabajemos juntos!”.