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Los educadores árabes y sus sindicatos están dispuestos a reconstruir la educación y a definir el futuro de su trabajo

publicado 9 julio 2021 actualizado 2 agosto 2021

El impacto de la pandemia de la COVID-19 en el sector de la educación, el futuro del trabajo, la acción contra el cambio climático, la protección de los derechos humanos y sindicales y la salvaguardia de la democracia fueron los temas centrales de los debates durante la 5ª Conferencia de la Estructura Interregional de Países Árabes (ACCRS) de la Internacional de la Educación.

La pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto devastador en el sector educativo de la región, agravado por el fracaso a nivel mundial para distribuir las vacunas de manera equitativa.

En su discurso de apertura de la conferencia virtual del 8 de julio, el Secretario General de la Internacional de la Educación, David Edwards, declaró que el trabajo infantil, en el que se habían logrado importantes avances durante la última generación, estaba en aumento en muchos países. Además, los progresos en materia de equidad de género se han desacelerado y la violencia contra las mujeres se ha disparado durante los confinamientos.

“Es preciso corregir estos retrocesos y reanudar los progresos antes de que los efectos de la pandemia dejen una mancha permanente”, subrayó Edward.

David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación

Asimismo, tras la aprobación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) del Convenio 190 sobre la violencia y el acoso en 2019 se han observado avances en la región. Este Convenio de gran alcance exige la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo y abarca a empleadores, proveedores, otros socios comerciales, así como a terceros. A pesar de la pandemia, los sindicatos están haciendo una enérgica campaña para su ratificación, explicó Edwards.

Derechos humanos y sindicales amenazados

El Secretario General también describió la forma en que las medidas de emergencia impuestas durante la crisis de salud pública han sido a veces demasiado excesivas o abusivas. Las medidas sanitarias no deben utilizarse para restringir la libertad de expresión o imponer la censura, ni tampoco utilizarse como excusa para limitar la libertad sindical, es decir, el derecho de huelga, señaló.

En la región ACCRS, “hemos sido testigos de la represión de la Jordanian Teachers’ Association (JTA), y los ataques a la existencia del sindicato continúan a pesar de la liberación de los líderes sindicales", indicó. Las restricciones a los derechos sindicales en muchos otros países están en aumento. En Marruecos, por ejemplo, el Gobierno ha invocado la crisis de la COVID-19 para negar a los trabajadores y trabajadoras su derecho a la huelga, señaló.

La renovación sindical es diferente en cada país

Edwards destacó la renovación sindical como tema central en la conferencia.

“La renovación sindical se basa en el ejercicio de la libertad sindical y el derecho a la educación. Ambos son motores para cambiar el mundo”, añadió. “No existe un plan para la renovación sindical. Esta renovación será diferente en cada país, pero podemos aprender unos de otros y mostrarnos solidarios”.

La privatización se fomentó durante la pandemia

Ante el aumento de la ofensiva de las empresas privadas en la educación y especialmente en los modelos de aprendizaje a distancia, Edwards hizo hincapié en que “la educación se da en las relaciones sociales. No es un conjunto de vendedores para cada persona en lo individual, sino más bien una comunidad escolar sana”.

Solidaridad sindical mundial

Edwards aseguró que la comunidad sindical no está dividida por fronteras nacionales o barreras regionales. Agregó que “nuestros valores comunes y la solidaridad son el cemento que nos mantiene unidos. Eso es lo que hace la Internacional de la Educación y nuestras estructuras regionales”.

“Podemos movilizarnos como nadie a nivel nacional, regional y mundial para organizarnos y educar. Podemos tomar la iniciativa para alejarnos de la oscuridad y avanzar hacia la luz de la justicia social y un mundo saludable y sostenible”, concluyó.

OIT: la educación es clave para el futuro

Oliver Liang, Jefe de la Unidad de Servicios Públicos y Privados de la OIT, reflexionó sobre el papel que desempeñan los sindicatos en el apoyo a la educación y el conocimiento a la hora de definir una sociedad idónea.

“La educación es clave para impartir competencias y prepararse para el trabajo, pero también se centra en la liberación humana, preparándose para una vida plena”, subrayó. “Los docentes tienen el deber crucial de garantizar que la educación no sea un adoctrinamiento, sino un medio de liberación humana”.

A juicio de Liang, la educación se encuentra en una encrucijada, y se pide a los docentes que enseñen nuevas competencias y aborden temas como el cambio climático y la ciudadanía global.

Sobre el uso de las nuevas tecnologías en la educación, insistió en que la igualdad en el acceso a las tecnologías es un elemento fundamental y los educadores y educadoras deben ser formados para hacer frente a las implicaciones éticas y sociales de estas tecnologías.

Oliver Liang, Jefe de la Unidad de Servicios Públicos y Privados de la OIT

Diálogo social y el futuro del trabajo

Lograr una educación de calidad durante la pandemia exige la participación de la profesión docente y de sus sindicatos a través del diálogo social, subrayó Liang.

Refiriéndose a la Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo de 2019, esbozó los resultados de la reunión técnica sobre el futuro del trabajo en el sector educativo en el contexto del aprendizaje permanente para todos, las competencias y el Programa de Trabajo Decente celebrada en mayo de 2021.

“El futuro del trabajo en la educación debe preparar a los estudiantes para el trabajo, para la ciudadanía y apoyar su desarrollo moral, psicosocial e intelectual”, explicó.

Reconociendo que “la educación no es una mercancía, es un bien público y una responsabilidad pública”, Liang afirmó que “los docentes determinarán qué dirección tomamos con la tecnología. Garantizarán que las tecnologías sirvan a los estudiantes, no a las grandes empresas”.

Estudio sobre impactos económicos y sociales de la COVID-19 en la educación

Dalila El Barhmi, Coordinadora de la Internacional de la Educación para los países árabes

La Coordinadora de la Internacional de la Educación para los países árabes, Dalila El Barhmi, presentó la investigación conjunta de la Internacional de la Educación, la Confederación Sindical Internacional y las demás Federaciones Sindicales Internacionales sobre los impactos económicos y sociales de la COVID-19 en la educación y otros sectores, con un estudio de las perspectivas sindicales en los países árabes (Research on the Economic and Social Impacts of COVID-19 in Education and other sectors - A Study of Union Perspectives in the Arab Countries).

“Queríamos tener un análisis claro del impacto de la COVID-19 en las condiciones de trabajo de los educadores y educadoras y en las violaciones de los derechos humanos y sindicales”, prosiguió.

El Barhmi mencionó tres aspectos del estudio:

  1. Obtener más información sobre la acción sindical durante la pandemia.
  2. Conocer la perspectiva sindical sobre lo que los sindicatos y sus miembros necesitarían después de la COVID-19.
  3. Documentar el nivel de diálogo social en los países árabes.

Las principales conclusiones del estudio pusieron de relieve:

  • Un aumento de las condiciones de trabajo precarias para educadoras y educadores;
  • Una disminución en el bienestar de los trabajadores, afectando particularmente a las mujeres;
  • Falta de preparación gubernamental para proporcionar educación en línea. La brecha digital impidió que muchos estudiantes continuaran su aprendizaje;
  • La pérdida de derechos del profesorado, tales como la negociación colectiva, en la medida en que los gobiernos se aprovechaban de la pandemia.

Entre las diversas recomendaciones formuladas por el estudio de las federaciones sindicales internacionales, El Barhmi destacó:

  • Una clara necesidad de desarrollo y organización sindical;
  • El diálogo social es necesario para lograr una educación de calidad durante y después de la pandemia;
  • Apoyo necesario para las mujeres docentes;
  • La necesidad de dar prioridad al bienestar del profesorado y del alumnado;
  • Los gobiernos deben garantizar condiciones de trabajo decentes, en particular salarios decentes, pagados a tiempo;
  • Los gobiernos deben respetar los derechos de los trabajadores y trabajadoras de la educación,
  • Los gobiernos deben consultar a la profesión docente antes de publicar programas educativos en línea.

La estructura ACCRS de la Internacional de la Educación está integrada por 28 sindicatos de la educación de 13 países.