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Mundos de la Educación

Mantener a la humanidad en el centro: la accesibilidad y la inteligencia artificial en la educación

publicado 3 diciembre 2025 actualizado 2 diciembre 2025
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En un aula al norte del Estado de Nueva York, una profesora de educación especial emplea una serie de dispositivos de seguimiento ocular Tobii, cada uno de ellos calibrado en función de los patrones oculares únicos de cada estudiante. Por el aula sobrevuela el silencio, fruto de la concentración mientras el estudiantado con parálisis cerebral y autismo se prepara para comenzar su actividad de escritura. En vez de papel y bolígrafo se utilizan herramientas de comunicación aumentativa y alternativa basadas en la IA. Con cada parpadeo o mirada, el programa informático prevé su siguiente palabra, al usar la predicción basada en el contexto para completar las oraciones, formular preguntas y expresar ideas que antes habrían tardado minutos en formarse.

Lo que antes era un proceso meticuloso de selección letra por letra se ha transformado en una conversación con ritmo. La IA aprende de cada interacción y se adapta al tono, el vocabulario y el contexto. Por primera vez, algunas personas estudiantes están manteniendo conversaciones durante toda la clase por medio del movimiento ocular o la pulsación de una sola tecla, y responden a preguntas, debaten ideas e incluso cuentan chistes.

La profesora, que se desplaza entre los pupitres, no está centrada en la calificación o la introducción de datos. Está pendiente de la conexión y de velar por que cada estudiante tiene una voz que pueda escucharse.

En el otro extremo del país, en Alaska, una patóloga del habla y el lenguaje comienza una sesión con un grupo reducido en la que utiliza una serie muy diferente de herramientas. En su pantalla tiene pestañas para ChatGPT, Perplexity, NotebookLM y SchoolAI. Cada plataforma atiende a un propósito diferente: una ayuda a generar inicios de conversación, otra selecciona listas de vocabulario y otra simula un diálogo realista para que el estudiantado practique. Estas herramientas están entretejidas en sus sesiones de patología del habla y el lenguaje con el fin de que sus estudiantes puedan cumplir los objetivos de comunicación, explorar vocabulario y participar en conversaciones estructuradas que se perciben como personales y relevantes.

Para el estudiantado que antes tenía dificultades para encontrar las palabras adecuadas o mantener el interés, estas sesiones basadas en la IA han abierto nuevas posibilidades. La tecnología no sustituye a los conocimientos especializados de la profesora, sino que los amplifica y, además, le permite adaptar la práctica a las necesidades de cada estudiante al tiempo que mantiene un alto nivel de participación.

Cómo el personal docente utiliza la IA para el estudiantado con discapacidad

Estos casos no son aislados. En todos los Estados Unidos, el profesorado está experimentando con nuevas maneras de utilizar la inteligencia artificial para atender las necesidades de estudiantado con diversas características. Según un informe publicado recientemente por el Centro para la Democracia y la Tecnología, casi seis de cada diez docentes de estudiantes con discapacidad afirman que utilizaron la IA como ayuda para elaborar planes individualizados de educación y accesibilidad para su estudiantado durante el curso escolar 2024-2025.

En los Estados Unidos, el estudiantado con discapacidad tiene el derecho legal a recibir una educación pública gratuita y adecuada. En virtud de dos leyes federales —la Ley de Educación de las Personas con Discapacidad y la Sección 504 de la Ley de Rehabilitación—, el estudiantado con una discapacidad diagnosticada clínicamente tiene derecho a acogerse a planes personalizados o individualizados que expongan el modo en que las escuelas le brindarán asistencia por medio de instrucción, servicios y salas especializadas, como más tiempo o tecnología de apoyo para acceder al aprendizaje en las mismas condiciones que sus compañeros y compañeras. El estudiantado que recibe estos planes individualizados es más propenso que sus compañeros y compañeras a mantener una comunicación bilateral con las herramientas de IA. De acuerdo con el Centro para la Democracia y la Tecnología, el 73 % del estudiantado con discapacidad declara haber utilizado la IA de esta manera, en comparación con el 63 % del estudiantado que no se acoge a planes individualizados para una discapacidad documentada.

Lograr el equilibrio entre las oportunidades y los riesgos

Aunque la tecnología de IA es enormemente prometedora desde el punto de vista pedagógico para el estudiantado con discapacidad, el estudiantado, las escuelas, así como padres y madres deberían conocer y examinar detenidamente varios factores de riesgo, entre ellos el impacto en las relaciones y habilidades sociales, la capacidad académica y la privacidad de datos.

Más del 40 % del estudiantado declara que él o ella o un amigo o amiga han interactuado con la IA para obtener apoyo a la salud mental, lo cual representa una tendencia inquietante que plantea preocupación acerca de esta tecnología. El 64 % de la totalidad del estudiantado cree que la IA debilita las habilidades importantes que el estudiante debe aprender, como la escritura, la comprensión lectora y la investigación, y el 57 % del estudiantado acogido a un plan individualizado afirma pensar que el uso de la IA en clase “me hace sentir como si tuviera menos conexión con mi docente”.

Además, si la IA no se utiliza con un propósito claramente identificado, las debidas normas y protecciones, hay una mayor probabilidad de que los datos médicos y biométricos sensibles (como aquellos obtenidos con la tecnología de escaneo de retina mencionada anteriormente) del estudiantado con discapacidad se expongan a los sistemas de IA, lo cual puede ser peligroso y poner en riesgo la privacidad las personas estudiantes. En los Estados Unidos, el estudiantado con discapacidad tiene una tasa mucho mayor de exclusión y expulsión de las escuelas que sus compañeros y compañeras, y representa el 65-75 % de los niños y niñas del sistema de justicia juvenil. Datos como este aumentan los sesgos en los algoritmos de la IA y podrán dar lugar a que se etiquete injustamente al estudiantado con discapacidad como potencialmente difícil o problemático, una cuestión que se agrava cuando algunos sistemas escolares comparten los datos del estudiantado con las fuerzas o cuerpos de seguridad. Los sistemas escolares son notoriamente vulnerables a los ataques de los programas de secuestro y a las violaciones de la seguridad de los datos, y los registros de este estudiantado pueden contener información médica muy delicada y otros datos protegidos por la ley por un buen motivo.

Todo esto subraya la necesidad de diseñar una IA centrada en las personas, accesible y transparente que tenga en cuenta el desarrollo y sea apropiada para según qué edad, así como de instaurar todas las protecciones necesarias para mantener la seguridad del estudiantado.

Capacitar al personal docente: recursos y herramientas de la NEA

En 2024, el Grupo de Trabajo sobre la Inteligencia Artificial en la Educación de la Asociación Nacional de Educación (NEA) publicó un informe sobre un uso responsable de la IA en las escuelas, que aborda el modo en que el potencial y los riesgos de la IA afectan excepcionalmente al estudiantado y al profesorado con discapacidad, especialmente cuando no se priorizan las cuestiones de accesibilidad, privacidad y sesgo. La propuesta de declaración de política de la NEA reivindica en esencia que se mantenga a las personas en el centro de la enseñanza y el aprendizaje.

Asimismo, la NEA ha elaborado una guía práctica para ayudar al personal educativo a evaluar las herramientas de IA desde el punto de vista de la equidad y la accesibilidad. Esta guía brinda asistencia al personal docente para determinar si las tecnologías de IA son abiertas para todo el estudiantado, especialmente quienes tienen algún tipo de discapacidad, y permite corroborar si todas las herramientas empleadas en el aula están en consonancia con los principios de accesibilidad, equidad y aprendizaje centrado en las personas. La elaboración de este recurso comenzó con una evaluación honesta del panorama actual, que tuvo por objeto crear algo sencillo, digerible y útil para todo el profesorado, independientemente de la experiencia que tuviera con la IA. Con demasiada frecuencia, la accesibilidad se reduce a listas de verificación del cumplimiento. La NEA la ha replanteado como una parte fundamental de la enseñanza inclusiva.

Los siguientes principios pueden ayudar a velar por que la tecnología sirva a todo el estudiantado.

1. Promover el liderazgo de las personas más afectadas

La verdadera accesibilidad se logra únicamente con la orientación, la aportación y el apoyo de las personas con discapacidad. El estudiantado con discapacidad, el profesorado y las familias deberán desempeñar un papel protagonista en el diseño, el desarrollo y la evaluación de las herramientas de IA. Su liderazgo garantiza que la tecnología promueve la inclusión y la autonomía en lugar de la vigilancia o la eficiencia únicamente.

2. Tener en cuenta diferentes niveles de alfabetización en IA

La familiarización del personal docente con el uso de la IA varía mucho. Una parte está deseosa de adoptarla cuanto antes, mientras que otra es escéptica o dispone de un acceso limitado a la tecnología. Para ser efectivos, los recursos deberían ser claros, estar bien fundamentados y basarse en un uso ético y en la accesibilidad para garantizar así que todas las personas puedan participar significativamente.

3. Mantener a la humanidad en el centro

La IA nunca puede sustituir las relaciones auténticas entre personas. La NEA destaca que es el personal educativo, y no el algoritmo, el que debe orientar el modo en que se usa la tecnología. La IA debería mejorar la comunicación, la creatividad y la diferenciación en las aulas, no socavarlas.

4. Priorizar la protección de datos y la mitigación del sesgo

Pese a que la IA puede ahorrar tiempo y fomentar la innovación, también puede reproducir el sesgo, identificar erróneamente al estudiantado de color o con discapacidad y crear unas prácticas de datos inseguras. La NEA insta a diseñar sistemas éticos y transparentes con fuertes protecciones de datos y una representación diversa en todas las esferas de la toma de decisiones.

5. Incluir al profesorado, el estudiantado y sus familiares como especialistas

Quienes conocen mejor la enseñanza y el aprendizaje deben contribuir a la formulación de políticas sobre la IA. La inclusión del profesorado, el estudiantado y sus familiares en los procesos de adopción de decisiones crea un entendimiento común, mejora la transparencia y garantiza que la IA atiende las verdaderas necesidades que existen en el aula.

El mensaje es claro y universal: la tecnología debe apoyar (no suplantar) una enseñanza y un aprendizaje eficaces y cumplir un propósito claro definido por profesionales de la educación. Al centrarnos en unas relaciones humanas saludables, la seguridad, el bienestar y la equidad en la educación, es posible crear un futuro donde la IA sea una ayuda para lograr una educación de alta calidad que permita al estudiantado con cualquier tipo de discapacidad alcanzar todo su potencial.

La justicia para las personas con discapacidad nos recuerda que la verdadera inclusión conlleva reconocer las numerosas experiencias e identidades superpuestas de las personas y velar por la plena participación de toda la sociedad. También implica comprender que las personas dependemos los unos de las otras. Las personas más afectadas por la discriminación y los obstáculos deberían ser las que guíen el modo en que se crea y se usa la tecnología.

La aplicación de estos principios a la IA supone valorar todas las formas de aprendizaje, comunicación y expresión. Conlleva crear sistemas que confluyan con las personas donde estén y considerar la accesibilidad como un acto compartido de atención que beneficia a todas las personas.

Para consultar los recursos de la NEA sobre la IA en la educación, visite nea.org/ai.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.