Ei-iE

Mundos de la Educación

“Reforma de la educación superior tras la pandemia: ¿una transformación digital que prioriza el mercado?”, por Ben Williamson & Anna Hogan.

publicado 9 febrero 2021 actualizado 1 julio 2021
Escritos por:

Las tecnologías de la educación se han convertido en un aspecto clave del sector de la educación superior durante la pandemia de COVID-19. La situación de emergencia en el sector terciario a escala mundial ha facilitado que empresas de tecnologías de la educación, negocios tecnológicos internacionales y las redes de patrocinadores que los respaldan definan el futuro de la Universidad después de la pandemia.

Nuestro nuevo informe para la Internacional de la Educación: Pandemia y privatización en la educación superior: tecnologías de la educación y reforma de la Universidad(en inglés, resumen ejecutivo en español), examina en detalle las diversas formas en las que se intentó conseguir y avanzar en la mercantilización y la privatización de la educación superior mediante programas de tecnologías de la educación y ‘transformación digital’ durante los cierres de campus e interrupciones de la actividad universitaria en 2020. La emergencia de la propia pandemia también ha provocado que la educación superior se abra a soluciones tecnológicas privatizadas.

En el informe, argumentamos que, aunque no resulta una opción negativa de por sí que las tecnologías de la educación estén presentes en la educación superior, dado que los modelos de educación a distancia y aprendizaje en línea pueden proporcionar ventajas significativas a las universidades, sí que implica problemas serios en cuanto al poder privado y su influencia para motivar cambios en los valores y objetivos de la educación superior.

Uno de los fines y valores fundamentales que motiva la expansión de la tecnología educativa privada es de carácter económico. La pandemia ha sido muy rentable para numerosas organizaciones privadas del sector educativo. La agencia de inteligencia de mercado de tecnología educativa HolonIQ ha calculado que el total de la inversión de capital de riesgo en tecnología educativa superó los 16 000 millones de dólares estadounidenses solo en el año 2020, un movimiento que se describió como respaldo económico de “un enfoque cuyo objetivo es transformar la manera de aprender del mundo”. La pandemia se ha entendido como un catalizador de capitalización para la tecnología educativa, con inversores en busca de un flujo de caja potencial en el futuro gracias a productos que prometen la transformación educativa. Los conceptos clave en los que profundiza nuestro informe son la idea de que las valoraciones de mercado, el capital privado y la innovación tecnológica son aspectos fundamentales en la transformación de la educación, las formas en que una “visión” tecnológica está generando un consenso entre las diversas partes implicadas y la materialización en las políticas y las prácticas de ese imaginario centrado en el mercado. En este breve texto introductorio, explicamos cómo están progresando estas dinámicas emergentes en la mercantilización y privatización de la educación superior.

Reinventar la universidad

Durante la pandemia, la educación superior de todo el mundo se ha convertido en el centro de atención de un profundo movimiento de reinvención por parte de extensas redes de grupos de reflexión, consultoras, agencias del sector, negocios educativos, organizaciones financieras y empresas tecnológicas, en el marco de un recorrido más amplio de intentos de reforma multisectorial de la educación superior y proyectos recientes para incorporar la “transformación digital” a la educación superior.

El proyecto Learning and Teaching Reimagined Initiative que se presentó en el Reino Unido en octubre de 2020 es un ejemplo de los imaginarios transformadores que llevan circulando y ganando peso durante el último año. En un informe titulado Digital at the Core, la iniciativa proyecta una visión estratégica para la reconstrucción de la educación superior después de la pandemia y las “universidades empoderadas gracias a los datos” en el Reino Unido, que implica la integración de datos en todas las actividades y la toma de decisiones basada en este aspecto; la “segmentación” de la educación en componentes independientes para reconstruirla a modo de nuevos productos en plataformas de educación tecnológica por parte de proveedores del mercado y la selección de contenido educativo “personalizado” en función de análisis de datos individualizados. Contar con un “núcleo digital” también significa que las universidades están conectadas a una nube interoperativa y a sistemas de datos proporcionados por colaboradores con infraestructuras inmensas, como Salesforce o Amazon Web Services, a través de nuevos acuerdos que representan alianzas de lo público y lo privado.

Universidades en plataformas y campus en la nube

En el libro The Platform Society, Jose van Dijck, Thomas Poell y Martijn de Waal argumentan que las empresas de tecnología global han empezado a adentrarse de forma evidente en la educación. Lo consiguen proporcionando plataformas para la enseñanza y el aprendizaje, así como infraestructuras de la nube y de datos que facilitan la conectividad, la interoperabilidad, las integraciones en plataformas de terceros y el flujo de datos entre sistemas. Es un hecho cada vez más generalizado en la educación superior, disfrazado de medidas de emergencia para la pandemia, ya que las interrupciones en las clases presenciales han dado lugar a la creación de nuevas “universidades en plataformas” y “campus en la nube” que se incluyen en infraestructuras digitales, privadas e internacionales.

Por ejemplo, Salesforce, la empresa colaboradora en cuestiones técnicas de la iniciativa Learning and Teaching Reimagined considera su proyecto Education Data Architecture para la educación superior como una infraestructura de “360 grados” para recopilar, analizar y utilizar datos del estudiantado. Combina información sobre alumnado, gestión del aprendizaje y otros sistemas institucionales, además de aplicaciones de terceros disponibles a través de Salesforce AppExchange en un sistema interoperable: Salesforce Education Cloud. Esta herramienta también “integra Einstein”, el sistema de aprendizaje automático e inteligencia artificial predictiva de la empresa.

Las nuevas infraestructuras de la universidad en plataformas o los campus en la nube son un ejemplo de la materialización del concepto de una universidad que ha experimentado una transformación digital, basada en los datos y que utiliza la inteligencia artificial. Se trata del modelo que se ha apoderado de sistemas educativos como el del Reino Unido. La universidad moderna se está transformando en una plataforma en la que gestionar un mercado de sistemas de tecnología educativa en pleno auge y reajustando sus infraestructuras para funcionar a través de infraestructuras de la nube y de datos conectadas de forma global.

Todo esto permite a las empresas de tecnología educativa y proveedores de la nube buscar acuerdos y colaboraciones rentables con instituciones al mismo tiempo que promueven una filosofía transformadora que definirá las operaciones y propósitos de la educación superior durante la recuperación y reconstrucción posteriores a la pandemia.

La transformación digital de la educación superior dista de ser únicamente un proyecto tecnológico. Se trata, ante todo, de una obra política que ambicionan poderosas coaliciones de diversos sectores. Jose van Dijck y sus colegas afirman que esta nueva plataforma y las transformaciones de las infraestructuras educativas forman parte de un “programa político en el que lo que antaño fueran funciones públicas y gubernamentales se gestiona con el objetivo de generar beneficios en el ámbito privado”, con el movimiento cada vez mayor de fondos públicos hacia plataformas que capitalizan “sistemas de enseñanza y aprendizaje basados en datos y con alta presencia tecnológica en detrimento de la inversión en habilidades pedagógicas y didácticas humanas y que requieren un uso intensivo de mano de obra”.

Imaginarios alternativos para la educación superior tras la pandemia

El futuro privatizado y altamente capitalizado de la educación superior exige un esfuerzo coordinado de los sindicatos de educación superior, el personal universitario y el alumnado para garantizar que su opinión se tenga en cuenta en todas las propuestas de transformación digital de sus instituciones. Dicha transformación podría afectar enormemente a la enseñanza y el aprendizaje en las universidades más allá de la recuperación tras la situación de emergencia actual. No obstante, quienes se ven más afectados por estos cambios tienen poco peso a la hora de negociar el futuro del sector. Iniciativas destacadas como la red The Post-Pandemic University demuestran la importancia de los conocimientos y la experiencia en el sector para desarrollar un futuro alternativo, firme y democrático para la educación superior de un modo amistoso, dialogante y consensuado.

Los negocios tecnológicos, las empresas de tecnología educativa y los inversores, además de las consultoras, agencias y entidades políticas están impulsando un programa de transformación tecnológica y económica que antepone el factor digital y que provoca un aumento de la dependencia de las universidades de plataformas e infraestructuras privadas, un incremento de la vigilancia del alumnado y del personal a través de los datos y de sistemas de control, y la integración de tecnologías de Inteligencia Artificial automatizadas en las rutinas pedagógicas.

Puede que aumentar el uso de la tecnología resulte beneficioso para la educación superior si este paso se negocia con el personal de la universidad y el alumnado, y si se basa en fines y valores íntegramente educativos, en lugar de guiarse por los dictados de los valores del mercado, los intereses empresariales y premisas políticas reformadoras sobre el valor de la educación superior en una economía pospandémica.

La rápida transformación digital del sector, provocada por las evaluaciones del mercado, los intentos de las empresas tecnológicas de aumentar su dominio en el sector de la educación y los deseos de inversores de conseguir flujo de caja, puede convertirse en una forma profundamente antidemocrática y potencialmente dañina para el futuro de la educación superior.

El futuro de la educación no debería basarse en una transformación que priorice las necesidades de los mercados y el factor digital sino inspirarse en propuestas que antepongan los objetivos en ámbitos como la pedagogía y el desarrollo curricular, así como en debates del sector sobre el papel crítico de la educación superior a la hora de hacer frente a los complejos desafíos que nos esperan.

Para acceder al informe completo (en inglés): Pandemia y privatización en la educación superior: tecnologías de la educación y reforma de la Universidad, de Hogan, A. y Williamson, B. (2021), hagan clic aquí. El resumen ejecutivo en español se puede consultar aquí.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.