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Mundos de la Educación

Renovación de los sindicatos de docentes: desarrollar la fuerza de la profesión

publicado 1 junio 2017 actualizado 15 junio 2017
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Los retos a los que se enfrentan los docentes son muy parecidos en todo el mundo. En base a las tablas de clasificación global se ejerce con frecuencia una presión implacable para mejorar los resultados de las evaluaciones, mientras que las fuerzas de la competencia económica global justifican la convergencia a la baja en lo que respecta a las condiciones de trabajo de los docentes. Estos soportan unas cargas de trabajo cada vez mayores y, lo que es peor, se enfrentan al constante debilitamiento de su criterio profesional. Cada vez son más los políticos que pretenden influenciar a los docentes sobre lo que tienen que enseñar, cómo lo tienen que enseñar y cómo se evalúa lo enseñado.

Los docentes recurren cabalmente a sus sindicatos para que les defiendan de estos ataques. Los sindicatos de docentes no sólo protegen sus salarios y las condiciones de trabajo, sino que también defienden a los docentes como profesionales y los valores de la educación como bien público.

No obstante, precisamente porque los docentes constituyen el sindicato, este es vulnerable a las mismas presiones que soportan aquellos. Las crecientes presiones a las que se ven sometidos los docentes, tanto individual como colectivamente, exigen un apoyo cada vez mayor por parte de sus sindicatos. Al mismo tiempo, los sindicatos tienen que movilizarse cada vez más para llevar a cabo importantes campañas que les permitan contar con fondos suficientes y defender la educación pública de la tendencia a la privatización.

En el estudio que hemos llevado a cabo para la Internacional de la Educación, mi colega Nina Bascia y yo sostenemos que los sindicatos de docentes no pueden quedarse de brazos cruzados ante estos retos. Afirmamos concretamente que los sindicatos tienen que desarrollar su propia capacidad para afrontar los retos a los que se enfrentan los docentes, consolidando las relaciones entre los afiliados y sus sindicatos. Los sindicatos no solo necesitan que sus cifras de cotizantes aumenten, sino encontrar también nuevas vías para integrar a sus afiliados en las actividades sindicales, desarrollando al mismo tiempo su capacidad para ser unos profesionales y unos afiliados más seguros de sí mismos. La clave para la renovación sindical es crear sindicatos desde dentro, mediante un aumento paulatino del número de afiliados, estableciendo relaciones con estos y desarrollando sus capacidades.

Nuestro estudio ha consistido en examinar detenidamente una serie de sindicatos ubicados en siete contextos nacionales bastante distintos: Chile, Escocia, Estados Unidos, Kenia, Nueva Zelanda, Polonia y Turquía. Los casos fueron elegidos por su diversidad, y, como era de esperar, las diferencias son considerables. Dicho esto, hemos constatado que muchos de los retos son similares y que los docentes de Nairobi tienen mucho en común con sus colegas de Glasgow, Varsovia y otros lugares. Estos casos ofrecen ejemplos fascinantes de cómo los sindicatos de docentes de diversos contextos se están enfrentando a cuestiones similares en materia de renovación sindical. No existen soluciones mágicas, y el contexto es efectivamente importante, pero hay que señalar que los sindicatos pueden aprender mucho unos de otros.

En Escocia hemos visto que el Educational Institute of Scotland(EIS) está ofreciendo más oportunidades de desarrollo profesional para los afiliados al abogar frente los empleadores por un mejor acceso al aprendizaje profesional. El sindicato también proporciona formación profesional directamente a sus afiliados. Esto no solo establece vínculos entre los miembros y el sindicato, sino que además promueve las políticas de la organización en materia de cuestiones profesionales. Los afiliados al EIS pueden entender la política del sindicato y convertirse en defensores de la misma, contribuyendo así a transformar el discurso sobre política educativa en Escocia.

En Kenia y Nueva Zelanda pudimos comprobar que los sindicatos están desarrollando a conciencia las competencias y capacidades de los sindicalistas locales para que los afiliados puedan contar con una representación sindical activa en su propio lugar de trabajo – interviniendo a menudo para abordar los problemas antes de que empiecen a complicarse. Como lo expresaba un delegado sindical: “Llevamos el sindicato al claustro de profesores”. Allí es donde los miembros del sindicato se relacionan con la organización. Es donde se forma la identidad sindical y donde se desarrolla la solidaridad.

En algunos casos pudimos comprobar que los gobiernos están intentando marginar a los sindicatos de docentes para imponer políticas impopulares a estos profesionales. El caso más extremo en este sentido lo pudimos ver en Turquía, donde el sindicato de docentes Egitim-Sen está siendo atacado por defender la educación pública laica y los derechos de la comunidad kurda en Turquía. En este caso, la solidaridad internacional manifestada por los afiliados de sindicatos de docentes de Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido ha dejado patente que los sindicatos implicaron a los sindicalistas locales de comunidades con poblaciones importantes de migrantes turcos y kurdos para establecer relaciones entre los docentes y las comunidades.

En cada uno de los estudios hemos podido comprobar que los sindicatos son elementos clave a la hora de articular una visión de la educación pública de calidad para todos. Uno de los objetivos clave fue reformular el discurso para que el debate educativo se centre en los valores de los servicios públicos y en un compromiso con la justicia social. Los sindicatos de este estudio movilizaron el poder colectivo de sus afiliados para alcanzar estos objetivos. Sin embargo, lo hicieron de maneras distintas, adoptando a menudo diversidad de estrategias para relacionarse con afiliados que tienen identidades e intereses diversos. Nuestro estudio demuestra que los sindicatos han desarrollado fórmulas innovadoras para ampliar la relación de los afiliados con su sindicato. Quizás, por encima de todo, han desarrollado una “identidad sindical” conforme a la cual los docentes perciben el compromiso con su sindicato y la participación en el mismo como un factor esencial para poder ser el tipo de docente que quieren ser, trabajando en el sistema educativo en el que aspiran a trabajar.

Los casos de renovación sindical que presentamos no ofrecen soluciones milagrosas, ni son tampoco todos ellos éxitos rotundos. Hay muchas buenas noticias, pero también hay contratiempos. En el informe hacemos hincapié en que estas no son recetas que puedan simplemente reproducirse en otros sitios. No obstante, los estudios de casos ofrecen ejemplos fascinantes de personas que trabajan en los sindicatos de docentes y afrontan retos con un espíritu creativo e innovador. Se puede aprender mucho al entender mejor lo que otras personas están haciendo y mantener conversaciones colectivas sobre lo que podría aplicarse con utilidad y sensatez en otros lugares. Esperamos que el estudio contribuya a estimular e inspirar este tipo de debates.

Por último, nuestro estudio pone de relieve el valor de los sindicatos como organizaciones democráticas e independientes que representan la voz colectiva de los docentes. Cada sindicato tiene que decidir por sí mismo, de manera democrática, lo que le resulta más apropiado de acuerdo con su propio contexto y prioridades. Sin embargo, se puede aprender mucho de los demás, y esperamos que nuestro estudio contribuya a este proceso de reflexión colectiva en el seno del movimiento sindical docente mundial. Las amenazas a la educación pública son globales en su forma y en su dimensión. Los docentes y sus sindicatos debemos pensar y actuar igualmente desde una perspectiva global.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.